11 junio 2012

El Oficio de Stuart en el “Berté” de 1788

Entre los materiales de trabajo utilizados en algunas líneas de estudio abiertas desde el Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau” aparece el Ritual “Berté”, el cual trataremos más ampliamente en otro artículo.
Este documento singular publicado en 1788 fue adquirido por André Berté y nos presenta un ritual masónico del S. XVIII para los tres primeros grados de lo que se denominaría más tarde como Rito Francés (a partir de 1804). No se trata de una “divulgación” sino de un texto editado por un masón para el uso de masones, y como indica la dedicatoria de su primera página “a todos los Venerables Maestros de logias regulares por un ex-Venerable”.

Su enorme interés viene principalmente dado por la rica aportación de detalles y precisiones que otros rituales del XVIII omiten, tal vez, por considerar evidentes. Las investigaciones del propio A. Berté o P. Mollier, etre otros, nos hacen vislumbrar que la fuente de esta obra constituya el Ritual auténtico más antiguo de los tres primeros grados tal como fuera practicado en el G.•. O.•., aportándonos una apasionante información sobre la práctica del Rito Francés en el Siglo de las Luces, y por contraste(coincidencia y omisiones) con otras fuentes manuscritas adoptadas como referencia, publicadas finalmente en el 1801, estas últimas se nos aparecen como abreviaciones en gran medida de esta versión ritual aquí tratada.

En su pormenorizada descripción de la Logia, ésta nos hace sospechar que la misma se trataba de una logia de gala, tanto por sus oficiales como atendiendo al contenido detallado de su decoración, haciendo difícil que muchas logias del momento pudieran respetarla escrupulosamente. Entre los oficiales descritos, encontramos a los Stuarts.
El citado ritual nos indica que “los dos Stuarts (Stewards de las logias inglesas), uno colocado al medio de la columna del mediodía, y el otro a la mitad la columna del Norte; llevan en la mano, el primero, un bastón de 6 pies con un sol de oro en la parte superior, el segundo, un bastón similar con una Luna. Estos Hermanos acompañan cuando se rinden honores y ayudan a los vigilantes cuando las columnas son demasiado largas.

En la masonería anglosajona actual los Stewards son designados para realizar variadas funciones menores como ayudantes. Existen discrepancias considerables, aún dentro de una misma jurisdicción, en cuanto a los papeles exactos llevadas a cabo por estos.
Generalmente suelen relacionarse con papeles de suplencia de los Diáconos, en su ausencia, y de asistencia a los mismos en ceremonias de recepción de grado. Encontramos también su aparición en algunas prácticas como ayudantes en los servicios de los ágapes, siendo común que un Past Master supervise sus labores.

Abundando en la génesis de dichos oficiales, el Querido Hermano Víctor Guerra me ilustraba comentándome que una de las motivaciones importantes de los fundadores de la Gran Logia de 1717, fue de orden completamente material. Se trataba de poder festejar dignamente el evento de San Juan de Verano. Resulta significativo que a lo largo de todo el Siglo XVIII, "los intendentes" hayan sido los oficiales más prestigiosos de la Gran Logia. A partir de 1734, los intendentes -stewards-son declarados elegibles en todas las dignidades de la Orden, a excepción de la Gran Maestría y, según W. Preston, la Gran Logia decide solo reclutar a sus Grandes Oficiales de entre los "Intendentes" que hayan presidido la organización de una fiesta anual, acto seguido de las asambleas anuales de la Gran Logia.
Esta otra tipología de Stewards, cualitativamente de mayor rango, queda reflejada en el hecho de que incluso hubo una gran logia especial, la “Grand Stewards Lodge” en 1735 de "intendentes". Parte de estos "intendentes fueron grabadores prestigiosos con cierta función puramente honorífica, grabando, por ejemplo, la joya de "Grand Steward".

Pero volviendo al Rito Francés, tenemos la impresión que parte de las funciones descritas sucintamente en el “Berté” han sido mutadas/adoptadas por algunas de las formas practicadas en nuestro Rito en la actualidad, viendo coincidencia tanto en su ubicación como partes de su oficio con los Primer y Segundo Maestros de Ceremonias, que difieren por completo con otras del mismo Rito, lo cual plantea frecuentes confusiones, más aún cuando interactúan elementos ajenos al RF en su práctica, hecho que desgraciadamente no sucede aisladamente.

Todo enriquecimiento sobre el mejor conocimiento de la práctica de los Modernos, cuanto más cercano a su fuente sea, puede ayudarnos a ver y entender mejor sus mismas bases, así como intentar comprender el devenir de sus futuras transformaciones formales.

Joaquim Villalta, Vº Orden, Gr.·. 9
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil
Miembro de la Academia Internacional del Vº Orden del Rito Moderno
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"

06 abril 2012

El Rito como vehículo universal (y II)

La creación de la práctica Ritual del Mason Word, origen de las diversas y posteriores versiones de este Rito que desembocaron con el paso de los años mutando natural o forzadamente en la totalidad de la práctica ritualística francmasónica hoy conocida, fue elaborado por los masones calvinistas de la logia escocesa y calvinista de Kilwinning. Siguiendo los trabajos de Patrick Négrier, máxima referencia en este campo de investigación, y aún a costa de que se nos acuse de vivir gracias a las espaldas de otro (lo cual importa bien poco si el fin es pedagógico y permite sacarnos de la más supina de las ignorancias), diremos que este Rito nace como respuesta a la obligación impuesta por Schaw de practicar un arte de memoria. Nos vemos en la necesidad de beber de los resultados de estas investigaciones dado que nuestra base de datos en lengua española está no sólo bajo mínimos, sino que es inexistente. Se hace imperativo sacar a luz los resultados de la última década de investigaciones de este prestigioso masonólogo y hermano, aunque el resultado reviente literalmente las románticas hipótesis y fantasiosos relatos del génesis francmasónico pre-especulativo o de perennes purezas rituales transmitidas hasta nuestros días, lo cual es una auténtica falacia.

Así pues, la logia de Kilwinnig, rechazando la continuidad de la práctica del rito de recepción prescrito por los Antiguos deberes anglicanos, optó por adoptar la forma de un catecismo simbólico, cuyo vocabulario estuviera compuesto de imágenes conformemente a la tradición de las artes de memoria, pero unas imágenes verbales (metáforas, alegorías) debido en una parte a la confesión presbiteriana y por otra al carácter iconoclasta característico del calvinismo que forzó a dicha logia a esa sustitución de la imagen verbal en lugar de la imagen plástica. Este hecho que hemos apuntado en anteriores trabajos, nos ofrece el instrumento ritual de la Gran Logia de Londres que ontologizandolo y dándose el marco jurídico las Constituciones de 1723, abrió las logias a todos los practicantes de la religión natural (orto-praxis moral) sin consideración para las ortodoxias que quedaban sólo como opiniones individuales rompiendo por este eclecticismo con la religiosidad confesional de los Antiguos deberes, abriendo la puerta a los ateos teóricos y al deísmo. Sobre este último aspecto, ya el historiador y Hermano Charles Porset nos advierte y apostilla en uno de sus trabajos: ”Se ha tomado el pretexto de la exclusión del ateo estúpido para decir que la orden rechazaba a los no creyentes y que la masonería era cristiana. Es inexacto, porque la expresión " Stupid Athéist” está prestada de un pastor presbiteriano, John Weemse, contemporáneo de Anderson y Désaguliers, que en su obra A Treatise of the Horno Degenerate sonnes viz (sic = with) the Atheist, the Idolater, the Magicians and the Jews (London, Thomás Cotes, 1636), distingue cuatro categorías de ateos: aquel que niega a Dios («denying God»); el que duda de su existencia («disputing Atheist») el cree sólo en lo qué le aportan sus sentidos (" Physicall Atheist") y finalmente al ateo estúpido que es impermeable a las luces de la razón; en realidad tal ateo no existe; hace las veces de espantapájaros en su exposición andersoniana – de soporte para poder moldear al gusto-. Designando sólo ése de una manera totalmente retórica, Anderson-Désaguliers no excluyen las tres otras categorías de ateos – lo que concuerda perfectamente con el espíritu latitudinario de la masonería”. Ya el mismo Négrier habla sobre punto de vista personal de Désaguliers acerca de “entender bien el Arte”, aunque para nada se impone la creencia revelada como previa conditio sine qua non para formar parte de la Orden: basta con leer “desapasionadamente” y de forma correcta el redactado de los Deberes. Creo que sobran las palabras y más debates al respecto, reiteración del cual sólo conduce a un diálogo de necios, imposible de reflexionar o de rectificar, desde posiciones inflexibles, dogmáticas, intransigentes, y por descontado, nada academicistas.

Si el católico Schaw ordenó a la logia presbiteriana de Kilwinnig practicar un arte de memoria conforme al calvinismo de sus miembros en sustitución al rito anglicano de los Antiguas Deberes, es porque dicho arte calvinista debería cumplir la misma función que el anterior, una función básicamente moral.
Debemos apuntar que a pesar de la analogía de Shaw en considerar a los Antiguos Deberes como Artes de Memoria, estos no lo son en el sentido estricto conocido y practicado en la Grecia antigua. Los redactores de los Antiguos deberes intercalaron una historia legendaria del oficio entre la Plegaria a la Trinidad y el inventario de unos puntos sobre moralidad que eran sujetos al juramento del recipiendario. Algo así como si esta historia legendaria estuviera dotada del poder de inclinar al recipiendario a respetar y llevar a la práctica la buena conducta y moralidad inherente a su juramento. Un análisis profundo de los Antiguos Deberes permite a Patrick Négrier desvelarnos a éstos como memoriales con un objetivo moral. La historia legendaria del oficio conduce a los francmasones a recordar en primer lugar, a través del ejemplo de las dos columnas antediluvianas, que son los pecados humanos que, provocando el diluvio, hicieron destruir el mundo (recuerdo que constituía para los masones practicantes de los Antiguos Deberes un argumento apocalíptico de conversión moral), y que fueron estos monumentos arquitectónicos de las columnas antediluvianas que salvaron del diluvio el saber de los oficios y de las siete artes liberales. De este análisis se desprende que en los Antiguos Deberes, el recuerdo de la antigua leyenda de las dos columnas antediluvianas entre la plegaria a la Trinidad y el inventario de puntos de moralidad que el recipiendario juraba respetar, constituía, tras la invocación de la gracia en la plegaria, un segundo argumento de conversión moral que reforzaba y facilitaba dicho juramento. He aquí este argumento apocalíptico de conversión moral extraído de la tradición del Antiguo Testamento. Ese recuerdo, rememoración, y el cristianismo juanítico continuador de esta tradición reveladora, permite, a fin de cuentas comprender en qué se inspiró Schaw al pretender hacer una analogía entre los Antiguos Deberes y el arte de memoria, a pesar de no serlo estrictamente en el sentido de que no constituían instrumentos o métodos mnemotécnicos destinados a reforzar la capacidad sicológica del sujeto para recordar y potenciar su retórica sin soporte escrito. Su argumento apocalíptico de conversión moral tenía un objeto anamnético en el componente de hacer recordar al sujeto sucesos supra-significativos y moralmente determinantes del pasado, rememorar en la consciencia elementos históricos susceptibles para determinar activamente la conversión del sujeto a las buenas costumbres.
Así es como William Schaw toma los Antiguos Deberes como “antient statutes set down of before of guid memorie” (artículo séptimo de los Status de 1599).

La logia de Kilwinnig pretendiendo llevar a cabo un arte destinado a una función similar, a saber, una conversión moral de los masones fundada en el recuerdo del pasado, elaboró ella misma su propio arte de memoria en el espacio del rito del Mason Word, reemplazando así al rito anglicano de los Antiguos Deberes.
En su forma primitiva, el Mason Word se reducía a la comunicación de dos palabras J y B mientras se daba la mano de manera ritual denominada garra. Estas palabras J y B, siendo palabras de paso, constituían probablemente respuestas a una pregunta, cual esbozo del género catequético que erige la forma primaria del Mason Word entendido como instrumento destinado a ejercitar la facultad psíquica de la memoria(Edimburgo1696). Además, el hecho de que los elementos del Rito, a saber los nombres de las Columnas del Templo de Salomón y el toque o garra, habían sido sacados del episodio de Gal. 2,9 (donde Pablo de tarso justificó su ministerio apostólico sin figurar en el colegio de los Doce, y que no había conocido a Jesús personalmente, recordando que tres de los apóstoles de Jesús, considerados como columnas “habían reconocido la gracia que le había sido dada” cogiéndole la mano derecha a él y a Bernabé en signo de comunión. Los masones presbiterianos de Kilwinnig refiriéndose a Gal. 2,9 hacen una memoria del pasado, siendo un recordatorio en este sentido la forma del Mason Word, así como un memorial con finalidad moral, ya que reiterando el episodio fundador descrito, afirmaban haciendo prolongar el ministerio apostólico de Pablo basado en la gracia.
Pero, ¿Dónde se encuentra el argumento apocalíptico en Gal. 2,9 que es la fuente cultural del Mason Word?.
Apreciemos que Pablo vincula su propósito sobre las columnas y sobre el agarre de mano a un apocalipsis: “Fui después de una revelación” (apokalupsin) Gal 2,2. De aparente similitud a la que puede conducirnos a la “revelaciones de II Corintios 12, 1-4. De este modo el Mason Word se vincula directamente vía su origen en las escrituras a un argumento apocalíptico (revelador) de conversión moral, lo cual era la función de los Antiguos Deberes.
Un análisis pormenorizado del Edimburgo 1696, prototipo de los catecismos simbólicos del Mason Word (hasta el 1751, fecha de la divulgación del Maçon démasqué) estado inicial del rito de 1637, nos hace ver que era un arte de memoria en doble sentido: primeramente como memorial de elementos del pasado con objetivo moral, y en segundo lugar, como suporte de tipo mnemotécnico, que posteriormente el Dumfries en 1727, revelará en el primer cuadro de logia una nueva expresión del arte psicológico de la memoria (“Todo esta confiado en la memoria de los masones y conoce la suerte de las tradiciones orales”), en este caso de forma compuesta conforme a la versión de confesión episcopaliana que combina el Mason Word con imágenes plásticas.

Hemos visto, por tanto, el nacimiento causal del vehículo ritual, que felizmente se universalizó abriendo además el mecanismo que permitiera crear y ordenar ese punto de encuentro, donde el pensamiento y todo tipo de filosofía, en definitiva, encontraran suelo fértil dentro de un mismo espacio-tiempo. Tal vez nada mágico, pero realmente extraordinario. Un instrumento propiedad de toda la Humanidad.

Cierro así, con este último trabajo, una secuencia de estudios y ensayos tendentes a esclarecer nuestro origen ritual. Solo conociendo algo mejor nuestro pasado podremos hablar con fundamento sobre aquello que pretendemos alcanzar para nuestro devenir, a sabiendas de lo que realmente fuimos, somos y representamos.
Queda solo pendiente, con la colaboración del Hermano Víctor Guerra, la publicación in extenso desde el Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau" de unas tablas comparativas rituales que permitirá ver claramente algunas de las mutaciones, desviaciones, arbitrariedades y condicionamientos que en muchos casos llevaron a desembocar en variaciones más o menos afortunadas, por no decir más o menos legítimas o manipuladoras, quedando en entredicho ese purismo que solo "cuatro privilegiados" pretenden imponer o referir como auténtico y real entre alguna masonería de militancia desinformada, donde prevalece más el asumir a toque de pito que la investigación rigurosa y contrastada. Eso sí, fraternalmente.
Hoy ya no hay excusa para posicionarse histórica y masonológicamente sobre tesis de hace 20 o 30 años atrás. La Tierra gira.

Quien desee conocer los pormenores de esta génesis ritual, le sugiero vivamente la lectura muy en especial de Patrick Négrier:

La Tulip. Histoire du rite du Mot de maçon de 1637 à 1730, Groslay, Ivoire-clair 2005
Le Rite des Anciens devoirs. Old charges 1390-1729, Groslay, Ivoire-clair 2006
Art royal et régularité dans la tradition de 1723-1730, Groslay, Ivoire-clair 2009.


Vemos a veces que la realidad auténtica es más bella, plena, enriquecedora y apasionante que cualquier ficción o fantasía a las que aún muchos obstinadamente se aferran.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro de Honor del Grande Oriente Lusitano
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau / Thompson-Folger Supreme Council for The United States of America, their Territories and Dependencies)

27 marzo 2012

El Rito como vehículo universal (I)

El concepto de “pureza” ritual es relativo y precisa ser matizado desde distintos ámbitos, básicamente para no confundir al lector. Al respecto, un valioso hermano advertía el riesgo de adoptar actitudes de “salvaguarda de la pureza” para evitar supuestas desviaciones, actitudes muy propicias a generar el riesgo del pensamiento único, sin saber a ciencia cierta por la inmensa mayoría qué es y donde radica dicha “pureza “ para resguardar.

Por otra parte, me parece respetable el control y distribución de dicho material ritual (además de obvio y evidente su tenencia para las logias hispanoparlantes de la oportuna correspondencia). No obstante, gracias al mercado editorial europeo (y recientemente el español), ha sido posible dar a conocer ya no solo rituales de diferentes versiones del Rito Francés o Moderno, sino que además, se han podido abordar libremente y sin ningún tipo de sumisión a ninguna “militancia”, trabajos y reflexiones inexistentes e irrealizables bajo cielo obediencial (muchos de estos trabajos editoriales han sido realizados por expertos HH.•. del GODF, GLNF, LNF, GOB, GLB, GLRB, GLMAE, etc.), asegurando la independencia, pluralidad y rigor, muchas veces ausente y carente en otro tipo de trabajos “tutelados”.
Lamentablemente, la independencia “académica” no siempre es bien comprendida y suele confundirse con iniciativas para fomentar agravios o confrontaciones. Una pena.

Es un grave error masónico e histórico considerar al Rito Francés o Rito Moderno como propiedad exclusiva de una determinada Obediencia. Igual hay todavía alguien que así lo piensa, pero lamento profundamente esa visión de marketing conductivista a la que me resisto ser sometido con siglas marcadas a fuego diferenciando buenos y menos buenos, auténticos y de “cartón piedra”. El “negocio” de la propiedad ritual o del Rito, es algo que, además de ser poco fraterno cuando se utiliza como elemento de presión, ha llegado a hastiarme por las veces que se ha llegado a argumentar lo infundado del tema, y que tan solo interesa a unos cuantos que defienden su calidad dominante aparente, revestida de un mandil, banda o collar, con un carnet, título o pasaporte confiriendo un supuesto estatus de regularidad desde tiempo inmemorial, en ocasiones a "full" para todos los Grados a receptores totalmente en fuera de juego en cuanto al Rito de los Modernos. Permítanme pensar que debe ser algo más que un sello o un acrónimo.
La legitimidad y regularidad de su uso y práctica, además de la conferida a los MM.•. MM.•. regularmente iniciados y recibidos en los distintos grados por transmisión ininterrumpida, es detentada en diversos Orientes por distintas Potencias Masónicas, denominadas "Chef d’Ordre". Todas ellas son garantes del espíritu del Rito Moderno, pero libres para reflexionar sobre sus usos y prácticas dentro de este marco flexible y de necesaria evolución inherente al Rito Moderno.

La fijación de formas rituales ha devenido herramienta para evitar excesos, pero ha coartado usos legítimos y ha deformado nuestra visión del Rito llegando a ser erróneamente contemplado por algunos de su exclusiva propiedad.
En algunas obediencias, por ejemplo, cada logia que trabaja en el seno del Rito Moderno, lo hace mediante un ritual que ella misma ha definido o heredado de su enorme tradición masónica a lo largo de la historia. Esta forma de práctica masónica nos recuerda a la practicada a lo largo del siglo XVIII en el continente europeo, libre aún de fenómenos globalizantes y centralizadores que, en uno u otro sentido, tienen ventajas e inconvenientes. Este doble aspecto funcional de libertad logial y fidelidad ritual, solo es comprensible teniendo claro la estructura fundamental simbólica y filosófica del Rito Francés o Moderno. Precisamente una de las características del Rito Francés o Moderno es la de no proponer más que un modelo, que cada logia adapta.
Para evitar el caos, tan solo precisamos de nuestra capacidad de trabajo dentro de una libertad, pero conforme al Rito, y esta conformidad pasa por nuestro necesario conocimiento de la antes citada estructura simbólica propia, que será igual en sus diversas formas rituales manifestadas, y ello exige, muy especialmente, de la búsqueda de una excelencia de todos los Maestros, que serán en definitiva quienes tienen el peso y la responsabilidad de pasar la llama a generaciones venideras.

Brasil, Francia, Bélgica, España, Portugal, Ecuador, Colombia, forman parte de un no muy largo etcétera subdividido en diferentes obediencias, donde, sin complejos, algunas han tomado su legado y han evolucionado siguiendo los criterios que para su seno han estimado convenientes, y han hecho uso de su libertad y legitimidad con todas las consecuencias.
La diversidad de la Oferta forma parte de la diversidad Obediencial, y pretender alguien erigirse en “auténtico” y “único” curador y “dador” del “verdadero rito pata negra”, no solo sería incierto y errático, sino que sería desconocer completamente la realidad, génesis, estructura y evolución del Rito Moderno o Francés.
Pero vayamos a la fuente, objeto y finalidad misma. Cuando el Rito no tenía nombre alguno, o por el contrario, intentemos pensar en “todos” simultáneamente. Intentemos hallar su común denominador:

Etimológicamente la palabra Rito nos conduce a las nociones de sucesión y de orden. Un rito es aquel conjunto de reglas que fija de forma específica los diferentes trabajos masónicos o ceremonias. Un ritual no pretende tener la autoridad de un libro sagrado al mismo tiempo que no pretende imponer una historicidad o unas creencias específicas. ¿Para qué sirve entonces el Ritual?
Hoy día podríamos concebirlo como aquel conjunto normativo libremente aceptado que nos indica un camino que

- codifica las relaciones tanto dentro de las Logias como de la Orden

- facilita la libertad de expresión y de pensamiento

- permite articular distintas ideas simbólicas dentro de un espacio y un tiempo con unos específicos objetivos tanto de trabajo colectivo en logia, como de introspección individual

- privilegia las ideas sobre las formas, potenciando valores éticos y morales mediante el respeto a las diferencias, la total libertad de conciencia y el desarrollo personal intelectual y espiritual, fomentando el estudio, el análisis, la observación y la autoevaluación.

El uso del término Rito en masonería es bastante tardío, y obedece a una necesidad de diferenciar las distintas formas rituales que se fueron sucediendo con el paso del tiempo, sobretodo a partir de la proliferación de los denominados “Altos Grados” en los años 1740, distintos a los universalmente reconocidos como simbólicos (Aprendiz, Compañero y Maestro), y cuyos diferentes sistemas de reorganización, llamados en ocasiones Regímenes, condujeron al uso de calificativos que permitieran diferenciar sus particularidades, especificidades y divergencias. Este deseo de reagrupar en función de su génesis y peculiaridades, conjuntos rituales coherentes y estables, desembocó en la aparición de los distintos Ritos hoy existentes.

Po lo tanto, la estructura Obediencial correctamente concebida debe pretender, entre otras cuestiones:

a) Coordinar la ayuda e interrelación logial

b) Ser garante de la correcta aplicación de las estructuras simbólicas inherentes a todo Rito (sea el que sea) lo cual no implica inmutabilidad o evolución en sus distintas prácticas.

c) Facilitar el intercambio y el flujo de experiencias humanas y masónicas entre miembros de distintas Logias y Obediencias.

d) Contrarrestar los excesos o corregir las carencias que pueda padecer la vía iniciática en situaciones de flagrante endogamia logial.

e) Vehicular y tutelar la Tradición y modernidad, pasado y futuro, de nuestra Orden, nuestros Ritos y Rituales, garantizando una excelencia en nuestros Trabajos Logiales y en nuestra puesta en práctica vital cotidiana.

f) Trabajar por y para las Logias (y no al contrario), siendo enormemente respetuosa con la libertad de las mismas y con la inherente a la condición masónica de sus componentes, siempre y cuando respeten tácitamente los compromisos libremente adquiridos en ese quid pro quo.

Así pues, más allá de esa estructura “relacional”, existe el vehículo que da un ingente y auténtico valor, haciendo funcional y real el fenómeno masónico. Esto es el Ritual.
Pero, ¿cómo?, ¿cuando?, ¿donde? Y ¿por qué se crea?

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro de Honor del Grande Oriente Lusitano
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau / Thompson-Folger Supreme Council for The United States of America, their Territories and Dependencies)

08 septiembre 2011

Capítulo “De Roos”: el derrumbe de una leyenda


El pasado mes de febrero, publicamos en este Blog a modo de primer avance, una entrada referida al Capítulo “De Roos”, donde los reactivadores de los Órdenes de Sabiduría del Rito Francés o Moderno en Francia obtuvieron su supuesta filiación iniciática, desembocando a finales de los 90 con la restauración/creación de algunos Grandes Capítulos Generales, como el del Gran Oriente de Francia, a partir del Soberano Capítulo Jean-Théophile Désaguliers (fundado en Neuilly), que asumió la función de Capítulo Metropolitano para Francia tras su creación por René Guilly.
El Capítulo  Jean-Théophile Désaguliers recibió supuestamente una Patente y fue instalado en 1963 por los Oficiales del Capítulo holandés “De Roos”, el cual se dice había sido creado bajo el Primer Imperio y había continuado funcionando por milagro hasta la época moderna.

La investigación abierta al respecto, ha sido finalmente concluida y desarrollada por el M.·. I.·. H.·. Jean van Win, Coordinador del Departamento de Estudios Masonológicos de la Academia Internacional del Vº Orden de la Unión Masónica Universal del Rito Moderno, Vª Orden, Gr.·. 9, Miembro del  Supremo Consejo del Rito Moderno – Brasil, y Muy Sabio del Soberano Capítulo “Prince de Ligne” de Bruselas, Bélgica. Ésta será en breve publicada en francés, español y portugués en diversos medios especializados.
Este trabajo, en el que he tenido el honor de colaborar con el H.·. Jean van Win, cuya reputación y prestigio es de sobras conocido por todos, derrumba la leyenda creada alrededor de este “Capítulo fósil” aportándonos las pruebas concluyentes, así como los testimonios de diversos actores de primera línea del panorama masónico, deshaciendo todo un embrollo que había sido cubierto con una cortina de humo y que, en cambio, era el sustento de la base argumental de los más férreos defensores de la única legitimidad de la práctica del Rito Moderno o Francés por transmisión de Carta Patente desde el Gran Capítulo General de Francia de 1784.
A veces, la verdad tiene un precio, y si bien es cierto que el único objetivo de esta investigación es aportar luz de una vez por todas a determinadas versiones boca-oreja, también lo es que su resultado estalla en las manos de aquellos que han querido autodenominarse como los únicos curadores de la práctica de los Órdenes de Sabiduría y garantes exclusivos del Rito Moderno o Francés. Toda una paradoja que va a dejar a más de un fundamentalista obediencial con cara de Poker.

Para que nos hagamos una idea a modo de previa, este estudio nos deja con unas conclusiones contundentes:

1) Los Altos Grados en los Países Bajos nunca fueron trabajados según el Rito Moderno Francés (GCG de Francia de 1784), aunque se constituyeron por analogía con dicho sistema, y jamás les fue otorgada Patente alguna por el Gran Oriente de Francia.
Los Países Bajos han trabajado sus Altos Grados Neerlandeses según sus necesidades específicas y en total independencia.

2) Los relatos publicados en Francia respecto a la masonería neerlandesa son contradictorios, obscuros y poco fiables, así como incompletos y parciales. La existencia de un “Capítulo fósil” de Rito Francés no solo no ha sido nunca demostrada, sino que jamás pudo existir.

3) El primer capítulo De Roos, en Medan, fue una creación salvaje del H.·. van Praag, y que no fue reconocido ni constituido por su autoridad legítima, salvo a título póstumo después de su disolución. El H.·. van Prag, tras la Segunda Guerra Mundial, reeditó la creación de un De Roos bis en La Haya, salvaje, en un contexto irregular y de una manera “autónoma” y muy “especial”.

4) El Capítulo De Roos de Medan jamás trabajó en Rito Moderno Francés, sino en Rito Holandés “por analogía” y sin la más mínima Patente. Guilly recibió por tanto una filiación holandesa pero de ningún modo una patente francesa.

5) Nunca hubo rito francés en Holanda, ni bajo el Imperio, ni antes, ni después. Por lo tanto, no ha podido existir ninguna filiación hacia Francia por este canal, que es inexistente.

6) Todo debe remontar, in fine, al Grand Chapitre Général de France, nacido en París en 1784, lo cual  nadie pone en duda.

Pero el Supremo Consejo del Rito Moderno de Brasil ha quedado solamente como el único Chef d’Ordre del Rito Moderno o Francés habiendo tenido una actividad ininterrumpida en la masonería universal del Rito Moderno a través los siglos XIX y XX, hasta el día de hoy, autorizándole a denominarse el Supremo Consejo del Rito Moderno o Francés.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Miembro de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro de la Logia de Investigación "Los Modernos" - GLMAE

23 marzo 2011

Consideraciones sobre la Leyenda en el Grado de Elegido Secreto

Para algunos, a primera vista, puede resultar incoherente dentro de los principios Masónicos referirse a la venganza.

En primer lugar debemos observar el origen del grado, el origen de su leyenda. Como suele acontecer, la masonería muchas veces ha buscado fuera de ella fábulas e historias. En este caso específico queda claro que hay una mezcla de la leyenda de H.•. con la Historia de los Templarios, con la muerte de Jacques de Molay. La propia Palabra Sagrada es la misma de la Orden de los Templarios, que clamaba la venganza como solución para la amargura que les causó la muerte de su líder.

Sin embargo, en la Masonería no se puede aceptar como solución la venganza que se presta solamente para explicar, pero no justificar la ira individual y nunca una acción colectiva. La venganza jamás podrá ser llamada legítima. La justicia sí.
Lo que la leyenda del grado procura desarrollar es que un crimen jamás puede quedar impune. La impunidad es corruptora por excelencia.

Es obligación del Masón no acomodarse ante la injusticia, cualquiera que sea la forma que asuma. Pero no puede pretender tomar en sus manos las armas usadas por los malos compañeros, pues entra en contradicción con sus principios. Las herramientas que aprendemos a utilizar en el grado de Compañero deberán siempre ser utilizadas en la construcción de una Sociedad Perfecta.

Esa es nuestra misión.

Fuente: Supremo Conselho do Rito Moderno

Joaquim Villalta, Vª Orden
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"