15 mayo 2024

El primer testimonio histórico sobre el "Mason Word" (1637)


Siempre me resulta altamente gratificante y provechoso aprender de los estudios, investigaciones y reflexiones acerca de los verdaderos orígenes de la francmasonería, alejando la ignorancia generada por la confusión que producen las aseveraciones literales de lo mítico y legendario con la realidad histórica, fenómeno que suele traducirse en una incomprensión de la razón de ser de la hermenéutica y exégesis presente en la literatura y rituales masónicos. Es por ello que acudo con frecuencia a referentes incontestables bajo mi punto de vista, como es el Hermano Patrick Négrier, a quien además de amigo, considero como el Maestro que más me ha marcado positivamente, y al que agradezco infinitamente la Luz que me ha aportado con su sabiduría, así como por su siempre fraternal y ejemplar disposición. Su obra ingente precisa ser leída en sucesivas ocasiones, y así, de ese modo, siempre hallamos nuevas respuestas a las incesantes preguntas que aparecen a quienes buscamos permanentemente (Mateo 7:7-8).


EL PRIMER TESTIMONIO HISTÓRICO 
SOBRE EL « MOT DE MAÇON » (1637) 

por Patrick Négrier 



El primer testimonio histórico sobre la existencia del “Mason Word” aparece en 1637 en el libro de John Leslie, sexto conde de Rothes, titulado: A relation of proceedings concerning the affairs of the Kirk of Scotland, from August 1637 to July 1638 (Informe sobre los debates concernientes a los asuntos de la Iglesia de Escocia desde agosto de 1637 hasta julio de 1638), obra publicada por David Laing en Edimburgo en el club Bannatyne en 1830. El pasaje en cuestión es el siguiente:

“On Monday 13 [October 1637], Rothes came to [the] Thesaurer at night to visit him, who did shew his fears that the frequent meiting of so many wold give his Majestie discontent; and that also he had bein taxed formerlie for keeping correspondance with some of the nobilitie, which he had alwayes done for the good of his Majesteis service, thogh his adversaries interpret the same as unfaithfullnes, and said he had the Masone word among the nobilitie; yitt was he conscious to himself, as he had sought speciallie peace, and had a regaird to the nobilitie, bot his speciall aim was his Majesteis service, and that now he had receaved approbatione of his proceidings; and shew Rothes a letter from his Majestie, at least the end therof, saying, that for the willingnes of these noblemen to his service, he sould think on it, &c. The Thesaurer desyred, that the Counsell being to go to Lithgow and meitt ther the nixt day, he sould returne at night; and requyrit Rothes sould deall with the haill nobilitie and gentrie to be sein als litle in publict as they could, and dispatch themselves out of the toun als speidilie; and said, he knew it was hard to stay them from meitting, bot that they might be soon dispatched; he promised, also, to endeavor to stop the Proclamatione for chargeing them to pairt the toun”.

¿Qué representa exactamente en este texto de 1637 el "Mason Word" que conocemos por la documentación que aparecerá al respecto en los años siguientes que fue (después del rito inglés y católico de los Antiguos deberes aparecidos en la época del Regius en 1390, pero más probablemente en 1370 en York) el segundo rito de la historia de la francmasonería (creado en, o antes de 1637 en Escocia)? Si en la primera frase de este pasaje del Report, releemos correctamente los usos del pronombre personal "él" (he) en su referente exacto (aparentemente el Tesorero del Reino), parece que, según esto, el Tesorero, cuyo nombre era John Stewart, conde de Traquair (alrededor de 1600 - 1659), fue acusado por sus enemigos de haber obtenido la "Palabra de Mason" de la nobleza escocesa que habría frecuentado por infidelidad al rey James I de Inglaterra (VI de Escocia), quien previamente había acusado a Traquair de frecuentar dicha nobleza escocesa, que Traquair siempre había hecho solo por el bien del servicio de la rey.
Sabemos por la historiografía que Traquair intentó ayudar al rey James I a Anglicanicanizar la vida litúrgica de los escoceses y entonces convertidos principalmente al calvinismo y particular a la corriente presbiteriana de este último (que de hecho era la más incompatible con el anglicanismo, que no era el caso del calvinismo arminiano o episcopaliano). Los mayores enemigos de Traquair fueron, por lo tanto, en esa circunstancia los presbiterianos escoceses que se negaron a dejarse anglicanizar por el rey. Si estos presbiterianos escoceses podían evitar que Traquair anglicanizara la vida litúrgica de los escoceses era acusándolo públicamente de haber obtenido de la nobleza escocesa la "Palabra de Mason", dado que el hecho de poseer la "Palabra de Mason" era señal de una infidelidad al anglicanismo suficiente para permitir que el rey retirara su confianza en Traquair (y en el contexto histórico, geopolítico, de estos eventos, es bastante obvio que la infidelidad al anglicanismo se manifestaba principalmente en la forma de adhesión al presbiterianismo, el tema principal de todas las páginas del Informe de John Leslie que preceden al pasaje sobre la "Palabra de Mason"), y en segundo lugar que el "Mason Word", expresión por tanto del presbiterianismo escocés (quizás solo porque el propósito en cuestión era una simple acusación sin prueba) estaba entonces en poder de los nobles escoceses de confesión Presbiteriana. El hecho de que Traquair habló sin explicación de la "Palabra de Mason" a John Leslie, conde de Rothes (1600-1641), quien estaba influenciado por su muy presbiteriana esposa Anne Erskine (+ 1640), muestra además que John Leslie, simpatizante de los escoceses Presbiterianos, conocía la existencia de esta expresión del presbiterianismo escocés que era el "Mot de maçon". Así parece que el primer testimonio histórico sobre la existencia de la "Palabra de Mason" nos muestra que esta era una expresión directa del Presbiterianismo escocés. Y es por no estar lo suficientemente atento al pasaje concerniente de este texto de 1637 que muchos historiadores contemporáneos como André Kervella y otros se han equivocado al tratar de hacer pasar la "Palabra de Mason" por otra cosa de lo que realmente era.

Traducido y revisado por:

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro del Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Islas Filipinas
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo

05 mayo 2024

Sur L'échelle du Grand Élu

C'est la première fois que l'échelle nous apparaît dans la série des symboles axiaux rencontrés jusqu'ici. À ce grade elle représente l'ultime voyage pour l'accès au monde de l'esprit, monde de l'absolu

Chaque échelon représente un palier nouvelle étape de notre appel vers le haut, ascension de l'âme tendue vers l'absolu. Toute station nouvelle se traduit par une conscience plus élargie plus informée et plus acquise à ce qui a été parcouru et à ce que peut encore attendre l'initié

Dans notre rituel du 5e ordre 8e grade, seule la volée faisant face au midi, nous est accessible

Chevalier rose-croix nous savions déjà que la charité devait guider nos actes et nous avions bien compris qu'il s'agissait d'amour. Et c’est encore d'amour dont il est question ici, lorsque cette échelle mystérieuse nous est présentée

Les inscriptions que nous découvrons, aussi bien sur les montants, que sur les échelons, sont inscrits en hébreu, et donc pour la plupart d'entre nous incompréhensible.

Heureusement, le gardien du seuil, nous en propose une traduction

Sur le montant de gauche, Oheb Eloah signifie Bienveillance Universelle et sur le montant de droite Oheb Qerobo signifie affection mutuelle

Nous allons donc progresser sur cette échelle, portée par l’Amour, et d’ailleurs il nous est signifié, « d’aimer notre prochain comme nous-même »

Je vais revenir aux sept vertus, qui elles aussi nous ont été traduites et pour lesquelles, un engagement nous a été demandé

Cette échelle double, m’a interpellée dans le sens où la partie descendante ne nous est pas révélée. J’aime à penser qu’elle a pourtant une signification, eu égard à la mission du Grand Elu, qui après avoir réalisé en soi les vertus évoquées dans la phase montante, et imprégné de cette dimension spirituelle perçue au sommet de l’Echelle, va redescendre œuvrer sur « la terre des Hommes »

Premier Echelon : Tsedakah « La pratique des Vertus » Vivre en homme juste en creusant le sillon de la charité

Deuxième échelon : Schor Laban, la Sincérité de nos actions

Troisième échelon : Mothek, La Douceur de caractère

Quatrième échelon : Emounah, La Force de nos valeurs

Cinquième échelon : Hamah Scheal, l’Engagement

Sixième échelon : Sebbel, La Patience dans l’adversité

Septième échelon : H’okmah, Binah, Tebounah, La Discrétion

Ce parcours ascendant où chaque étape revêt notre Ame, d’une parure vertueuse,

nous projette dans un monde imaginal, monde intermédiaire, celui des 7 cieux symboliques.

L’imaginal relève de l'imagination mais cette imagination n'est pas discréditée et est considérée comme une faculté de connaître spécifique et non dévalorisée.

 Cette prise en compte du monde de l’imaginal est ce qui fait la spécificité de la pensée orientale. Ce monde est un intermédiaire entre le monde des idées et le monde sensible et pour être plus exact il est ce qui rend possible le passage de l'un à l'autre

Ces extrêmes efforts pour que s'ouvrent le Royaume des cieux prennent la forme d'une implication au principe honorant sa puissance et lui donnant assurance que l'âme qui se présente à lui finit de réussir son détachement total de toute matérialité de toute pensée mentale conceptuelle ou formelle de tout jugement et donc de toutes sortes de conditionnements égotiques

Pour être retenu dans l'Esprit, l'âme se présente en esprit. Seul l’esprit, sommet de la dimension humaine, peut atteindre l'esprit de la transcendance cosmique. Seul un être totalement purifié peut gravir le 7e échelon

Le 7e échelon apparaît donc à la fois comme un aboutissement et un non but. C’est un non-lieu, une non-station dans laquelle nul ne peut s'installer.

Nous, maçons, participons à la progression de l'humanité dans son ensemble en redescendant sur terre, seul moyen pour nous de forger nos faibles vertus à l'épreuve d'un monde qui les mettra durement à l'épreuve. Et par ailleurs nous avons un devoir de transmission si tant est que nous puissions affirmer avec modestie et raison que nous avons quelque chose à transmettre

Pour conclure, cette échelle est moins mystérieuse qu'elle ne paraît et probablement guère plus mystique que certains voudraient nous le faire croire, mystique dans le sens où ce terme désigne une expérience spirituelle de l'ordre du contact ou de la communication avec une réalité transcendante

Pour ma part je la qualifierais de belle, de par la simplicité de son message et d'extraordinairement ardu dans sa réalisation

J’ai dit T.·. S.·. et S.·. M.·.

Sublime Conseil Provence Fidélité

04 mayo 2024

El Rito como vehículo de propiedad universal

El concepto de “pureza” ritual es relativo y precisa ser matizado desde distintos ámbitos, básicamente para no confundir al lector. Al respecto, un valioso hermano advertía el riesgo de adoptar actitudes de “salvaguarda de la pureza” para evitar supuestas desviaciones, actitudes muy propicias a generar el riesgo del pensamiento único, sin saber a ciencia cierta por la inmensa mayoría qué es y donde radica dicha “pureza “ para resguardar.

Por otra parte, me parece respetable el control y distribución de dicho material ritual (además de obvio y evidente su tenencia para las logias hispanoparlantes de la oportuna correspondencia). No obstante, gracias al progresivo aumento de las publicaciones y estudios aparecidos en el mercado editorial internacional y concretamente en lengua española, ha sido posible dar a conocer ya no solo rituales de diferentes versiones de una gran variedad de Ritos, sino que además, se han podido abordar libremente y sin ningún tipo de sumisión a ninguna “militancia”, trabajos y reflexiones inexistentes e irrealizables bajo cielo obediencial (muchos de estos trabajos editoriales han sido realizados por expertos HH.•. de diversas y variadas Potencias Masónicas, asegurando la independencia, pluralidad y rigor, muchas veces ausente y carente en otro tipo de trabajos “tutelados”.
Lamentablemente, la independencia “académica” no siempre es bien comprendida y suele confundirse con iniciativas para fomentar agravios o confrontaciones. Una pena.

Es un grave error masónico e histórico considerar, cualquiera que sea el Rito, como propiedad exclusiva de una determinada Obediencia. Tal vez hay todavía alguien que así lo piense, pero lamento profundamente esa visión de marketing conductivista a la que me resisto ser sometido con siglas marcadas a fuego diferenciando buenos y menos buenos, auténticos y de “cartón piedra”. El “negocio” de la propiedad ritual o del Rito, es algo que, además de ser poco fraterno cuando se utiliza como elemento de presión, ha llegado a hastiarme por las veces que se ha llegado a argumentar lo infundado del tema, y que tan solo interesa a unos cuantos que defienden su calidad dominante aparente, revestida de un mandil, banda o collar, con un carnet, título o pasaporte confiriendo un supuesto estatus de regularidad y legitimidad desde tiempo inmemorial, en ocasiones a "full" para todos los Grados a receptores totalmente en fuera de juego en cuanto a cualquier Rito en particular, sea el que sea. Permítanme pensar que debe ser algo más que un sello o un acrónimo.
La legitimidad y regularidad de su uso y práctica, además de la conferida a los MM.•. MM.•. regularmente iniciados y recibidos en los distintos grados por transmisión ininterrumpida, es ostentada en diversos Orientes por distintas Potencias Masónicas. Todas ellas son garantes del espíritu de su Rito en concreto, pero libres para reflexionar sobre sus usos y prácticas dentro de este marco flexible y de necesaria evolución inherente a los Ritos en sí.

La fijación de formas rituales ha devenido herramienta para evitar excesos, pero ha coartado usos legítimos y ha deformado nuestra visión del Rito llegando a ser erróneamente contemplado por algunos de su exclusiva propiedad.
En algunas obediencias, por ejemplo, cada logia que trabaja en el seno de un Rito determinado, lo hace mediante un ritual que ella misma ha definido o heredado de su enorme tradición masónica a lo largo de la historia. Esta forma de práctica masónica nos recuerda a la practicada a lo largo del siglo XVIII en el continente europeo, libre aún de fenómenos globalizantes y centralizadores que, en uno u otro sentido, tienen ventajas e inconvenientes. Este doble aspecto funcional de libertad logial y fidelidad ritual, solo es comprensible teniendo clara la estructura fundamental simbólica y filosófica del Rito practicado. Precisamente una de las características del una buena práctica ritual es la de no proponer más que un modelo, que cada logia adapta.
Para evitar el caos, tan solo precisamos de nuestra capacidad de trabajo dentro de una libertad, pero conforme al Rito trabajado, y esta conformidad pasa por nuestro necesario conocimiento de la antes citada estructura simbólica propia, que será igual en sus diversas formas rituales manifestadas, y ello exige, muy especialmente, de la búsqueda de una excelencia de todos los Maestros, que serán en definitiva quienes tienen el peso y la responsabilidad de pasar la llama a generaciones venideras.

Brasil, Francia, Bélgica, España, Portugal, Ecuador, Colombia, Perú, México e Italia forman parte de un no muy largo etcétera subdividido en diferentes Potencias Masónicas, donde, sin complejos, algunas han tomado su legado y han evolucionado siguiendo los criterios que para su seno han estimado convenientes, y han hecho uso de su libertad y legitimidad con todas las consecuencias.
La diversidad de la Oferta forma parte de la diversidad Obediencial y de Estructuras de Altos Grados, y pretender alguien erigirse en “auténtico” y “único” curador y “dador” del “verdadero rito pata negra”, no solo sería incierto y errático, sino que sería desconocer completamente la realidad, génesis, estructura y evolución de los Ritos existentes e incluso de los ya extintos.

Pero vayamos a la fuente, objeto y finalidad misma. Cuando el Rito no tenía nombre alguno, o por el contrario, intentemos pensar en “todos” simultáneamente. Intentemos hallar su común denominador:

Etimológicamente la palabra Rito nos conduce a las nociones de sucesión y de orden. Un rito es aquel conjunto de reglas que fija de forma específica los diferentes trabajos masónicos o ceremonias. Un ritual no pretende tener la autoridad de un libro sagrado al mismo tiempo que no pretende imponer una historicidad o unas creencias específicas. ¿Para qué sirve entonces el Ritual?
Hoy día podríamos concebirlo como aquel conjunto normativo libremente aceptado que nos indica un camino que

- codifica las relaciones tanto dentro de las Logias como de la Orden

- facilita la libertad de expresión y de pensamiento

- permite articular distintas ideas simbólicas dentro de un espacio y un tiempo con unos específicos objetivos tanto de trabajo colectivo en logia, como de introspección individual

- privilegia las ideas sobre las formas, potenciando valores éticos y morales mediante el respeto a las diferencias, la total libertad de conciencia y el desarrollo personal intelectual y espiritual, fomentando el estudio, el análisis, la observación y la autoevaluación.

El uso del término Rito en masonería es bastante tardío, y obedece a una necesidad de diferenciar las distintas formas rituales que se fueron sucediendo con el paso del tiempo, sobre todo a partir de la proliferación de los denominados “Altos Grados” en los años 1740, distintos a los universalmente reconocidos como simbólicos (Aprendiz, Compañero y Maestro), y cuyos diferentes sistemas de reorganización, llamados en ocasiones Regímenes, condujeron al uso de calificativos que permitieran diferenciar sus particularidades, especificidades y divergencias. Este deseo de reagrupar en función de su génesis y peculiaridades, conjuntos rituales coherentes y estables, desembocó en la aparición de los distintos Ritos hoy existentes.

Por lo tanto, las estructuras Obedienciales y de Altos Grados correctamente concebidas deben pretender, entre otras cuestiones:

a) Coordinar la ayuda e interrelación logial y entre sus respectivos consejos

b) Ser garantes de la correcta aplicación de las estructuras simbólicas inherentes a todo Rito (sea el que sea) lo cual no implica inmutabilidad o evolución en sus distintas prácticas.

c) Facilitar el intercambio y el flujo de experiencias humanas y masónicas entre miembros de distintas Potencias Masónicas.

d) Contrarrestar los excesos o corregir las carencias que pueda padecer la vía iniciática en situaciones de flagrante endogamia logial o los distintos Consejos.

e) Vehicular y tutelar la Tradición y Modernidad, pasado y futuro, de nuestra Orden, nuestros Ritos y Rituales, garantizando una excelencia en nuestros Trabajos Masónicos y en nuestra puesta en práctica vital cotidiana.

f) Trabajar por y para las Logias y sus Cámaras respectivas (y no al contrario), siendo enormemente respetuosa con la libertad de las mismas y con la inherente a la condición masónica de sus componentes, siempre y cuando respeten tácitamente los compromisos libremente adquiridos en ese quid pro quo.

Así pues, más allá de esa estructura “relacional”, existe el vehículo que da un ingente y auténtico valor, haciendo funcional y real el fenómeno masónico. Esto es el Ritual.
Pero, ¿cómo?, ¿cuando?, ¿donde? Y ¿por qué se crea?

La creación de la práctica Ritual del Mason Word, origen de las diversas y posteriores versiones de este Rito que desembocaron con el paso de los años mutando natural o forzadamente en la totalidad de la práctica ritualística francmasónica hoy conocida, fue elaborado por los masones calvinistas de la logia escocesa y calvinista de Kilwinning. Siguiendo los trabajos de Patrick Négrier, máxima referencia en este campo de investigación, y aún a costa de que se nos acuse de vivir gracias a las espaldas de otro (lo cual importa bien poco si el fin es pedagógico y permite sacarnos de la más supina de las ignorancias), diremos que este Rito nace como respuesta a la obligación impuesta por Schaw de practicar un arte de memoria. Nos vemos en la necesidad de beber de los resultados de estas investigaciones dado que nuestra base de datos en lengua española está no sólo bajo mínimos, sino que es inexistente. Se hace imperativo sacar a luz los resultados de la última década de investigaciones de este prestigioso masonólogo y hermano, aunque el resultado reviente literalmente las románticas hipótesis y fantasiosos relatos del génesis francmasónico pre-especulativo o de perennes purezas rituales transmitidas hasta nuestros días, lo cual es una auténtica falacia.

Así pues, la logia de Kilwinnig, rechazando la continuidad de la práctica del rito de recepción prescrito por los Antiguos deberes anglicanos, optó por adoptar la forma de un catecismo simbólico, cuyo vocabulario estuviera compuesto de imágenes conformemente a la tradición de las artes de memoria, pero unas imágenes verbales (metáforas, alegorías) debido en una parte a la confesión presbiteriana y por otra al carácter iconoclasta característico del calvinismo que forzó a dicha logia a esa sustitución de la imagen verbal en lugar de la imagen plástica. Este hecho que hemos apuntado en anteriores trabajos, nos ofrece el instrumento ritual de la Gran Logia de Londres que ontologizándolo y dándose el marco jurídico las Constituciones de 1723, abrió las logias a todos los practicantes de la religión natural (orto-praxis moral) sin consideración para las ortodoxias que quedaban sólo como opiniones individuales rompiendo por este eclecticismo con la religiosidad confesional de los Antiguos deberes, abriendo la puerta a los ateos teóricos y al deísmo. Sobre este último aspecto, ya el historiador y Hermano Charles Porset nos advierte y apostilla en uno de sus trabajos: ”Se ha tomado el pretexto de la exclusión del ateo estúpido para decir que la orden rechazaba a los no creyentes y que la masonería era cristiana. Es inexacto, porque la expresión " Stupid Athéist” está prestada de un pastor presbiteriano, John Weemse, contemporáneo de Anderson y Désaguliers, que en su obra A Treatise of the Horno Degenerate sonnes viz (sic = with) the Atheist, the Idolater, the Magicians and the Jews (London, Thomás Cotes, 1636), distingue cuatro categorías de ateos: aquel que niega a Dios («denying God»); el que duda de su existencia («disputing Atheist») el cree sólo en lo qué le aportan sus sentidos (" Physicall Atheist") y finalmente al ateo estúpido que es impermeable a las luces de la razón; en realidad tal ateo no existe; hace las veces de espantapájaros en su exposición andersoniana – de soporte para poder moldear al gusto-. Designando sólo ése de una manera totalmente retórica, Anderson-Désaguliers no excluyen las tres otras categorías de ateos – lo que concuerda perfectamente con el espíritu latitudinario de la masonería”. Ya el mismo Négrier habla sobre punto de vista personal de Désaguliers acerca de “entender bien el Arte”, aunque para nada se impone la creencia revelada como previa conditio sine qua non para formar parte de la Orden: basta con leer “desapasionadamente” y de forma correcta el redactado de los Deberes. Creo que sobran las palabras y más debates al respecto, reiteración del cual sólo conduce a un diálogo de necios, imposible de reflexionar o de rectificar, desde posiciones inflexibles, dogmáticas, intransigentes, y por descontado, nada academicistas.

Si el católico Schaw ordenó a la logia presbiteriana de Kilwinnig practicar un arte de memoria conforme al calvinismo de sus miembros en sustitución al rito anglicano de los Antiguas Deberes, es porque dicho arte calvinista debería cumplir la misma función que el anterior, una función básicamente moral.
Debemos apuntar que a pesar de la analogía de Shaw en considerar a los Antiguos Deberes como Artes de Memoria, estos no lo son en el sentido estricto conocido y practicado en la Grecia antigua. Los redactores de los Antiguos deberes intercalaron una historia legendaria del oficio entre la Plegaria a la Trinidad y el inventario de unos puntos sobre moralidad que eran sujetos al juramento del recipiendario. Algo así como si esta historia legendaria estuviera dotada del poder de inclinar al recipiendario a respetar y llevar a la práctica la buena conducta y moralidad inherente a su juramento. Un análisis profundo de los Antiguos Deberes permite a Patrick Négrier desvelarnos a éstos como memoriales con un objetivo moral. La historia legendaria del oficio conduce a los francmasones a recordar en primer lugar, a través del ejemplo de las dos columnas antediluvianas, que son los pecados humanos que, provocando el diluvio, hicieron destruir el mundo (recuerdo que constituía para los masones practicantes de los Antiguos Deberes un argumento apocalíptico de conversión moral), y que fueron estos monumentos arquitectónicos de las columnas antediluvianas que salvaron del diluvio el saber de los oficios y de las siete artes liberales. De este análisis se desprende que en los Antiguos Deberes, el recuerdo de la antigua leyenda de las dos columnas antediluvianas entre la plegaria a la Trinidad y el inventario de puntos de moralidad que el recipiendario juraba respetar, constituía, tras la invocación de la gracia en la plegaria, un segundo argumento de conversión moral que reforzaba y facilitaba dicho juramento. He aquí este argumento apocalíptico de conversión moral extraído de la tradición del Antiguo Testamento. Ese recuerdo, rememoración, y el cristianismo juanítico continuador de esta tradición reveladora, permite, a fin de cuentas comprender en qué se inspiró Schaw al pretender hacer una analogía entre los Antiguos Deberes y el arte de memoria, a pesar de no serlo estrictamente en el sentido de que no constituían instrumentos o métodos mnemotécnicos destinados a reforzar la capacidad sicológica del sujeto para recordar y potenciar su retórica sin soporte escrito. Su argumento apocalíptico de conversión moral tenía un objeto anamnético en el componente de hacer recordar al sujeto sucesos supra-significativos y moralmente determinantes del pasado, rememorar en la consciencia elementos históricos susceptibles para determinar activamente la conversión del sujeto a las buenas costumbres.
Así es como William Schaw toma los Antiguos Deberes como “antient statutes set down of before of guid memorie” (artículo séptimo de los Status de 1599).

La logia de Kilwinnig pretendiendo llevar a cabo un arte destinado a una función similar, a saber, una conversión moral de los masones fundada en el recuerdo del pasado, elaboró ella misma su propio arte de memoria en el espacio del rito del Mason Word, reemplazando así al rito anglicano de los Antiguos Deberes.
En su forma primitiva, el Mason Word se reducía a la comunicación de dos palabras J y B mientras se daba la mano de manera ritual denominada garra. Estas palabras J y B, siendo palabras de paso, constituían probablemente respuestas a una pregunta, cual esbozo del género catequético que erige la forma primaria del Mason Word entendido como instrumento destinado a ejercitar la facultad psíquica de la memoria(Edimburgo1696). Además, el hecho de que los elementos del Rito, a saber los nombres de las Columnas del Templo de Salomón y el toque o garra, habían sido sacados del episodio de Gal. 2,9 (donde Pablo de tarso justificó su ministerio apostólico sin figurar en el colegio de los Doce, y que no había conocido a Jesús personalmente, recordando que tres de los apóstoles de Jesús, considerados como columnas “habían reconocido la gracia que le había sido dada” cogiéndole la mano derecha a él y a Bernabé en signo de comunión. Los masones presbiterianos de Kilwinnig refiriéndose a Gal. 2,9 hacen una memoria del pasado, siendo un recordatorio en este sentido la forma del Mason Word, así como un memorial con finalidad moral, ya que reiterando el episodio fundador descrito, afirmaban haciendo prolongar el ministerio apostólico de Pablo basado en la gracia.
Pero, ¿Dónde se encuentra el argumento apocalíptico en Gal. 2,9 que es la fuente cultural del Mason Word?.
Apreciemos que Pablo vincula su propósito sobre las columnas y sobre el agarre de mano a un apocalipsis: “Fui después de una revelación” (apokalupsin) Gal 2,2. De aparente similitud a la que puede conducirnos a la “revelaciones de II Corintios 12, 1-4. De este modo el Mason Word se vincula directamente vía su origen en las escrituras a un argumento apocalíptico (revelador) de conversión moral, lo cual era la función de los Antiguos Deberes.
Un análisis pormenorizado del Edimburgo 1696, prototipo de los catecismos simbólicos del Mason Word (hasta el 1751, fecha de la divulgación del Maçon démasqué) estado inicial del rito de 1637, nos hace ver que era un arte de memoria en doble sentido: primeramente como memorial de elementos del pasado con objetivo moral, y en segundo lugar, como suporte de tipo mnemotécnico, que posteriormente el Dumfries en 1727, revelará en el primer cuadro de logia una nueva expresión del arte psicológico de la memoria (“Todo esta confiado en la memoria de los masones y conoce la suerte de las tradiciones orales”), en este caso de forma compuesta conforme a la versión de confesión episcopaliana que combina el Mason Word con imágenes plásticas.

Hemos visto, por tanto, el nacimiento causal del vehículo ritual, que felizmente se universalizó abriendo además el mecanismo que permitiera crear y ordenar ese punto de encuentro, donde el pensamiento y todo tipo de filosofía, en definitiva, encontraran suelo fértil dentro de un mismo espacio-tiempo. Tal vez nada mágico, pero realmente extraordinario. Un instrumento propiedad de toda la Humanidad.

Cierro así, con este último trabajo, una secuencia de estudios y ensayos tendentes a esclarecer nuestro origen ritual. Solo conociendo algo mejor nuestro pasado podremos hablar con fundamento sobre aquello que pretendemos alcanzar para nuestro devenir, a sabiendas de lo que realmente fuimos, somos y representamos.
Queda solo pendiente, con la colaboración del Hermano Víctor Guerra, la publicación in extenso desde el Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau" de unas tablas comparativas rituales que permitirá ver claramente algunas de las mutaciones, desviaciones, arbitrariedades y condicionamientos que en muchos casos llevaron a desembocar en variaciones más o menos afortunadas, por no decir más o menos legítimas o manipuladoras, quedando en entredicho ese purismo que solo "cuatro privilegiados" pretenden imponer o referir como auténtico y real entre alguna masonería de militancia desinformada, donde prevalece más el asumir a toque de pito que la investigación rigurosa y contrastada. Eso sí, fraternalmente.
Hoy ya no hay excusa para posicionarse histórica y masonológicamente sobre tesis de hace 20 o 30 años atrás. La Tierra gira.

Quien desee conocer los pormenores de esta génesis ritual, le sugiero vivamente la lectura muy en especial de Patrick Négrier:

La Tulip. Histoire du rite du Mot de maçon de 1637 à 1730, Groslay, Ivoire-clair 2005
Le Rite des Anciens devoirs. Old charges 1390-1729, Groslay, Ivoire-clair 2006
Art royal et régularité dans la tradition de 1723-1730, Groslay, Ivoire-clair 2009.


Vemos a veces que la realidad auténtica es más bella, plena, enriquecedora y apasionante que cualquier ficción o fantasía a las que aún muchos obstinadamente se aferran.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
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Masonólogo

21 abril 2024

Gilbert du Motier, Marqués de Lafayette: brillante exponente del Supremo Consejo de New York de Joseph Cerneau

El 15 de agosto de 1824 el Marqués de Lafayette, denominado el "Heroe de los dos Mundos", fue nombrado por el Supremo Consejo de New York de Joseph Cerneau, Soberano Gran Inspector General y Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, así como representante de este alto cuerpo ante el Supremo Consejo de Francia, figura esencial del Supremo Consejo de los Estados Unidos de América (nombre que posteriormente adoptó el Supremo consejo de New York y masón trascendental para materializar el Tratado de Unión, Alianza y Confederación Masónica entre el Supremo Consejo Unido del Hemisferio Occidental - Supremo Consejo de los Estados Unidos de América, el Supremo Consejo de Francia, el Supremo Consejo de Saint-Laurent, el Supremo Consejo para el Imperio del Brasil y el Supremo Consejo de Bélgica, y así fue hasta su paso al Oriente Eterno.

Debemos a Joseph Cerneau la expansión y creacion de la gran mayoría de los Supremos Consejos regulares de Sudamérica. Es por este motivo que el legado de Cerneau se mantiene hoy más vivo que nunca.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro del Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Islas Filipinas
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo

20 abril 2024

LANDMARKS: Por el M.·. Il.·. H.·. Antonio Onías Neto


Quiero publicar en este Blog un trabajo realizado por uno de los Francmasones más sabios, íntegros, valientes y ejemplares que he conocido en la Orden, y que el destino tuvo a bien que pudiera yo gozar de sus enseñanzas consejos y reflexiones. Es una gran pena ya no poder seguir aprendiendo de su profundo conocimiento (pues ahora ocupa su Columna en el Oriente Eterno) el cual daba a todo hermano o Hermana que lo precisara sin importar su pertenencia a la masonería denominada Regular que él consideraba una coyuntura política ajena a lo puramente masónico. Les dejo con este referencial desarrollo magistral acerca de los Landmarks, que tras leer su aportación, harán sentir vergüenza ajena a más de uno.

Joaquim Villalta

 Qual a origem e o significado da palavra LANDMARQUE?
Ela origina-se do inglês. LAND: terra, país, terreno ou território, MARK: marco, sinal, mancha. Em inglês define-se LANDMARK como lugar conhecido, ou marco de território. Em português diríamos marca de terreno, estaca, baliza, lindeiro, marco lindeiro, linda, limite territorial.
         Vamos encontrar nesse sentido, pela primeira vez, na Bíblia em:
         Jó, 24, 2 - “Há os que removem os limites,......”
         Deuteronômio, 19,14 - “Não removerás os marcos do teu próximo, os quais teus antecessores fixaram na tua herança.........”
         Deuteronômio,  27,17 - “Maldito aquele que remove os marcos do seu próximo.”
         Provérbios, 22, 28 - “Não removas o antigo marco, que teus pais puseram.”
         Provérbios, 23, 10 - “Não removas o antigo marco, nem entres nos campos dos órfãos; ......”

         Na Maçonaria, vemos, com o sentido de antigas obrigações, usos, costumes, tradições, ser empregado pela primeira vez em 1721, na compilação dos Regulamentos Gerais da Grande Loja de Londres, em seu artigo 39, quando era Grão Mestre nosso irmão George Payne: “Cada Grande Loja anual tem inerente poder e autoridade para modificar este Regulamento ou redigir um novo em benefício desta fraternidade, contanto que sejam mantidos invariáveis os antigos Landmarques....”
         No entanto, já em 1723, a Assembléia Geral da Grande Loja da Inglaterra substitui a palavra “Landmark”, por “RULE” ou seja “REGRA”.
         Vejamos como a maioria dos autores maçônicos se expressa sobre os Landmarques:
         Albert G. Mackey - “Há diversidade de opiniões entre os tratadistas a respeito da natureza dos antigos landmarques da Maçonaria: porém o melhor método será limitá-los aos antigos e universais costumes da Ordem que acabaram por concretizar-se em regras de ação, ou que se articularam em leis por alguma autoridade competente, e o seria em tempo tão remoto que não deixou sinal na história.” (Jurisprudence of Freemasonry, e apresenta sua relação com 25 landmarques)
         Albert Pike - “Os princípios fundamentais da antiga Maçonaria Operativa eram poucos e simples e não se chamavam Landmarques.” (Atas da Veterana Associação Maçônica, transcritas por T. S. Parvin, onde critica Mackey e no final relaciona 5)
         Bernard E. Jones - “Seria impossível, portanto, alguém dogmatizar em matéria em que a  Grande Loja (a da Inglaterra) não fez qualquer pronunciamento, e em que os Maçons com experiência não podem concordar. Infelizmente existe a tendência de se usar a palavra “landmark” como um substantivo conveniente para descrever algo que não tem significado definido.” (Freemasons Guide and Compendium).
         George Oliver, Rev. - “A respeito dos landmarques da Maçonaria, alguns se limitam aos sinais, toques e palavras. Outros incluem as cerimônias de iniciação e exaltação; os ornamentos, paramentos e jóias da Loja ou seus símbolos característicos. Outros opinam que a Ordem não tem outros landmarques além de seus segredos peculiares.” (Dictionary of Symbolic Masonry e apresenta sua relação com 31).
         H. G. Grant - “Não pode considerar-se landmarque da Maçonaria o que não está estabelecido pelos escritos de nossos pais ou reconhecidas autoridades como regra ou crença dos Franco-maçons em 1723, ou antes, ou que não esteja aceita como marca.” (Ancient Landmarks with suporting evidence, e apresenta sua relação com 54)
               
John W. Simons - “Consideramos como marcas os princípios de ação que identificam com a forma e essência da Maçonaria, e, que a grande maioria aceita, são invariáveis e todos os maçons estão obrigados a manter intactos, sob pena de irrevogáveis sanções.” (Principles of Masonic Jurisprudence, mas apresenta sua relação de 15)
         Josiah Drummond - “Tudo quanto podemos saber é que são leis e costumes existentes desde tempo imemorial. Se há algum uso universal de origem desconhecida, é um landmarque.” (Maine Masonic Text Book)
         Jules Boucher - “Na Maçonaria francesa, a “Liberdade de Pensamento” é um “landmark” fundamental e, paradoxalmente, este “landmark” não tem limites!” (“La Symbolique Maçonnique”, pg. 217)
Luke A. Lockwood - “Os landmarks da Maçonaria são aqueles antigos princípios e práticas que assinalam e distinguem a Maçonaria como tal, e são fonte de jurisprudência Maçônica.” ( Masonic Law and Practice, apresentando 19 Landmarques)
         Oswald Wirth - “Os landmarks são de invenção moderna e seus partidários jamais conseguiram se por de acordo para fixá-los. Isso não impede que os anglo-saxões proclamem sagrados esses limites essencialmente flutuantes, que ajustam de acordo com seus particularismos. Cada Grande Loja fixa-os de acordo com seu modo de compreender a Maçonaria; a maçonaria é compreendida de modos muitos diferentes, razão das definições contraditórias, destrutivas da unidade dentro de uma instituição que visa à concórdia universal.” (Qui est Régulier)
         Robert Morris - “Os dogmas invariáveis que a assinalam dão a conhecer e mantêm os limites da Francomaçonaria.” (Dictionary of Freemasonry e relaciona 17)
W. B. Hextal - “Os antigos landmarques da Francomaçonaria, como todo outro landmarque material ou simbólico, só se podem manter estáveis quando se apóiam em seguros fundamentos. Ao se aprofundar o filósofo sobre a pedra em que descansem descobre que o nosso seguro fundamento é o trino dogma da fraternidade de Deus, a fraternidade dos homens e a vida futura. Todas as leis, usos, costumes e métodos que não se apóiem neste dogma básico, serão convenções ou acomodações, porém de modo algum participarão da natureza dos antigos landmarques.”  (Ars Quattuor Coronati, volume XXV)
         Entre os brasileiros nós podemos citar:
         Henrique Valadares ( Cayru ) - “Os landmarques delimitam o que é Maçonaria e o que não é Maçonaria: o que estiver nos landmarques, ou dentro deles, é Maçonaria regular; o que estiver fora dos landmarques não é Maçonaria ou é Maçonaria espúria. São os “limites”. O Livro das Constituições de Anderson refere-se aos “antigos Landmarques”, que devem ser “respeitados cuidadosamente”.
         “Para que uma regra ou norma seja considerada landmarque tem que reunir em si vários requisitos:
         a) antigüidade, isto é, deve existir desde um tempo imemorial. Por isso, se hoje as Autoridades maçônicas pudessem reunir-se e decretar uma lei universal, esta não seria absolutamente um landmarque.
         b) espontaneidade e generalidade, isto é, o landmarque não tem autor conhecido, não se origina de nenhuma autoridade pessoal, só é landmarque todo uso universal, de origem desconhecida.
         c) invariabilidade e irrevogabilidade, isto é, todo landmarque é inalterável.”
(O Aprendiz-Maçom)
        
Nicola Aslan - “Evidentemente, o problema dos Landmarques continuará sem solução possível, e de nada irá adiantar a melhor definição ou a melhor compilação apresentada, porque sempre será um trabalho estabelecido sobre a areia. Como já tivemos oportunidade de dizer para nós, os Landmarques, e particularmente os de Mackey, que obtiveram o maior sucesso, representam, ou para melhor dizer, pretenderam representar dentro da Maçonaria o mesmo papel que as Falsas Decretais desempenharam, outrora, dentro da Igreja Católica.” (Landmarques e outros problemas Maçônicos)
         Vanildo de Senna - “Os Landmarques, na verdade, constituem atualmente, problema de difícil solução. Tratadistas, jurisconsultos e todos quanto deles se ocuparam jamais puderam chegar a um acordo no sentido de defini-los, enumerá-los, classificá-los e interpretá-los.”(Landmarques - Tese, Antítese e Síntese)
         Se formos verificar a relação dos Landmarques existentes observaremos a diversidade dos mesmos, quase todos levantados por Virgílio A. Lasca e alguns por nós constatados:
         São somente 3 para Alexandre S. Bacon e Chetwood Crawley;
         5 para Albert Pike , aceitos por Morivalde Calvet Fagundes e José Castellani;
         6 para Jean Pierre Berthelon e para a Grande Loja de Nova York, tomando por base os capítulos em que se dividem as Constituições de Anderson.
         7 para Roscoe Pound e o cubano Carlos f. Betancourt, adotados pela Grande Loja de Virgínia;
         8 para a Grande Loja de Massachusetts, repetindo a relação de Mackey, apenas diminuindo-lhe a numeração;
         9 para J. G. Findel, aceitos pelo Rito Moderno;
         10 para a Grande Loja de Nova Jersey;
         12 para A. S. MacBride;
         14 para Joaquim Gervásio de Figueiredo;
         15 para John W. Simons adotados pela Grande Loja de Tennessee;
         17 para Robert Morris;
         19 para Luke A. Lockwood adotados pela Grande Loja de Connecticut;
         20 para a Grande Loja Ocidental da Colômbia;
         23 para a Grande Loja de Louisiana;
25 para Albert G. Mackey e Chalmers I. Paton, aceitos pelas Grandes Lojas Brasileiras;
         26 para a Grande Loja de Minnesota;
         29 para Henri A. Lecerff;
31 para o Rev.  George Oliver;
         54 para H. G. Grant adotados pela Grande Loja de Kentucky.

         Por seu lado, a Grande Loja Unida da Inglaterra, embora não chame de Landmarque, fixa 8 condições sem as quais não reconhece um outro Corpo Maçônico.
         Como vemos cada Grande Loja adota uma compilação, e cada estudioso do assunto acrescenta mais uma.
         Não cansaremos os leitores com a transcrição de todas elas, nos restringiremos a citar textualmente a de Findel, que é aceita pela maioria das Lojas do Rito Moderno, embora também se possa fazer ressalvas sobre alguns deles, e comentaremos item por item a de Mackey, endeusada pela maioria dos Maçons brasileiros, inclusive faltando com a verdade ou a transcrevendo ora com a supressão, ora alterando-lhe o conteúdo, com a intenção de não ferir susceptibilidade de alguns ou de conseguir mais adeptos.

Compilação de Findel

1.- A obrigação de cada Maçom professar a religião universal em que todos os homens de bem concordam. (Praticamente transcrevendo as Constituições de Anderson)
    “Um Maçom está obrigado, por sua condição, a obedecer à Lei Moral, e se compreende bem a Arte, não será jamais em um estúpido Ateu nem um Libertino irreligioso. Mas se bem que nos Tempos antigos fossem obrigados em cada País a ser da Religião, qualquer que fosse, desse País ou dessa Nação, contudo é considerado mais conveniente de somente os sujeitar àquela Religião sobre a qual todos os Homens estão de acordo, deixando a cada um suas próprias  Opiniões, isto é, serem  Homens de bem e leais, ou Homens de Honra e de Probidade, quaisquer que sejam as Denominações ou Confissões que os possam distinguir; pelo que a Maçonaria se torna o Centro de União, e o Meio de firmar uma Amizade entre Pessoas que teriam ficado perpetuamente Distanciadas.”
2.- Não existem na Ordem diferenças de nascimento, raça, cor, nacionalidade, credo religioso ou político.
3.- Cada Iniciado torna-se membro da Fraternidade Universal, com pleno direito de visitar outras Lojas.
4.- Para ser Iniciado é necessário ser homem livre e de bons costumes, ter liberdade espiritual, cultura geral e ser maior de idade.
5.- A igualdade dos Maçons em Loja.
6.- A obrigatoriedade de solucionar todas as divergências entre os Maçons dentro da Fraternidade. (Como eu gostaria que isso se tornasse realidade.....)
7.- Os mandamentos da concórdia, amor fraternal e tolerância; proibição de levar para a Ordem discussões sobre assuntos de religião e política.
8.- O sigilo sobre os assuntos ritualísticos e os conhecimentos havidos na Iniciação.
9.- O direito de cada Maçom colaborar na legislação maçônica, o direito de voto e o de ser representado no Alto Corpo.

                                               Classificação de Mackey

1.- Os meios de reconhecimento.
         Ora, os modos de reconhecimento na maçonaria nem sempre foram os mesmos. A princípio todos os sinais eram dados assim que os Aprendizes eram iniciados. As palavras de passe e sagrada são diferentes nos diferentes Ritos. A palavra que substituiu a palavra perdida é diferente nos diversos ritos, e os sinais e toque também o são. Portanto a existência dos meios de reconhecimento são um landmarque, mas não cada um deles em si. Alguns mudaram desde a fundação do Rito até os dias atuais.

2.- A divisão da Maçonaria em 3 graus.
         Sabemos que antes de 1717, quando da fundação da primeira Grande Loja, só havia dois graus na Maçonaria. O grau de Mestre só foi criado em 1725 e institucionalizado em 1738, e considerado regra pela Grande Loja em 1813. Se um landmarque deve ser imemorial, este não poderia ser um.


3.- A Lenda do 3º Grau.
         Somente após a criação do grau de Mestre é que foi criada esta Lenda. Portanto não é imemorial. E, outra, o Herói da Lenda é diferente nos Ritos Hiramitas e Adonhiramitas. A estrutura da Lenda também. Uma lenda egípcia adaptada à Bíblia judaico-cristã.
4.-     O governo da Fraternidade deve ser exercido por um Oficial denominado Grão Mestre, eleito por todo o povo Maçônico.
         A criação do cargo de Grão Mestre de uma Potência, conforme entendemos hoje, só foi acontecer após a fundação da Grande Loja da Inglaterra. Anteriormente, o nome Grão Mestre era também utilizado para Veneráveis de Lojas, e não de toda a Fraternidade.

5.- A prerrogativa do Grão Mestre de presidir toda reunião maçônica, onde e quando se realize.
         A objeção é mesma que a anterior, só depois da criação de um Alto Corpo, reunindo maçons de todas as Lojas é que houve o que seria o cargo atual de Grão Mestre.

6.- A prerrogativa do Grão Mestre de conceder licença de conferir graus em tempo anormais, com dispensa dos prazos.
         Repetimos a mesma alegação dos anteriores itens.

7.- A prerrogativa que tem o Grão Mestre de autorizar fundação e manutenção de Lojas Maçônicas.
         Anteriormente, as Lojas eram fundadas por decisão dos Maçons, sem influência estranha. Era o lema “Maçom livre em Loja livre”. A prática das Cartas Constitutivas é recente.

8.- A prerrogativa do Grão Mestre de “fazer maçons à vista”, ou seja, reunindo determinado número de Irmãos poder iniciar sem que sejam necessárias sindicâncias, provas ou o que mais seja da iniciação.
         Isso já foi feito no Brasil, infelizmente, com drásticas conseqüências.
         Como se vê, os chamados landmarques, do 4º ao 8º, são regras que cabem mais num estatuto, numa constituição, podendo ser alterados por decisão do povo Maçônico, como já o foram.

9.- A necessidade dos Maçons de se congregarem em Loja.
         Finalmente, encontramos uma afirmativa que efetivamente é um “landmark”, na concepção de seus definidores. Desde que concebeu a Maçonaria os seus membros se reúnem em organismos denominados Lojas.

10.- O governo da Fraternidade, quando reunida em Loja, deve ser exercido por um Venerável e dois Vigilantes.
         Este é efetivamente um landmarque, pois desde tempos imemoriais, mesmo quando não havia os graus, as Lojas eram presididas por um Presidente (Mestre da Loja) e dois Vice-Presidentes (Senior Warden e Junior Warden) , escolhidos entre seus membros.

11.- A necessidade de uma Loja, quando reunida, estar resguardada ou coberta.
O sigilo maçônico assim o exige, eis outra regra definitiva.

12.- O direito de todo Maçom se fazer representar nas reuniões gerais da Fraternidade, e de instruir seus representantes.
         Anteriormente os Maçons (aprendizes ou companheiros) compareciam pessoalmente às reuniões do povo Maçônico, mas não podiam ser representados. O direito de representação foi criado posteriormente, e é diferente conforme a legislação da Obediência, quer seja Grande Loja ou Grande Oriente. Em uma os representantes são o Venerável e os Vigilantes, e no outro é o deputado.

13.- O direito de recurso de cada Maçom perante a Grande Loja ou Assembléia Geral.
         Nos primórdios da Maçonaria Especulativa não existia esse direito de recorrer da decisão de uma Loja a que pertencesse o Maçom, pois a Loja era livre e não filiada a nenhum Alto Corpo. E, atualmente, por exemplo, tanto nos Grandes Orientes como nas Grandes Lojas existem órgãos judiciários específicos para decidir recurso de Maçom.

14.- O direito de todo Maçom visitar e tomar assento em qualquer Loja.
         Tentem visitar uma Loja inglesa. Antes do atual Tratado da Grande Loja com o Grande Oriente houve Irmãos barrados em Loja da Grande Loja.  E, por outro lado, qualquer membro de uma Loja pode vetar a entrada de um visitante. A regra citada deveria ser válida, mas infelizmente não o é.

15.- Nenhum visitante, desconhecido dos Irmãos de uma Loja, pode ser admitido à visita, sem que, antes de tudo, seja examinado, conforme os antigos costumes.
         Seria no caso o inverso do landmarque anterior, no entanto, como a maioria não conhece os toques, os sinais e as palavras de outros Ritos, é de fato não cumprido. Já ouvi Vigilante dizer que “batem irregularmente à porta do templo”, quando ouve as baterias de outro  Rito  que não o seu.

16.- Nenhuma Loja pode intrometer-se em assuntos que digam a outra, nem conferir graus a Irmãos de outros quadros.
         Em tese, é verdadeiro, no entanto, um visitante pode votar contra o ingresso de um profano em uma Loja, o que é uma certa forma  de se imiscuir em assuntos de outra, e isto jamais foi proibido nem poderia sê-lo. Quanto a conferir graus, pode, desde que por delegação da Loja de origem do Irmão.

17.- Todo Maçom está sujeito às leis e aos regulamentos da Jurisdição Maçônica em que reside, mesmo não sendo membro de qualquer Loja.
         Outra afirmação que, em tese, é de aceitar, posto que não se filiar já seria uma infração maçônica, no entanto, a residência temporária está sendo considerada? Poderia a Obediência regional obrigar o Maçom designado a prestar serviços por tempo determinado em outro país, ou região, a filiar-se à sua Jurisdição sob a ameaça de infringir um landmarque?

18.- Todo candidato à iniciação deve ser homem livre de nascimento, não mutilado ou isento de defeitos físicos e maior de idade.
             Que maioridade? Civil, eleitoral ou criminal? Os lowtons, em nossa legislação, têm direitos especiais quanto à idade.
        O escravo liberto ou o filho de escravo não poderia ser iniciado? No Brasil o foram.
         Quando se impunha a iniciação apenas dos homens as mulheres eram submissas, em todo sentido. O são agora? Atualmente, há algumas que são mais livres que alguns homens. E mais capazes.
         È bom citar o que constava no Poema Régio ou Manuscrito Régio ou ainda Manuscrito Halliwell, de 1390, um dos primeiros documentos da Maçonaria Operativa senão o primeiro conhecido, em seu preâmbulo onde vemos: “Pois assim cada um poderia ensinar ao outro e amar-se mutuamente como Irmão e Irmã”, e no seu artigo X consta “Nenhum Mestre deve suplantar outro Mas ficar juntos como Irmão e Irmã”. Nada faz crer ou admitir que o termo Irmã não se referisse a presença da mulher, portanto a proibição é recente.
         A higidez exigida é efetivamente total, no entanto, conhecemos diversos Irmãos mutilados; já soubemos de casos históricos de cegos iniciados, a própria Constituição exige, atualmente, que a higidez lhe dê condições de praticar todos os atos ritualísticos. Seria essa exigência atual? E o avanço no campo das próteses? Permanece este landmarque por séculos, como, infelizmente, se exige.

19.- Que todo Maçom deve crer na existência de Deus como Grande Arquiteto do Universo.
         Não seria a exigência um dogma, que fere os princípios Maçônicos? A Maçonaria tem princípios, não dogmas. Anderson falava em religião universal, não definia no que deve crer. A Grande Loja Unida da Inglaterra chega a exigir uma religião monoteísta, como ficariam os panteístas e os politeístas, de diversas facções. Eles são religiosos. Houve época em que algumas Lojas exigiam a crença no dogma da Trindade. Quando se pretendeu fixar esta afirmativa como landmarque, sequer se conheciam todos os tipos de crenças existentes no planeta. Só é permitido ser Maçom se for de origem judaico-muçulmano-cristão? Onde a liberdade de crença? Onde a exclusão do preconceito religioso?
         Melhor seria falarmos na crença, na aceitação de um Princípio Criador, que abrangeria melhor todas as possíveis formas de credos, conforme consta da Constituição do Grande Oriente do Brasil.

20.- Subsidiária à crença em Deus, a crença em uma vida futura e na imortalidade da alma.
         Vemos que alguns landmarques, como o de Pound, que prefere falar em “imutação da personalidade”, no lugar de imortalidade.
         A maior parte dos autores brasileiros (por má fé?) esconde que Mackey cita a crença na ressurreição, que fere grande parte dos maçons brasileiros, que crêem na reencarnação e não na ressurreição. Toda afirmativa dogmática colocada como landmarque é um perigo para a liberdade de pensamento, fundamento da Ordem.
         Vejamos o que diz o texto em inglês do Landmarque coligido por Mackey: “is the belief in a resurrection to a future life.” E mais adiante: “To believe in Masonry, and not to believe in a resurrection, would be an absurd anomaly.” Como é que ficam os Maçons não reencarnacionistas?

21.- A existência do “Livro da Lei”, como ornamento indispensável em uma Loja.
         Em primeiro lugar, há de se observar que não existia antigamente a exigência de qualquer livro, religioso ou não, como ornamento das Lojas, basta consultar nos diversos rituais antigos a inexistência do livro no compromisso dos iniciados. Os autores brasileiros exageram, ainda mais, dizendo que o landmarque fala em “livro da lei que deve conter a verdade revelada pelo Grande Arquiteto do Universo”; e algumas Grandes Lojas, ainda, citam especificamente a Bíblia. Ora, onde a liberdade religiosa? Onde a liberdade de pensamento?
Fala Mackey em religião do país, é incrível depois das Constituições de Anderson falar-se que deve ter a religião do país. Ninguém pode ter outra religião senão a religião da maioria??!! Eis o que diz Mackey: “The ‘Book of de Law’ is that volume which, by the religion  of the country”.
Falar em Velho Testamento (Old Testament) para os judeus? O livro sagrado do Judaísmo não é todo o Velho Testamento, mas apenas o Pentateuco  ou Torá. No Brasil nós temos religiões (não só no Brasil), que não têm livro sagrado, pois toda tradição religiosa é oral (Candomblé, Umbanda, Pajelança, etc.). Quem não entende de outra religião senão a sua, quando entende; quem nunca estudou outras religiões, como pode falar desta ou daquela religião?
Nós mantemos presente um Livro Sagrado em virtude do Tratado que existe com a Grande Loja Unida da Inglaterra. Diz o item 5 dos seus 8 pontos: “All Freemasons under its jurisdiction must take their obligations on or in full view of the Volume of the Sacred Law (i.e. the Bible) or the book held sacred by the man concerned”, portanto o compromisso não é feito obrigatoriamente sobre o Livro da Lei Sagrada, basta que ele esteja presente.

22.- Que todos os homens são iguais perante Deus e que na Loja se encontram no mesmo nível.
         Em primeiro lugar, muda-se a redação de Mackey, que diz simplesmente a igualdade de todos os Maçons.  Diz ele: “THE EQUALITY OF ALL MASONS is another Landmark of the Order.”
         Mas não há dúvida que a igualdade dos Maçons em Loja é um landmarque, desde que obedecida a hierarquia e os graus, portanto a igualdade não é tão absoluta. A grande verdade é que o Maçom não goza dos privilégios e prerrogativas que possam gozar no mundo profano.

23.- Que a Maçonaria é uma sociedade secreta de posse de segredos que não podem ser divulgados.
         Por que será que nossos Irmãos alteram a redação dos landmarques de Mackey, será que é porque não podem sustentá-los na forma que são, mas pretendem endeusá-los? Na tradução da Grande Loja de Sergipe consta o termo correto.
         Ora, a Maçonaria não é uma sociedade secreta, só o sendo nos países onde a liberdade de associação não é permitida. Nem em Cuba comunista.
         Ela tem seus estatutos registrados e sede conhecida.  Ela é, isto sim, uma sociedade sigilosa, que tem seus segredos, como muitas outras sociedades civis e religiosas. O que existe na Maçonaria é o sigilo que seus membros devem guardar dos conhecimentos havidos pela iniciação
Se segredo existe é aquilo que é tratado dentro de Loja, o, que infelizmente não acontece.

24.- A Maçonaria consiste em uma ciência especulativa fundada numa arte operativa.
         Definir a Maçonaria como ciência é absolutamente anticientífico, em nenhum conceito de ciência cabe admitir a Maçonaria como uma delas. A Maçonaria incentiva o estudo da ciência, incentiva a prática das artes, mas não é nenhuma nem outra. A afirmativa não é um landmarque, e ainda mais, é uma inverdade.

25.- Os landmarques da Maçonaria são inalteráveis. ”Nolumus legen mutari”
         É muita veleidade, no mínimo, afirmar que os landmarques que Mackey relaciona são inalteráveis. Não há dúvida que devem existir princípios fundamentais (e existem), mas relacioná-los, afirmá-los como verdadeiros, porque por si escolhidos, é pretender se tornar um Papa da Ordem.
         Alguns Irmãos chegam à infantilidade de faltar com a verdade na defesa desses landmarques, como nosso querido Irmão Rizzardo da Camino, quando afirma: “Coube a Inglaterra reunir esses landmarques e apresentá-los à maçonaria moderna...” e cita os landmarques de Mackey. Ora, a Inglaterra, tanto no tempo, da Grande Loja da Inglaterra e Grande Loja de York, como depois da união, formando em 1813 a Grande Loja Unida da Inglaterra, nunca fixou ou compilou uma relação como verdadeira, como legítima. Ela considera que os Antigos Deveres contidos nas Constituições de Anderson, em sua primeira edição, alterada posteriormente por ela, são a lei fundamental onde constam os princípios vitais da Maçonaria Moderna.
O que Inglaterra fez foi listar “oito pontos”, que exige de outras Obediências para reconhecê-las como Corpo Maçônico regular.
         Nos Estados Unidos, onde existem os maiores defensores dos landmarques, é onde existe a maior variedade de relações e compilações, cada Grande Loja lista os seus e os considera como os verdadeiros e inalteráveis.
         Os landmarques relacionados por Mackey tiveram como um de seus maiores críticos Albert Pike, que foi Soberano Grande Comendador da Jurisdição Sul do Rito Escocês Antigo e Aceito nos Estados Unidos, do qual Mackey foi Grande Secretário Geral. 
         No Brasil, chegou a constar da Constituição dos Grandes Orientes. Felizmente, quando estávamos no Grande Oriente de São Paulo, dissidente, atual Grande Oriente Paulista, em 1982, conseguimos excluí-lo. E, no Grande Oriente do Brasil foi escoimado de sua Constituição em sua última reforma, em 1991, onde consta atualmente a exigência dos landmarques, mas sem citar qualquer deles, ficando a cargo da Loja ou do Rito escolher qual deles adotar.
         Efetivamente, o problema dos landmarques é insolúvel, porque a maioria pretende tornar a Maçonaria, a seu modo, num grupo dogmático em que só a sua vontade seja válida, pretende infirmar princípios fundamentais na Maçonaria que são a Busca Constante da Verdade, a Liberdade Absoluta de Pensamento, a Liberdade Absoluta de Consciência.                                    
                                                                 
Antonio Onías Neto, Vª Ordem, Gr.·.9
 M.·. I.·.
Grande Inspetor do Rito Moderno o Francês  
Past Soberano Grande Inspetor Geral
Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil