Vamos a finalizar
esta primera saga de trabajos dedicados a conocer de manera introductoria el
Mot de maçon, agradeciendo infinítamente las investigaciones, trabajos y
reflexiones de mi amigo y Muy Querido Hermano Patrick Négrier, siempre
dispuesto a atender nuestras consultas y aportar toda su sabiduría y
conocimiento. En sucesivas entradas, publicaremos otros estudios de este
prestigioso autor que romperán esquemas y moldes que a día de hoy aún circulan
en los ámbitos masónicos de forma indebida.
Los orígenes calvinistas del rito escocés del Mot de
Maçon nos invitan en última instancia a reexaminar más cercanamente el
hipotético lazo que, según el poeta escocés Henry Adamson (Thrénodie des muses, 1638) y un artículo anónimo de la revista
londinense Poor Roin’s intelligence (10
de octubre de 1676), podría haber existido entre este rito calvinista escocés
(principalmente compuesto, desde 1628-1637, de la comunicación oral de las
palabras Y… y B… acompañado de un apretón de mano con la derecha) y el movimiento
luterano alemán denominado Rose-croix (Rosacruz).
Sobre este preciso punto, es a la preciosa documentación
reunida por Paul Arnold a la que debemos acudir. Este autor nos recuerda
oportunamente dos hechos que alertan nuestra atención: por una parte, el hecho
que según una obra de V. Griesmann datada en 1623, Jean-Valentin Andreae, el
autor de los tres clásicos rosacrucianos, comunicaba “secretamente a sus
hermanos una explicación milagrosamente extraña forjada en su nueva escuela
profética, poniendo a la cabeza estas palabras: Iach…, una constante profesión
de fe que dará testimonio del verbo viviente en la columna Bo…”; y por otra
parte el hecho que en 1620 Jean-Valentín Andreae hizo aparecer una Christiani amoris destra porrecta (Mano
derecha tendida del amor cristiano), obra en la cual el autor presentaba el “plan
de una sociedad cristiana… con el objetivo, no de prescribir a las gentes una
regla, sino de suministrar al lector sensato y prudente material para
reflexionar más de antemano sobre el tema y hacer un esfuerzo personal”.
P. Arnold precisa también respecto a esta obra: “La Main droite continuó circulando… Incluso
en Inglaterra donde John Beal(e) escribiendo a Hartlib lamentará bien pronto
que el modelo de una sociedad cristiana y esta curiosa Mano derecha tendida del amor cristiano no se enraizara más
profundamente en Inglaterra”.
En efecto es chocante que los dos componentes originales
del rito calvinista del Mason Word (Mot de Maçon) (la comunicación oral de las
palabras Y.. y B…, y el apretón de la de la mano derecha) elaborado en
Kilwinning hacia 1628-1637 haya sido en cierto modo precedidos por sus
equivalentes en el medio rosacruciano: la comunicación de las palabras Y… y B…
por el luterano alemán J. V. Andreae hacia 1623, y la evocación por este
último, en 1620, de la “mano derecha” (rito simbólico de comunión fraternal
prestado de los dos libros de los Macabeos
y en Gal. 2,9).
¿Cómo explicar semejante encuentro?
¿Pura coincidencia o bien préstamo cultural tomado por
Baillie a Andreae, en efecto transmisión de Andreae (quien experimentaba una simpatía
de connivencia por el calvinismo) a Baillie?
El pastor presbiteriano Robert Baillie (probable creador
del rito calvinista del Mot de Maçon en Kilwinnig donde tenía entonces ese
cargo) ¿habría él mismo creado el rito del Mason Word contentándose con
apoyarse en los materiales de la Biblia que, como todos los reformados, conocía
muy bien?
O bien, con la finalidad de transmitirlos a los masones
de Kilwinning, ¿habría tomado prestados los dos elementos del rito del Mot de
Maçon (la comunicación oral de las palabras Y… y B…, y el encaje de la mano
derecha) del pastor luterano Andreae y su
Main
droite de lo que se hablaba en esa época en Inglaterra en la misma época?
Examinemos una tras otra cada una de estas dos hipótesis:
El rito del mason Word fue creado en Kilwinnig por uno o
varios calvinistas para así sustituir el rito anglicano de recepción en logia
prescrito por los Antiguos Deberes. Este rito calvinista de recepción en logia
fue originalmente concebido de una parte como un signo de comunión fraternal
(darse la mano derecha), y por otra parte como una doble palabra de paso
que permitiera autorizar a los francmasones calvinistas reconocidos como tal a
penetrar en la logia (las palabras Y y B convenían especialmente mejor como
palabras de paso dado que decoraban las dos columnas encuadrando la puerta del
Hekal del Templo de Salomón).
R. Baillie
(si en efecto fue él quien creó el Mot de Maçon) pudo perfectamente extraer el
encaje de manos ritual de la mano derecha (I y II de Macabeos, Gal. 2,9) y las palabras Y y B
(I Reyes 7,21) de la Biblia sin tener hacerlo de Andreae. Si ese fue el caso,
deberíamos entonces concluir que las referencias anteriores de Andreae sobre la
“mano derecha” y a las dos palabras Y y B fueron una simple coincidencia sin
relación alguna con el uso posterior de los mismos motivos en el caso de los
francmasones de Kilwinning a partir de 1628-1637.
Si, por el contrario, R. Billie
sacó estos motivos de Andreae, deberíamos entonces preguntarnos sobre las
modalidades de este préstamo cultural:
¿Cómo el pastor presbiteriano de Escocia Baillie habría
podido tomar prestado hacia 1628-1637 los dos principales componentes del Mot
de Maçon al pastor luterano de Alemania J. V. Adreae?
P. Arnold afirma de Griesmann que era un “polemista
deshonesto”, argumento que nos invita a desconfiar del testimonio de Griesmann
sobre la comunicación de las palabras Y y B por Andreae. Sin embargo, aunque
eso fuera así, la deshonestidad de Griesmann no anula el problema de la
evocación de Y y B por Griesmann en 1623, la atribución de esta comunicación a
Andreae fue una mentira efectiva. Para saber si Robert Baillie habría tomado sí
o no hacia 1628-1637 los dos componentes originales del rito del Mason Word
(Mot de Maçon) de Jean-Valentin Andreae o de Griesmann (ya que es en esos
términos bien preciso que se plantea la cuestión del eventual origen
rosacruciano del rito masónico del Mot de Maçon), habría evidentemente que
releer los escritos del pastor presbiteriano de Kilwinning a la luz de las
informaciones que Roland Edighoffer nos muestra sobre dos personajes que sobre
suelo británico habrían podido servir de enlace entre Baillie y Adreae (o
Griesmann): de una parte el hombre que hemos mencionado más arriba, Samuel
Hartlib (1595-1662) que se instaló en Inglaterra en 1628 (y hará publicar en
1647 en Cambridge una traducción inglesa de dos escritos de Adreae en ellos la Main droite antes publicada en 1620); y
por otra parte un amigo de este mismo Hartlib, el teólogo escocés John Dury
(1595-1680) quien pudo encontrase a Baillie sobre el terreno de la teología
calvinista.
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo