Se considera tradicionalmente que la masonería practica, en cada uno de los grados, unos rituales que ponen en escena los misterios iniciáticos correspondientes. Lo que es ampliamente discutible, es lo ancestral de la práctica en la forma de transmisión de dichos misterios, e incluso el objeto/mensaje en sí mismo transmitido aunque hayan podido beber para la composición de sus formas, de modelos pertenecientes a pasadas o antiguas civilizaciones poseedoras de mitos y leyendas que pretenden dar a entender su cosmogénesis o dar respuesta a una realidad trascendente.
En estos rituales, reencontramos ciertos gestos, posiciones y desplazamientos, así como palabras que son, en realidad, las palabras sagradas y de paso. Otro elemento importante es el «Cuadro de Logia», una representación iconográfica donde son resumidos los secretos de cada grado.
Aunque el repertorio iconográfico de la masonería haya variado durante los siglos, los componentes esenciales de cada uno de tres grados universales y fundamentales (aprendiz, compañero y maestro) no han sufrido cambios importantes; no hay pues diferencias significativas entre los diversos cuadros de un mismo Grado.
Vemos primero que el Cuadro de Logia de Maestro está dispuesto de tal modo que Hiram, acostado en el sarcófago, tenga la cabeza en Occidente y mire hacia Oriente; el norte se sitúa pues en su izquierda.
En masonería, y aunque las lecturas hayan mutado con el tiempo, Hiram representaba dos aspectos de la divinidad, si bien esta divinidad quedaba libre de definición doctrinal o derivaba de un deísmo acorde a la Religión Natural: el primer aspecto lo vincula a la vida celeste que baja a este mundo (el mundo que es el hombre) para construir allí el templo pero también al dios sepultado en la tumba del cuerpo, y que debe resucitar, ambos aspectos muy presentes en el tercer grado.
La Palabra de Maestro
En la masonería moderna, el nombre aparece por primera vez en el manuscrito Dumfries n ° 4, de 1710, cuando es cualificado de "maestro masón". La «tumba del maestro Hiram» se percibe en el manuscrito Wilkinson de 1727, y la primera descripción de una elevación (resurrección) del cuerpo de Hiram por medio de la palabra de maestro se encuentra en el manuscrito Graham de 1726.
En la tentativa de levantarlo, uno de los maestros dice: "morrow in this bone”, «médula/tuétano en este hueso».
La obra de Samuel Prichard, Masonry dissected, editada en Londres en 1730, contiene la leyenda completa de Hiram. Encontramos allí también una descripción de los "cinco puntos de compañero" o "de perfección". Desde entonces, en todos los rituales de tercer grado, la “resurrección” de Hiram es asociada con la palabra de maestro y con los "cinco puntos de perfección".
Según un manuscrito de 1725, “The Whole Institutions of freemasons opened”, la palabra de maestro es Magboe and Boe, lo que, según el ritual, significaría: morrow in the bone, «la médula/tuétano en el hueso».
Durante el siglo XVIII, la palabra de maestro tomará diversas formas: Mahabon, Moabon, así como una gran variedad de grafismos, que sólo hicieron que aumentar la disparidad fonética y semántica.
Ciertos autores afirman que Mahabon o Moabon y sus variantes son una deformación del hebreo mah haboneh.
F-H. Delaulnaye, un masón francés de principios del siglo XIX, informa que el sentido de Moabon es «del padre», ya que un francmasón se convierte, por el hecho de su recepción al tercer grado, en el hijo y el sucesor de Hiram. Por otra parte, El Tuileur de Vuillaume afirma que Moabon proviene del hebreo moab, porque ab, significa padre.
Sea la que sea, la palabra de maestro aparece siempre asociada a la putrefacción: la carne se separa del hueso, la carne es corrompida, «podrido hasta el hueso», etc. Pero decimos también: hay médula en el hueso...
La idea subyacente es por una parte que las médulas/tuétano están vivas y por otra parte que la carne está corrompida. La confusión que reina entre los nombres del grado de maestro es por cierto, real. Sin embargo, si examinamos atentamente los rituales, y aunque los elementos que hacen referencia a la corrupción estén asociados con la palabra sagrada de la maestría, esto no significa necesariamente que sean una traducción. En el momento en el que se levanta al maestro Hiram, decimos solamente: la c…. se s…. del h….. Hay asociación de conceptos, no necesariamente traducción.
Otra palabra de maestro utilizada en masonería, Mac-B….c, figura en un ritual francés de 1730, y se utiliza en el rito francés o moderno. También le atribuimos orígenes múltiples y significados, aunque ciertos autores consideren que no signifique nada en absoluto, en ninguna lengua. Para el masón inglés Thomás Payne (1737-1809), es un nombre de origen céltico: hijo (mac) de la viuda (b…c). Esta interpretación concuerda bien con su tesis sobre los orígenes druídicos de la masonería inglesa. Aunque inexacta no contradice de ningún modo a las otras y se integra bien en el contexto simbólico del grado de maestro.
En la obra ya citada de Prichard, encontramos el grafismo Machbenah y le atribuimos el sentido siguiente: el constructor ha sido matado.
Una obra inglesa publicada en 1751, “La Maçon démasqué”, cita el término Mac B….c y afirma que significa "la carne se separa de los huesos". Arturo Reghini, en 1922, le atribuye un origen hebraico y traduce por œdificantis putrido, «la putrefacción, (maq) de aquel que edifica (boneh).
El verbo Benah significa también engendrar, de modo que Mac-benah podría traducirse en «engendrado de la putrefacción», lo que sería una alusión clara a la muerte y a la resurrección de Hiram. En este sentido, la interpretación de Reghini se revela aceptable, y se integra perfectamente en el misterio del tercer grado.
Finalmente, los documentos franceses del siglo XVIII afirman que la antigua palabra sagrada de la maestría era J…h, que ha sido perdida (mejor decir substituida por prudencia) y que a los masones les incumbe reencontrarla. Según G-L. Perau, en su obra “El Secreto de los francmasones”, publicado en 1745, el Tetragrama fue escrito sobre el sarcófago de Hiram porque «tal era la antigua palabra de maestro», afirmación que queda también formalmente recogida con la elaboración del Régulateur du Maçon, en su ritual de Tercer Grado.
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo