16 noviembre 2023

La Mujer en la Francmasonería. Epílogo,

Y a todo esto, ¿qué sucedió con la mujer en relación a la Francmasonería?
En la Edad Media, las corporaciones de arquitectos y picapedreros, en la gran mayoría de los casos estaban integradas por hombres. En la gran mayoría, lo que no significa que no existieran mujeres que cumplieran estos Oficios, pues no todas las corporaciones medioevales excluyeron a la mujer .
En el “Libro de los Oficios del Preboste de Paris”, que data del año 1270, se detallan los oficios y corporaciones exclusivamente femeninas, las que presentaban en su construcción y funcionamiento, marcadas semejanzas con las de los masones operativos de la época. En este sentido, es particularmente destacable la cofradía de las Hilanderas.
En el sistema de aprendizaje de oficios de las cofradías del Compañonage (una institución muy vieja en Europa), en el viaje que ha efectuado todo compañero desde el medioevo, el llamado “Tour de France”, la “Madre” ha sido la encargada o dueña de la posada o albergue en que pasan los “compañeros” su período de prueba del oficio, y la que organiza sus vidas, vela porque reine el orden, la justicia y el entendimiento fraternal entre todos. Estos viajantes aprendices, pueden llegar hasta la centena de jóvenes entre 18 y 25 años durante un período que puede ir de 6 meses a dos años. Único personaje femenino admitido en el Compañonage, ha gozado siempre de una autoridad reconocida y de un respeto profundo.
La Guilda (corporación) inglesa de los Carpinteros de Norwich, que data de 1375, guilda a la que también pertenecían los albañiles de York, recuerda que: “Todos los años, el sábado siguiente a la Ascensión, los Hermanos y Hermanas se reunirán en un lugar determinado para recitar oraciones en honor de la Santa Trinidad, por la paz y la unión del país...” “Si muere algún miembro de la guilda, sus Hermanos y Hermanas deben rezar por él ...”
Entre los constructores de Catedrales encontramos el nombre de una mujer, Sabine de Pierrefonds, hija de Hervé de Pierrefonds, más conocido por su nombre germánico de Erwin de Steinbach, constructor principal de la Catedral de Strasburgo. Sabine esculpió algunas de las notables estatuas de Notre Dame de París, y a su vez en tanto que Maestra de Obra, formó Aprendices en su oficio. Y es probable que no fuera la única mujer en ser Maestra del Oficio.
También se puede pensar en la recepción de las esposas de los Maestros, pues en las ”Antiguas Constituciones de los masones francos y aceptados, tomadas de un manuscrito escrito hace 500 años” de J. Roberts, escrito en 1722, en la parte del Reglamento de los Aprendices, dice: “No revelaréis los secretos o proyectos de vuestro Maestro o de vuestra Maestra ...”
En los archivos de la Logia de York N° 236, que perteneció a la antigua Gran Logia de toda Inglaterra, existe un manuscrito de 1693, por el que nos enteramos que durante una recepción en el Siglo XVII: “Uno de los antiguos toma el Libro, y aquél o aquella que debe ser hecho masón posa las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones”.
Incluso la iniciación femenina a la masonería aceptada se extendió a una soberana, Ana Estuardo, hija de Jacobo II, que reinó sobre Gran Bretaña e Irlanda de 1702 a 1714.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33ª
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Miembro de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado

Mujer y Masonería: La lucha por la absoluta "Igualdad" (y II)

En los tiempos de la masonería operativa, las mujeres participaban activamente en las fraternidades de los talladores de piedra y de constructores. En efecto - y para sorpresa de muchos -se pueden ver nombres femeninos tanto en las listas de trabajo de las canteras como en las relaciones de asistencia de varias "Logias", nombre con el que se designaba el pequeño local temporal destinado a la administración de las obras de construcción durante el tiempo que estas duraban. El hecho de que la gran mayoría de estas corporaciones estuviera integrada por hombres, no significa que no existieran mujeres que cumplieran estos oficios, puesto que no todas las corporaciones medievales excluían a la mujer.
Para citar un ejemplo, la Guilda (corporación) inglesa de los Carpinteros de Norwich, que data del 1375, a la que también pertenecían los masones de York, recuerda que: “Todos los años, el sábado siguiente a la Ascensión, los Hermanos y Hermanas se reunirán en un lugar determinado para recitar oraciones en honor de la Santa Trinidad, por la paz y la unión del país...” “Si muere algún miembro de la guilda, sus Hermanos y Hermanas habrán de rezar por él ...”
Entre los constructores de Catedrales encontramos el nombre de una mujer, Sabine de Pierrefonds, hija de Hervé de Pierrefonds, más conocido por su nombre germánico Erwin de Steinbach, constructor principal de la Catedral de Estrasburgo en el 1277. Sabine fue responsable de tallar el pórtico de esta catedral así como de esculpir algunas de las notables estatuas de Notre Dame de París. También por su condición de Maestra de Obra, formó Aprendices en su oficio.
Pensamos también en la recepción de las esposas de los Maestros, pues en ”las Antiguas Constituciones de los masones francos y aceptados”, tomadas de un manuscrito de una antigüedad de 500 años anterior a ser editado en 1722 por J. Roberts, en la parte del Reglamento de los Aprendices, dice: “No revelaréis los secretos o proyectos de vuestro Maestro o de vuestra Maestra ...” En los archivos de la Logia de York N° 236, que perteneció a la antigua “Gran Logia de Toda Inglaterra”, existe un manuscrito de 1693 (denominado York Nº 4), dónde podemos leer lo que sigue respecto a una recepción del Siglo XVII: “Uno de los antiguos coge el Libro, y aquel o aquella que debe ser hecho masón, pone las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones”. Incluso, la iniciación femenina dentro la francmasonería aceptada se extendió a una soberana, Ana Estuardo, hija de Jacobo II, que reinó sobre Gran Bretaña e Irlanda de 1702 a 1714 .
Si consideramos importante efectuar una búsqueda histórica de los orígenes y parte de la base de inspiración de lo que posteriormente representará la masonería especulativa, necesariamente nos hemos de dirigir a los denominados "Antiguos Deberes" u obligaciones (Old Charges). Estos se componen de un material de aproximadamente ciento veinte documentos manuscritos que han sobrevivido hasta nuestros días, referentes a normas y reglamentos que gobernaban el arte y la ciencia de la construcción antes del surgimiento del sindicalismo moderno. Estos documentos datan de unos trescientos a seiscientos años atrás. El más antiguo conocido es el denominado "Regius" y, según los expertos, fue redactado sobre el 1390; se trata de un extenso poema, de rima arcaica denominada "doggerel verse", que se encuentra en el British Museum. De éste destacamos unos extractos de particular interés:
“Este gran clérigo se llamaba Euclides,
Su nombre era conocido en todo el mundo.
Pero este gran clérigo ordenó
A quien más elevado estaba en este grado,
Que debía de enseñar a los más simples de espíritu
Para ser perfecto en este honrado oficio;
Y así debían instruirse el una al otro,
Y amarse juntos como hermano y hermana.”
También en el Artículo Décimo leemos:
“El décimo artículo sirve para hacer saber,
A todos los del oficio, grandes o modestos,
Que ningún maestro puede a otro suplantar,
Sino estar juntos como hermana y hermano.”
Finalmente en su punto noveno encontramos:
“El noveno punto va dirigido a aquel
Que es el intendente de nuestra sala
Si os encontráis juntos en la cámara
Servios uno al otro con calmada alegría;
Gentiles compañeros, lo debéis saber,
Cada cual debe ser intendente por turnos,
Semana tras semana, sin lugar a dudas,
Todos a la vez intendentes deben ser,
Para servirse unos a los otras, amablemente,
Como si fueran hermano y hermana;”
Llegados hasta aquí, permitidme efectuar la siguiente reflexión: La aparición de la Masonería Moderna o Especulativa en 1717, con la organización de la Gran Logia de Londres supuso una desviación de la tradición masónica anterior. Años más tarde este hecho generó la revuelta de los masones operativos liderados por el H.·. Laurence Dermott, quien constituyó la Gran Logia de los "Antiguos" según las viejas instituciones. Es innegable que la fuente de la Tradición Masónica radica en la Masonería Operativa anterior a 1717, de dónde se deduce que la Gran Logia de Londres era cismática e irregular "ab initio". Por lo tanto hablar de los conceptos de regularidad y legitimidad resulta un tanto complejo y delicado. La evolución es absolutamente necesaria siempre que se conserve aquello que es "esencial" para determinar el pensamiento masónico, y curiosamente, algunas propuestas concretas que pueden parecer innovadoras, ya eran de aplicación en la tradición masónica antigua.
Vemos, pues, que el problema generador de división masónica alrededor del concepto “regularidad”, responsable entre otras diferencias, de la no aceptación de la mujer como miembro de nuestra Augusta Orden, se reduce a la clasificación que ciertas Obediencias reservan para otras en función de su origen, Ritos y creencias. Simbólicamente, se aplica este término a los masones que están activos (inscritos en una L.·. y a plomo con sus obligaciones) y de la Logia que cumpliendo con las condiciones constituyentes, está instalada y reconocida por una Ob.·., quien le otorga una Carta Patente ofreciéndole “legalidad- regularidad” para ejercer su trabajo bajo su jurisdicción. Pese a esto, esta legalidad adquirida obedencialmente, no es condición “sine qua non” para definir su calidad masónica. Recordamos que una Logia Justa y Perfecta disfruta de completa independencia de otra Logia o Gran Logia para desarrollar sus trabajos. ¿Dónde encontramos pues, el “fons et origo” de la esencia masónica?
Ésta probablemente radique en los Landmarks o Antiguos Límites, puesto que son los Principios Generales de Derecho Masónico, normas de derecho no escrito, que cumplen una importantísima tarea fundamentadora, interpretativa, integradora y limitadora. ¿Pero qué son estos landmarks o linderos? Algunos de estos linderos son comunes, otros bastante diferentes dependiente de quien haya hecho una relación (Mackey, Mac Bride, Pound, Pike, u otros) llegando en algunos casos a encontrarse en total contradicción. Sólo unos pocos linderos de los muchos que aparecen en las numerosas listas coinciden o son muy similares a las Obligaciones contenidas en los antiguos Estatutos de la Cofradía. Los verdaderos Landmarks constituyen reglas rectoras, puntos de partida y de referencia, dónde su observancia permito garantizar la conservación de la esencia masónica siempre y en todas partes. Nos estamos refiriendo entonces a aquellas ideas básicas sobre las que se fundamenta la Institución Masónica, que surgen lógica y racionalmente de aquello que ha sido, es y será la Orden en su propia naturaleza. Vemos en ellos aquellos principios o reglas de gobierno masónico que supuestamente determinan el espíritu de nuestra institución, y que por provenir de tiempos remotos, se tienen en su mayor parte por inviolables. Dentro de estos linderos se encuentra la masonería, fuera de ellos, no existe. Por lo tanto, ninguna Gran Logia los puede derogar, ignorar, modificar o añadir y tienen como características el ser fundamentales, preexistentes, subordinantes, universales e inmutables. Existen y permanecen sin necesidad de ser enumerados, ni contenidos en un código. Podríamos “atrevernos” a intentar citar algunos que considero como muy evidentes:
La Masonería es una Institución cerrada y permanece a cubierto. El Simbolismo forma parte integrante de la Masonería.
La Logia representa el lugar físico y espiritual de encuentro de los Masones.
La Masonería es defensora de los derechos humanos.
Los Masones son seres humanos libres y de buenas costumbres. La Masonería le opone al dogmatismo, el libre examen, el libre pensamiento y la razón.
La Masonería es ajena como institución a la práctica religiosa.
La Masonería es ajena como institución a la práctica política.
La Masonería es una institución democrática.
Paralelamente, nos aparecen los Antiguos Usos y Costumbres. Éstos también son normas de derecho no escritas, que sin tener las características de los Landmarks, cumplen una tarea supletoria en el derecho masónico aunque pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia de la Orden. Los Antiguos Usos y Costumbres no tienen la connotación de principios generales y deben ser estudiados como prácticas reiteradas que se han convertido en costumbres aceptadas y se deben tratar de forma diferente, entre otras razones porque estas no tienen el carácter de esencialidad, inalterabilidad o inmutabilidad. La exigencia de la creencia en el G.·.A.·.D.·.U.·. y la exclusión de la mujer no son reglas esenciales o fundamentales para la Orden Masónica. Resaltamos como curiosidad, que la Gran Logia Unida de Inglaterra los enuncia en un lugar diferente a los Antiguos Límites y de estos Landmarks no ha elaborado ninguna lista que los defina o que ni siquiera los enumere . Los tradicionalmente presentados como Landmarks, como la lista de Mackey y otras similares, suelen ser antiguos Usos o Costumbres, pero no Landmarks o Principios Generales de Derecho Masónico, ya que no reúnen las características antes mencionadas. En este sentido, la creencia en el G.·.A.·.D.·.U.·. y la regla de la exclusión de las mujeres, no son Landmarks sino Antiguos Usos . Pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia masónica. De hecho, las Logias europeas principalmente que ya retiraron estas prohibiciones deben sentirse completamente legitimadas sin ningún género de dudas, siendo el problema, más de relaciones internacionales en lo que respeta al reconocimiento por parte de determinadas obediencias abocadas a defender unas posturas intelectualmente y moralmente insostenibles a día de hoy dentro de una sociedad de progreso y libertades. El cambio de parecer de estas últimas se producirá tarde o temprano, y la meta de unión universal francmasónica estará algo más cercana y menos utópica.
Por todo esto, como defensores del ideario francmasónico, reconozcamos y devolvamos los derechos que pertenecen a la mujer tanto por sus cualidades como por justicia universal, y hagamos operativo este sentimiento igualitario para todos los seres humanos en cualquier situación que así lo requiera. Es nuestro deber y responsabilidad.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33ª
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
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Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
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Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado

14 noviembre 2023

Mujer y Masonería: La lucha por la absoluta "Igualdad" (I)

Puede resultar sorprendente plantear este tema en la actualidad, por su aparente evidencia argumental. Aún así, he estimado oportuno hacerlo como trabajo sintético de estudio y conocimiento histórico individual, intentando a la vez que pueda resultar de interés para el resto de Hnas.·., HH.·. o lectores en general.
Nuestro mundo ha experimentado grandes progresos, aunque muchos de ellos se han materializado de manera desigual en diferentes aspectos. Uno de los grandes adelantos sociales y de valores lo representa la teórica conquista por parte de la mujer de la igualdad de derechos cívicos y de oportunidades con los hombres, con todavía numerosas y desgraciadas excepciones por ahora. No siempre fue así. La mujer era tanto o más importante que el hombre en los cultos y creencias antiguos. Esta importancia también adquirió significado en la vida social y comunitaria, hasta llegar a las diversas formas de matriarcado.
En tiempos prehistóricos, la mujer tenía una activa participación en los cultos agrarios de fertilidad. Recordemos el culto a las “Diosas Madres” ya vigente en la etapa “auriñacense” del paleolítico superior (30.000 AC). En la Antigüedad, de Mesopotamia y Egipto, el culto a la diosa Naturaleza pasó a la Europa mediterránea. Durante miles de años la religión del área mediterránea y Europa, desde Anatolia hasta el Próximo Oriente, expresó el culto a la Diosa, metáfora de la naturaleza, y sus ciclos representaron la vida, la muerte y la regeneración. La civilización matriarcal de la Vieja Europa llegó a su máximo esplendor durante el 5º milenio AC. Respecto a los ritos de Iniciación y las formas de sacerdocio, desde los más elementales hasta los culturalmente mejor elaborados, la mujer ocupaba un lugar de preferencia. En el Antiguo Egipto, las mujeres participaban activamente en los Misterios de Isis y Osiris, del mismo modo que en Grecia en los Misterios de Eleusis instituidos por la diosa Deméter. Las invasiones por razones probablemente económicas de los indoeuropeos, no obstante, impusieron una estructura social patriarcal, y un panteón con dioses predominantemente masculinos. Los nuevos soberanos déspotas buscaron el apoyo de Sacerdotes y poetas para dar fundamento religioso a su ideología política que les ayudara a gobernar con normas morales y legitimara sus acciones agresivas y su poder absoluto. Fue así como se efectuó la reforma religiosa, creando y divulgando mitos, usados con la expresa función de propagar la ideología patriarcal. Los nuevos mitos aportaban claves útiles para la existencia, servían para imponer, amparar y mantener una situación de superioridad masculina, modelaban conductas diferenciadas de cada sexo y servían para subordinar, someter y disciplinar a las mujeres, a la vez que para justificar el orden impuesto y asignarle una base moral. Esta justificación religiosa permitía la guerra, como cumplimiento de indicaciones Divinas y, amparándose en la misión grandiosa de extender su religión, pretendía convertir al resto del universo. Antes de aquellas invasiones indoeuropeas, los pueblos del continente no utilizaban armas, vivían en ciudades abiertas y se dedicaban esencialmente a la agricultura, la artesanía y el comercio. Podemos de este modo diferenciar estas anteriores “sociedades solidarias” respecto a las “sociedades de dominación” que se impusieron finalmente. Las invasiones indoeuropeas consolidaron la sumisión de la mujer plasmadas ciertamente en las religiones de Libro Sagrado: el judaísmo, el islam y el cristianismo.
Este conjunto de factores: comportamientos innatos y adquiridos, normas de derecho, usos y costumbres tradicionales y preceptos religiosos erróneos, mantuvieron a la mujer en un grado de inferioridad en relación al hombre . Muchos de quienes se oponen a la admisión de la mujer en Francmasonería, esgrimen como únicos argumentos, unas veces el de la "Tradición", otras las Constituciones de 1.723, y algunos van mucho más allá recurriendo a teorías antropológicas de nula base científica y de fascistas reminiscencias que ahora me ahorraré comentar. Estas posturas intentan impedir que más del 50% de la Humanidad beba de las mismas fuentes del Conocimiento que los hombres "libres" y nacidos de mujer. Las Constituciones de Anderson (1.723)., salidas de a imprenta de Willian Hunter, Londres, el año Masónico de 5.723 (1.723 E.··.V.··.), representan unos de los puntos discordantes. Es en su Sección Segunda (Obligaciones de un Francmasón, apartado III), dónde está el origen de lo que todavía hoy continúa sembrando la polémica: "Los candidatos admitidos como miembros de la Logia, deben ser buenos y leales, nacidos libres, de edad madura y discreta, no esclavos, ni mujeres, no inmorales o escandalosos, sino de excelente reputación". Resulta a todas luces incomprensible que una Fraternidad que ha luchado contra toda clase de "dogmas", acabe por "crear" y "mantener” uno, para justificar la no participación de la mujer. Esta postura "dogmática" se fundamenta en un párrafo de un documento producto de la mentalidad de aquellos años y elaborado por hombres de iglesia (no olvidamos la calidad de pastores protestantes de Anderson y Désaguliers), puritanos y con un concepto sobre la inteligencia y aptitudes de la mujer de su época totalmente diferente al nuestro. Anderson excluye a las mujeres, no por una cuestión iniciática o relacionada con la Tradición, sino por un hecho histórico constatable en aquella época: las mujeres vivían y morían bajo la tutela masculina y prácticamente nadie las consideraba libres. Refiriéndonos nuevamente a esta lectura dogmática, resulta curioso, que en el Artículo XXXIX (último de ellos) de los Reglamentos Generales, recopilados por George Payne (Segundo Gran Maestre de la Logia de Londres) el año 1.720 (tres años antes de las Constituciones de Anderson), se diga: "Cada sesión anual de la Gran Logia, tiene poder inherente y autoridad para hacer nuevas reglamentaciones o alterarlas, para el beneficio real de esta antigua Fraternidad.."

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33ª
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12 noviembre 2023

La presencia de la Mujer en la Masonería de Oficio (Operativa) y su progresión en el seno de la Orden

La Masonería fundamentada en unos valores ético-morales y principios de alcance universal, no puede estancarse cual dogma atemporal en una restricción reglamentaria contra la aceptación femenina que atenta al concepto mismo de dignidad humana, de progreso y atenta a la razón.
Ni siquiera históricamente (ver trabajos académicos del prestigioso historiador medievalista francés Jean Gimpel y en los estatutos de Boileau, Paris, del S. XII entre otros muchos) encontramos que fuera negado el acceso en la Mas.·. de Oficio (Operativa) a las mujeres donde estaban también incluidas. Así, del mismo modo en el ámbito especulativo, rápidamente bajo la influencia Modern en la Europa continental proliferaron los Trabajos Mixtos (ver los Rituales del Marquis de Gages en los Países Bajos Austriacos y el fenómeno de la sociabilidad en la Ilustración, o en el entorno del propio Conde de Clermont del S. XVIII).

Sólo un giro dogmático traducido en la fusión de 1813 impidió la natural revisión de las fundacionales Constituciones de 1717, abriéndose la tendencia de reconocimiento y recepción de la mujer en las históricas obediencias masónicas continentales Gran Oriente de Bélgica y Gran Oriente de Francia, que hoy día, entre otras muchas, las reconocen y reciben plenamente.

Por fortuna, cada vez más son las OOb.·. y Potencias Filosóficas, sobre todo al abrigo del Rito Francés de los Modernos, que reconocen a la mujer con pleno derecho masónico, respetando también la libertad de Trabajar en Talleres Masculinos, Femeninos y Mixtos.

Hoy nuestra actual masonería, y muy especialmente el Rito Moderno debe recoger el testigo y proseguir con la expansión de los valores inherentes que ostenta, libre de toda discriminación o imposición dogmática en defensa de unas sociedades más justas, libres, laicas y solidarias.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33ª
M.·. I.·.
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09 noviembre 2023

Teoría del conocimiento

Proponemos a nuestros lectores este excelente y pedagógico trabajo del M.·. Il.·. H.·. Antonio Onías Neto, que ocupa su Col.·. en el Or.·. Et.·., M.·. I.·., Pasado Gran Inspector del Rito Moderno, Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil

La Filosofía es un propósito del espíritu humano para llegar a una concepción del Universo mediante la auto-reflexión sobre sus funciones valorativas teóricas y prácticas. Es una percepción racional del Universo, es una búsqueda de sus principios y sus causas. Ella visa la moral, el arte, la ciencia, la religión.

Aunque la Religión pretenda el conocimiento total del Universo, su forma de enfoque es bien distinta a la de la Filosofía, aunque la religión pretende este conocimiento por la fe, por la revelación, mientras que la Filosofía lo pretende por la razón.

El estudio filosófico puede ser encarado o dividido por las teorías siguientes:

1) Teoría de la Ciencia - conducta teórica del conocimiento científico.

2) Teoría de los Valores - de la conducta práctica. Los valores éticos, religiosos y estéticos.

3) Teoría de la concepción del Universo.

En lo que nos vamos a interesar es en la Teoría de la Ciencia, que podemos dividir en Formal y Material.

Formal es la Lógica, la corrección formal del pensamiento, la concordancia del consigo mismo, respondería a la pregunta: "¿Es el pensamiento correcto?"

Material es la Teoría del Conocimiento. También llamada Epistemología o Gnoseología. Busca ver la certeza del conocimiento. Responde a la preguntas "¿Existe concordancia del pensamiento con su objeto? ¿Hasta qué punto el Sujeto aprehende el Objeto? ¿Es el pensamiento verdadero?"


La Teoría del Conocimiento sólo aparece de forma autónoma a partir de John Locke, y, podemos decir que llega a su ápice con Kant, con su obra "Crítica de la Razón Pura".

Pero, finalmente, ¿qué es el Conocimiento?

Podemos encararlo por un prisma psicológico, que investiga el proceso psíquico del conocimiento. Si lo observáramos por el método fenomenológico, que estudia el fenómeno del conocimiento, vamos a ver la esencia de ese fenómeno, la relación dual entre el Sujeto cognoscente y el Objeto conocido en sí, y la imagen del Objeto que llega al Sujeto.
Si observáramos el Conocimiento sólo del punto de vista del Sujeto caeremos en el llamado Psicologismo, nos restringimos al fenómeno sólo en cuánto al proceso psicológico.
La imagen del Objeto debe retratar verdaderamente el Objeto. ¿Cual es la concordancia existente entre el Objeto y su imagen? Si nos apegáramos sólo a este prisma tendremos lo que llamaríamos el Logicismo.
Por otro lado se nos restringimos sólo a explicar el fenómeno del conocimiento por el estudio del Objeto, encontrando en él toda la explicación del mismo, caeremos en el Ontologismo, exagerado en la interpretación del ser fuera del Sujeto cognoscente.
Vemos, por lo tanto, que ni la psicología, ni la lógica, ni la ontología explican solos el fenómeno del conocimiento.
Éste debe, pues, ser visto por una explicación filosófica; a esta teoría algunos le dieron el nombre de Gnoseología, Epistemología, o aún, Teoría del Conocimiento.

Para hacer su estudio, intentaremos responder a cinco preguntas fundamentales:

1.- ¿Puede el Sujeto aprehender realmente el Objeto? ¿Cual es la posibilidad del Conocimiento?

2.- El hombre siendo un ser intelectual o espiritual y a la vez un ser sensible, de un lado la razón y del otro la experimentación, ¿cual de ellos es la fuente? ¿Cual es el origen del Conocimiento?

3.- Habiendo la relación entre el Sujeto y el Objeto, ¿quien determina la relación, el Sujeto o el Objeto? ¿Cuál es la esencia del conocimiento?

4.- El Sujeto ¿aprehende sólo el Objeto por la razón, por la deducción? ¿La intuición, el conocimiento intuitivo existe? ¿Cuáles son, pues, las formas del Conocimiento?

5.- Y, finalmente, un último problema: ¿hay un Conocimiento verdadero? ¿Como distinguir el Conocimiento falso del verdadero? ¿Cual es el criterio para determinar la separación entre el falso y el verdadero? ¿Cual es el criterio del Conocimiento?

En este trabajo nos restringiremos a discutir la primera pregunta: ¿Es posible el Conocimiento? ¿Existe efectivamente la Posibilidad del Conocimiento? Este tema es importantísimo para las posiciones filosóficas del Rito Moderno, razón por la que nos atendremos a ella.

Varias son las doctrinas existentes.

Veamos primero el DOGMATISMO.
La palabra dogma, en Grecia, comenzó a ser usada como doctrina fijada, como decreto, como opinión acepta.
Actualmente, se emplea el término en el sentido de afirmación sin justificación lógica, fundada en autoridad civil, cultural, científica, militar o religiosa.
El dogmatismo afirma que el Conocimiento es posible, puesto que existe el contacto real entre el Sujeto y el Objeto, y este contacto hace el Conocimiento como exacto, como verdadero. No hay dudas en cuanto la posibilidad del Conocimiento.
La primera posición del hombre, histórica y psicológicamente, es dogmática, es el hombre ingenuo, es el niño. Todo lo que el hombre ve, siente y piensa es verdadero.
El problema estudiado por la Epistemología no existe para el dogmático, y como problema filosófico sólo va a aparecer con los Sofistas.

Como teoría opuesta al dogmatismo tenemos el ESCEPTICISMO, cuando afirma la imposibilidad del Conocimiento, para éste no hay el contacto real entre el Sujeto y el Objeto, el Sujeto no tiene condiciones de aprehender el Objeto.
De este modo, el escéptico defiende que el hombre debe abstenerse de todo el juicio, pues no hay juicio verdadero. Esta posición tiene origen con Pirron de Elis, es el llamado escepticismo radical, general o universal.
Pero el escepticismo absoluto se contradice, pues en el momento en que afirma la imposibilidad del Conocimiento, expresa un juicio, emite un juicio, por tando, dice conocer.
El escepticismo puede ser sin embargo parcial, alcanzando sólo un campo del Conocimiento humano, pudiendo ser ético (cómo el de Montaigne), puede ser teórico, siendo metafísico (como el positivismo de Augusto Comte), religioso (como el agnosticismo de Herbert Spencer), puede ser metódico (como la duda de Descartes).
Es también intitulado de escepticismo académico, la doctrina llamada de probabilismo, predicada por Arcesilao y Carneades, que afirma no ser posible el conocimiento total, verdadero, en cualquier campo del Conocimiento, aunque nunca podemos tener certeza, pero sí que parece ser, que es probable.
Aún, dentro del ámbito del escepticismo, no llegando a sus extremos, están el subjetivismo y el relativismo.
Defiende el subjetivismo, en una posición psicologista, que "el hombre es la medida de todas las cosas". Sólo hay verdades para un sujeto, tanto como individuo como para el sujeto general, el género humano.
Por su parte, afirma el relativismo que nuestro conocimiento sólo es verdadero en relación a nosotros, sólo es posible el Conocimiento dentro de nuestras limitaciones, inclusive las externas, no restringiéndose al psicologismo del subjetivismo. Nuestra posibilidad de conocimiento es relativa a la influencia del medio en que vivimos, del ambiente cultural en que nos encontramos. Un paisaje visto a ojo desnudo o por intermedio de un binóculo son dos verdades diferentes.
El subjetivismo tuvo su primera posición histórica con los Sofistas, y el relativismo como teoría con Pitágoras.
Modernamente vamos a encontrar el relativismo con Osvaldo Spengler.
Una posición moderna de escepticismo la vamos a constatar en el pragmatismo de William James. Para los pragmáticos no es posible haber concordancia entre el sujeto y el objeto, este concepto de verdad es inválido. Sólo es verdadero lo que es útil, lo que es práctico, pues el ser humano es un ser práctico por excelencia, un ser de acción. Sólo es cierto lo que aprovecha a la vida. El pensamiento no existe para conocerse la verdad, y sí para orientar el hombre en su realidad práctica. Efectivamente tal teoría niega la esfera de la lógica, no reconoce la autonomía del pensamiento.

Finalmente, una posición que pretende ser la síntesis entre la tesis dogmática y la antítesis escéptica. Se llama Criticismo.

El Criticismo, de un lado acepta la posibilidad del conocimiento, está convencido de que hay una verdad, por otro lado desconfía de todo conocimiento determinado. Su posición no es dogmática, ni escéptica, pero sí reflexiva y crítica. Estaría entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica.
Esta posición crítica ya la vemos delineada en Platón, en Aristóteles, en los estoicos, más recientemente en Descartes y Leibnitz, más aún en Locke y Hume. Pero aquel que es considerado el verdadero fundador del Criticismo es Emanuel Kant.
El Criticismo es "aquel método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones, y las razones en que las mismas se basan, método de la esperanza de llegarse la certeza."

Es evidente que cuando se pretende tener una Teoría del Conocimiento, se admite "a priori" la posibilidad de ese conocimiento, por menor que sea. Lo que se pretende cuando se estudia la Teoría del Conocimiento es investigar sus presupuestos, sus condiciones, un examen crítico de los fundamentos del conocimiento humano.
He ahí porqué alcanzando el hombre la edad adulta de la razón no puede aceptar tesis dogmáticas, he ahí porqué el Rito Moderno se afirma como adogmático. Para el Rito Moderno el hombre ya no es el niño de sus inicios históricos, ya no es el hombre primitivo que aceptaba verdades dogmáticas, basadas en el miedo, en la ignorancia, en la autoridad" ex-cathedra".
El hombre es un ser libre para pensar, reflexionar, criticar, como afirma el principio Masónico de la búsqueda incesante de la Verdad.

Artículo publicado en la Edición de marzo/mayo de 1996 , página 9 del Jornal "Egrégora", Año III, nº 12, editado por la ARLS "Miguel Archanjo Tolosa", nº 2131, Grande Oriente do Distrito Federal - GOB.
Actualizado el 9 del 11 de 2023 E.·. V.·.


Traducción:
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo del Ecuador
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia