30 agosto 2024

Reflexionando sobre el Grado de Rosacruz de Hérédom de Kiwinning (de mis conversaciones con Patrick Négrier)


Es fuente de conocimiento entablar una conversación con el Masonólogo, filósofo y amigo Patrick Négrier, pues tras plantearle una consulta, él abre la puerta de mi búsqueda de criterio propio fundamentado en las bases de la historia, la sociología y la filosofía.

Joaquim Villalta, V Orden, Gr.·. 9 y Último del Rito Moderno o Francés, 33º R.E.A.A.

M.·. I.·.

Estimado Joaquim, como ya te he comentado en anteriores ocasiones, nunca me ha interesado por mis principios filosóficos y de investigación histórica la práctica de los denominados Altos Grados, sin bien reconozco que cuando un Régimen o Sistema los contiene, nunca está de más aproximarse a su propuesta, aunque sea tangencialmente. Sin embargo, debe reconocerse que el mero hecho de que este alto grado buscaba ser asociado por su nombre al término "Kilwinning" sigue siendo significativo porque ciertos masones eruditos no ignoraban el hecho de que el rito moderno del Mason Word había sido creado enteramente a partir de los masones escoceses de Kilwinning (incluso si no percibieron todas las implicaciones denominacionales, bíblicas y eclesiales, como se explica en mis libros).

Otra observación de mayor importancia: el movimiento literario y teosófico de los Rosacruces de los años 1614-16 estuvo bajo el camino de los maestros exclusivamente, y no del camino de los ritos (a diferencia de las dos masonerías antiguas y modernas que eran ritos). Sin embargo, si los masones de altos grados han buscado adherirse a la cultura de los rosacruces aunque no formara parte del rito, es simplemente porque encontraron en esta cultura dos cosas que les interesaban: la caballería y la alquimia, dos culturas estrictamente ajenas a la “Palabra de Masón” en sus tres grados.

Si deseas estudiar los rituales masónicos de los rosacruces, puedes consultar a los historiadores que han publicado sobre este tema. Una última cuestión: a partir de 1743 los rituales de los altos grados masónicos fueron objeto de tráfico comercial: cobraban caro la recepción a un grado supuestamente superior al 3º de maestro. Pero si esto fue un malentendido moral entre vendedores y compradores, este fenómeno sigue siendo muy revelador de lo que es básicamente la Masonería más allá de su cultura que sigue siendo válida e interesante: una práctica social donde se otorga sin decirlo, la primacía de la promoción social o al menos desde un punto de vista sociológico. Lo cual en verdad desde un punto de vista tradicional no tiene ningún valor real. Y por eso no sólo hay violencia en las logias, sino también una falta notable de verdadera cultura e incluso del gusto pronunciado por la cultura y su primacía.

De modo que si desde un punto de vista histórico la Masonería no desciende de antiguas iniciaciones, sino sólo de un Oficio medieval que era sólo una corporación piadosa, es en definitiva que por la mirada del enfoque sociológico (y no filosófico) de la gran mayoría de los albañiles, estos presentan sin embargo estigmas similares a los de las antiguas iniciaciones que también favorecían la mirada sociológica (¿qué trabajo haces, cuánto dinero ganas, cuántas personas tienes a tus órdenes, eres el dueño?) sobre la mirada filosófica (que se ocupa sólo de las verdades sin preocuparse por el rango social, ni por el poder social, ni por el poder económico y financiero).

Patrick Négrier

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