Los Tres Pilares del Templo R+
La Orden aborda desde el primer grado, el elemento constructivo alegórico en referencia al propio crecimiento y evolución del individuo en sus distintas facetas vitales. La existencia misma debe ser redescubierta con una propuesta que parte del conocimiento desde dentro hacia afuera. Nada sería proyectado sin una pre-existencia materializada.
Así, el primer deber de todo masón debe ser el conocimiento interno llevado a cabo mediante el uso de las herramientas que el método masónico nos propone de forma gradual, progresiva y permanente. Su uso obligado, por lo necesario, será el procedimiento conducente a la elevación del templo virtuoso y su otra cara (cual moneda) la construcción de la cárcel de los vicios, concepto este, que desarrollaré en otra ocasión. Así, desde el primer instante creacional, el aprendiz intuye el poder de la Palabra, aquella afirmación creadora de una realidad que la hace existir desde el cero, o estado potencial, y desde su recepción progresa concéntricamente, Palabra, tras Palabra, cual aproximaciones a la original, la Fiat Lux que el Maestro conoce como Jehova o Principio Generador del Todo cognoscible e incognoscible por nuestra propia limitación psicofísica.
Así pues, el Compañero que ya la ha visualizado, dispone de esas joyas móviles que la permitirán transitar desde los estados más burdos a aquellos tendentes a lo sublime. Esta simbólica construcción del Templo-Ser Humano, se asocia obviamente al Templo de Salomón en cuyo Santo de los Santos reside la conexión de lo terrestre con lo excelso. Es un Templo infinito sustentado sobre los pilares por todos conocidos como Sabiduría, Fuerza y Belleza: o sea, para inventar, ejecutar y adornar, y sus derivadas conceptuales en pos de lo bueno, bello y justo, dirigido a fundirse en la perfección preexistente.
Para no caer en un nivel de concreción religioso, me centraré sucintamente en lo filosófico y espiritual de la forma más genérica posible. Así, todo masón ambiciona a ser un Rey así como poseer el potencial de un Dios en tanto a llegar a alcanzar esa Ars Regia cual Melquiseceq bíblico, Rey de Justicia y Sacerdote del Más Alto. Esa legítima y positiva ambición pretende poseer el “poder” de lo que podríamos denominar “divino” en este estado humano para su uso universal y filantrópico.
Pero no quiero adentrarme en ese concepto ahora que merecería estudiar minuciosamente la posible cualidad sacerdotal del francmasón. Lo que queda absolutamente claro dentro del simbolismo histórico-bíblico del cual deriva nuestro anteriormente referido método, es que esa construcción terrenal-personal queda destruida, quedando sus pilares quebrados y sus herramientas rotas por insuficientes, resultado de la retrogradación del Ser que puede llegar a convertirse en la auténtica antítesis de aquello que anhelaba a priori. El buscador, viajero en pos del centro del círculo, debe tomar consciencia de que el Templo verdaderamente indestructible solamente lo hallará fundamentado sobre unos pilares que trasciendan más allá de los nada despreciables ya antes citados, funcionales y precisos, pero transitorios, mutables y quebradizos.
El proceso arduo, duro, perseverante y bien conducido, pretende por lo tanto alcanzar un estado Nuevo, dado que lo anterior se ha mostrado insuficiente, cual Nueva Ley versus Antigua Ley. Ese nuevo Estado, cercano a la perfección individual y espiritual emuladora de su elemento generador Primigenio se sustenta en la certeza cuasi gnóstica del conocimiento de la realidad, la Fe, que nos conducirá consecuentemente a la Esperanza, ese estado de ánimo desde el que se nos presentará alcanzable nuestro deseo de liberación absoluta del mal siendo así capaz de alcanzar y empatizar con toda la creación para poder tener una actitud de solidaridad plena con el sufrimiento ajeno hasta conseguir su eliminación. Esa Caridad semántica no es otra cosa que la Fraternidad plena. Vemos entonces de forma clara que nuestro principal trilema Libertad, Igualdad, y Fraternidad, son la expansión de los mismísimos tres nuevos Pilares sobres los que se sustenta nuestro nuevo Templo de espiritualidad pura, y por lo tanto, indestructible en el plano físico, Un Templo que pretende ser el mismísimo reflejo de esa Jerusalén Celeste donde habite una sociedad compuesta de una humanidad más libre, justa, pura y perfecta que ha vencido a la muerte de lo ilusorio y ha renacido nuevamente en todos sus potenciales de positiva generación, cual luz que sale desde las tinieblas.
Seamos aquí y ahora Luz para los seres mediante la práctica del amor y ejemplo para los próximos, cual Emmanuel. Lo único que debemos exigirnos apriorísticamente es coherencia entre pensamiento, palabra y obra. ¡Manos a la obra, Perfectos Caballeros/Damas y Soberanos Príncipes Rosacruz, Perfectos Masones Libres de Heredom (lugar sagrado) de Kilwinning!
Joaquim Villalta, V Orden, Gr.·. 9 y Último del Rito Moderno o Francés, 33º R.E.A.A.M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro del Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Islas Filipinas
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección
Masonólogo

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