14 febrero 2023

Rito Francés o Moderno: Rito de Fundación



La original falta de distinción entre el hecho histórico y lo legendario plasmada en los primeros documentos masónicos ha permanecido vigente para muchos francmasones a pesar del paso de los siglos. Gran parte de esta “deformación” fue responsabilidad del propio Anderson al intentar “legitimar” la nueva estructura obediencial en las Constituciones de 1723 con una Historia de la Francmasonería que se remonta desde Adán hasta dicha fecha de principios del Siglo XVIII.

La Francmasonería, nuestra francmasonería, es una Orden iniciática tradicional y simbólica que tan solo es una heredera indirecta de aquellos constructores de catedrales. La Francmasonería contemporánea nace a finales del siglo XVII y principios del XVIII alrededor de la Royal Society en un país que salió de horribles guerras de religiones. Estos hombres de ciencias e ilustrados que no quieren renunciar a sus aspiraciones espirituales, se inspiran en los ritos y símbolos de estos constructores de catedrales de quienes no son herederos directos, creando una francmasonería especulativa moderna fundamentada en unos mitos importados a tal efecto. Sea como fuere, lo que resulta incuestionable es cómo el soporte vehicular era y debe ser simple y sencillo. Un uso simbólico-alegórico claro que finalmente debe mostrar un mensaje cercano y simple. Un contenido que haga estimular en el hombre sus potencialidades mediante la ortopraxis moral, apreciar su libertad así como el uso de la misma; encontrar esa felicidad en la búsqueda autocrítica a las respuestas perennes compartidas con un sentido de pertenencia e interacción universal y despertar su responsabilidad hacia un conjunto-la humanidad- liberada de todo tipo de imposición irracional o subyugante.

Hablando de "nuestra masonería", de la que en realidad somos descendientes, admiramos su metodología que pretende unir lo disperso y liberarse del yugo discriminatorio, dando entrada a todo ser humano, al margen de su religión e ideología política. Ese espíritu universal y ecuménico fue el detonante de la idea de Désaguliers y su entorno, pudiendo dar cabida a todo ser humano con unos principios ético-morales fundamentales, haciendo que se mantenga al abrigo de las fuerzas de tensión generadas por la diversidad religiosa, siempre fuente de confrontaciones, así como de los disensos de tipo político fuera de la Logia. Al respecto, resulta curioso comprobar como esa contención en la opinión política y religiosa, queda regulada en los deberes del Francmasón en el apartado dedicado a la conducta cuando la Logia está cerrada estando aún reunidos los Hermanos, lo cual no explicita la imposibilidad de tratar de estos temas en Logia abierta siguiendo el Orden ritualmente establecido y coherente con los compromisos adquiridos como miembros de la Orden en cuanto a tolerancia, respeto y amor.

La francmasonería tal y como hoy la entendemos procede por tanto de la Gran Logia de Londres y de todo el entorno que dio lugar a su génesis, muy a pesar de otras tesis fantasiosas y sin fundamento histórico y masonológico.

Sin duda alguna la masonería inglesa que elaboró los Antiguos Deberes desde 1390 fue una corporación profesional cristiana de tipo religioso. Primero católica hasta devenir anglicana en 1534. El contenido esencialmente bíblico de esta masonería operativa así lo atestigua. No obstante, con el paso de los siglos la masonería sufrió diversas metamorfosis que, diversificando su identidad primitiva, terminaron por hacer de esta antigua corporación profesional cristiana una expresión moderna de la tradición del eclecticismo.

Hacia 1637 la masonería escocesa, de confesión calvinista, elaboró el rito del Mason Word que contribuyó a transformar la antigua masonería operativa en masonería especulativa.

En 1723 Désaguliers y Anderson presentan como base moral de la Orden la religión natural que deviene en ese entorno especulativo puerta consecuente al pensamiento filosófico abierto y diversas formas de deísmo e incluso ateísmo teórico, y por supuesto del librepensamiento en las logias. La penetración sucesiva de estos diversos puntos de vista en masonería, además de explicar la génesis del eclecticismo, debe invitarnos a reflexionar sobre las consecuencias y la coexistencia pacífica de dichos diversos puntos de vista en el seno de la misma Orden masónica.

El rito calvinista del Mason Word (Palabra de Masón), creado hacia 1628/1637 por los masones escoceses de Kilwinning para reemplazar el rito de los Antiguos Deberes operativos de la edad media y del Renacimiento, fue anglicanizado y catolizado antes de ser transmutado por la Gran Logia de Londres de 1717 en rito filosófico universal. Y aquí es donde radica la auténtica grandeza de este principio ecuménico que, entre otras formas rituales, el Rito Moderno o Francés, por ejemplo, ha sido fiel a pesar del paso del tiempo y de la historia.

En su expresión natural, la francmasonería, consecuente y heredera de este planteamiento ilustrado, tiende y debe tender a esa universalidad no exclusiva, no restringida a criterios de orden interno particular, religiosos, formales o discriminatorios, desde el respeto y la tolerancia, uniendo desde la diversidad donde el nexo común es la práctica y desarrollo de la virtud haciendo prevalecer el bien sobre el mal.

Son los británicos, o sea, ingleses, escoceses e incluso irlandeses los que instalan la masonería en Francia. Su motivación no es el deseo de transmitir la masonería en Francia, sino que han sido más bien obligados a huir de Inglaterra por motivos del conflicto dinástico y religioso que aconteció en esas épocas, y ello es lo que hace que la mayoría de ellos Jacobitas o hannoverianos, durante alrededor de una cuarentena de años no paren de ir y venir por el Canal de la Mancha con sus rituales en uso, particularmente de la Gran Logia de Londres y Westminster, creada en 1717, al igual que ocurre con la filiación “Moderna” referida para Bélgica, país con logias constituidas desde 1721, u Holanda algo posteriormente.

Las logias creadas en Francia fueron hijas de la Gran Logia de Londres, por lo tanto una masonería antigua calificada como del tipo "Moderno" por sus detractores autodenominados “Antiguos”. Toda una paradoja en el uso de los calificativos.

El cristianismo de tipo confesional y religioso se retoma en Francia en 1735 cuando traduciendo los “Deberes de un Francmasón” inseridos por Désaguliers en las Constituciones de 1723, el abad Moret, gran secretario de la Gran Logia en Francia, cristianizó el texto de Désaguliers, cuya versión fechada en 1737 sirvió de constitución a las primeras logias de Suecia convertidas posteriormente en Logias confesionales. Este acto en dicho contexto geográfico obedecía sin duda alguna a la realidad histórico-social que tenía los días contados.

No puede por lo tanto mostrar contradicción ninguna cuando el rito de los Modernos retoma durante la Ilustración continental que desemboca en el “Régulateur du Maçon” su forma base propuesta por Désaguliers, a través de exigir el simple deber la práctica espontanea de la ley moral universal inscrita en el corazón de todo ser humano y en toda época. Esta actitud personal no incluye, sin excluirla tampoco, la institución de comunidades como las Iglesias. Pero la comunidad no deviene un grupo social instituido por las iglesias, sino por comunidades naturales ya sea, la familia, los amigos, el Estado no confesional (laico) y a partir de ahí toda la humanidad.

El Estado laico no está privado de valores éticos o espirituales. Este estado laico liberal es inevitablemente consecuencia del pluralismo confesional, lugar de mestizaje cultural y en particular de valores religiosos.

La humanidad constituye una comunidad, una unidad que no puede existir sin el respeto práctico de la ética, del amor al prójimo.

El Rito de los denominados “Modernos” se traduce al francés y es practicado por la casi totalidad de las logias que se crean en el reino y no parece tener nombre. Es simplemente masonería. Una masonería que hereda unas tradiciones masónicas, las más antiguas, que no está fijado palabra por palabra, aunque por razones administrativas, se tiende cada vez más a escribirlo, pero que posee una estructura simbólica fundamental.

La aparición de estos otros sistemas masónicos, casi siempre "escoceses", donde el nombre para nada tiene real relación con su verdadero lugar de origen, y muy vinculados a la proliferación de los denominados Altos Grados por encima del Tercer Grado Simbólico, hace que el Gran Oriente de Francia se plantee el hecho de organizar y controlar la francmasonería francesa, y el deseo de numerosas logias de tener una versión universal de los rituales, son la causa de la fijación de un rito "Moderno" entre 1783-1786, una Regulación de referencia, que tiene sus ventajas e inconvenientes que abordaremos en otra ocasión, y que en el futuro será conocido con el apelativo de “Francés”. Para los Altos Grados, este análogo trabajo se realizará en el seno del Gran Capítulo General de Francia fundado en 1784 y posteriormente vinculado a dicha Obediencia en 1786 añadiendo cuatro órdenes superiores más una Quinta Orden de carácter Académico y administrativo: Elegido Secreto, Gran Elegido Escocés, Caballero de Oriente y Soberano Príncipe Rosa- Cruz, más una Quinta Orden. Sobre esta cuestión Pierre Mollier apunta en su aportación de la Introducción del libro dedicado a los rituales del Soberano Capítulo Metropolitano de 1786: Subrayemos, no obstante, que sería un error considerar al Gran Capítulo General de Francia como el Autor del Rito Francés. Esta asamblea de Masones eruditos solo hizo que fijar su uso reteniendo los altos grados más tradicionales en sus versiones más sobrias. Así, veinte años antes de la creación del Gran Capítulo, un sistema muy próximo al que tomará el Rito Francés era ya practicado. En los años 1760, la Madre Logia Escocesa de Marsella. Incluso con anterioridad, este deseo de ordenación y reducción en la Masonería de Altos Grados queda constatada en la porosa relación e interacción franco-belga. Recordemos que la Masonería de los Modernos se implanta por diversas vías en esos orientes, bien directamente vía Londres o vía Francia a través de la Gran Logia dirigida por el conde de Clermont. De este modo el Marqués de Gages (cuya logia “La vraie et parfaite harmonie” de Mons es de la correspondencia de la GLdF) aparece nombrado por Luís de Bourbon en 1766 como « Grand Maître provincial et Inspecteur Général des loges rouges et bleues pour les provinces de Flandres, de Brabant et de Hainaut ». Aprovechando la coyuntura y dificultades que atraviesa la masonería francesa y el distanciamiento que ello conlleva entre la vinculación de Gages con la GLF, la pretendida agrupación de logias zonales emanadas directamente de la GL de Londres llevará, entre otras casuísticas bien curiosas, a la creación bajo patente de Londres de una auténtica y seriamente estructurada obediencia “belga”, teniendo al Marqués de Gages como Gran Maestro provincial: la Gran Logia provincial de los Paises Bajos Austriacos, que regulará ese cierto desorden reinante (propio por otra parte en cuanto a la descentralización) y aglutinará las Logias de su entorno. Como señalábamos, a través de las cartas entre el Conde de Clermont y el Marqués de Gages, el primero expresa su trabajo de estructuración en 15 grados en 1767. Según Adolphe Cordier, de los rituales redactados por la Gran Logia Provincial de los Países Bajos Austriacos que superaban largamente la veintena, finalmente los Grados fueron reducidos a quince en 1776. En esta línea, cabe resaltar que ya en 1772, es el Marqués de Gages quien exterioriza su proyecto de una masonería en 7 Grados al Venerable de la Logia de Alost dentro de un contexto de contención en las recepciones de Grados indicándole que algunos podrían devenir inútiles en un futuro de ser conferidos. Es precisamente en una estructuración en tres Grados y Cuatro Órdenes, más un Quinto Orden que contiene todos los Grados Físicos y metafísicos y todos los Sistemas/Ritos, la que elabora el Gran Capítulo General de Francia de 1784. En1786 el Gran Oriente de Francia propone un texto de referencia para los tres grados azules, difundido en forma de copias manuscritas, y adopta los Órdenes de Sabiduría con la creación/integración del Soberano Capítulo Metropolitano.

Sobre la continuidad del Rito Moderno en Siete Grados en los Países Bajos denominado también en esos Valles con los nombres de Escocés Reformado e incluso Antiguo Reformado ya que consideraban la estructuración de 1784 como una “reforma” de los grados Escoceses, o Antiguos (por antigüedad, no por ser de descendencia de los Antiens), hay que señalar unas trascendentales cuestiones que abordaremos in extenso en unos trabajos próximos que dirigiremos para aquellos que buscamos (o eso intentamos) conocer determinadas verdades mediante el estudio y seguimiento histórico.

Esto es:

a) La creación en 1803 del Hoofdkapittel der Hoge Graden in Nederland (Supremo Capítulo de los Altos Grados) en Holanda por Capítulos Independientes siguiendo un sistema de Grados creado por analogía al del Grand Chapitre Général de France, aunque el origen y tipo de sus rituales sean de otra procedencia (elemento sorpresa aún desconocido por muchos).

b) En tierras belgas, y siguiendo la tradición que proliferó en los Países Bajos meridionales durante el XVIII, lo que hoy conocemos como Capítulos, se desarrollan libre y soberanamente como extensión de una Logia Azul a quien corresponden y vinculan, denominándose también los Soberanos Capítulos como Grand Atelier (Gran Taller). Tras la retirada francesa, los capítulos preexistentes y los creados durante la ocupación mantienen, tras la misma, ese procedimiento organizativo, al margen de cualquier Cámara de Administración perteneciente a un Gran capítulo u Obediencia (véase archivos de la R.•. L.•. de la Esperanza al Oriente de Bruselas o de los Amigos Filántropos de ese mismo Or.•.).

c) Este procedimiento de trabajo en Capítulos Independientes y Soberanos es también retomado a propósito de la creación del Soberano Colegio del Rito Escocés para Bélgica (aún hoy en vigencia) a raíz del rechazo de la estructura jerárquica del Supremo Consejo del REAA en 1962, lo cual no supuso ninguna novedad organizativa en la historia masónica de ese país y que aglutina a varios de los más históricos Capítulos y Areópagos imponiéndose en la corriente de la Masonería Liberal en esos Orientes.

En el siglo XIX, Rito Moderno se convierte en el equivalente de Rito Francés. Por ello Vuillaume emplea los dos términos, ya que se aplica tanto a los tres primeros grados como a los órdenes superiores. Este término de Rito Francés va a imponerse mientras que el de Rito Moderno va cayendo en desuso en el último tercio del siglo XIX . Tengamos en cuenta no obastante, que en Bélgica, los problemas lingüísticos y nacionales no impusieron el adjetivo “Francés”, y se utilizó siempre el calificativo de “Moderno”. En cualquier caso, durante todo el siglo XIX la diferenciación entre Régimen Francés y el Escocista va a ir creciendo. En 1858, se publica una nueva redacción de los grados simbólicos del Rito Francés denominado de Murat, que fue Gran Maestre. “Ideológicamente”, el texto apenas si es diferente del Régulateur. El nuevo modelo sigue definiendo la masonería de manera “clásica”. Después el Convento de 1877 sus resoluciones conducen a retoques más intrépidos y es cuando en 1879, el Gran Colegio de Ritos encargado por el Consejo de la Orden del Gran Oriente de Francia hace desaparecer de los rituales las fórmulas aparentemente religiosas, como es la referencia al Gran Arquitecto del Universo, que el Gran Oriente de Bélgica ya había suprimido su obligatoriedad en 1872. En 1886, una comisión de 12 miembros, presidida por el abogado Louis Amiable (1837-1897), procede a una nueva revisión. El nuevo ritual francés, tomará el nombre de su principal redactor, y se acompaña de un “informe sobre los nuevos rituales para las logias” redactado por el mismo Amiable. Esto explica que el nuevo texto, en parte inspirado en los rituales del Gran Oriente de de Bélgica, se refieran en gran parte al positivismo. Su filosofía general es la de “neutralidad entre las distintas creencias” y el hecho de que " los datos evidentes proporcionados por el estado actual de la ciencia debían ser aprovechadas”. Durante este medio siglo, la práctica de todos los órdenes de sabiduría cayeron en desuso en el continente europeo. El ritual Amiable, un tanto modificado en 1907 bajo la autoridad del Gran Comendador Juan-Bautista Blatin, permanecerá en estas condiciones hasta 1938, fecha en la que la iniciativa de Arthur Groussier, entonces Grande Maestro del GOdF adopta un nuevo modelo del Rito Francés. La nueva versión es una tentativa de intentar una vuelta a las fuentes simbólicas del sistema francés, y no una nueva molienda aún más ultra positivista. En 1955, se difunde la versión definitiva del ritual Groussier, ligeramente arreglada en la forma y bajo la autoridad de Paul Chevalier, es imprimido y difundido. En el largo trabajo de reconstrucción de las obediencias en la posguerra, los masones eruditos volvieron a las investigaciones iniciáticas o simbólicas deseando encontrar o revivificar las potencialidades de la tradición masónica francesa del siglo XVIII, hereditario de los Modernos.

En Portugal, la práctica del Rito Moderno se presenta desde 1802. Mientras que en Francia por otras razones dignas de análisis a fondo, los Órdenes de sabiduría dejaron de ser practicados durante unos 170 años (aproximadamente desde 1830 hasta 1999) en Portugal, por su parte, la labor del Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz, prosiguió durante este largo período, a pesar de las numerosas persecuciones y prohibiciones de las que fue objetivo la masonería, trabajado de forma ininterrumpida desde 1804 hasta 1939, es decir, alrededor de 140 años. Después de que Salazar prohibiera la masonería en 1935, de manera totalmente subterránea, los últimos supervivientes del "Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz, se incorporaron al Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para Portugal y su jurisdicción, a través del Acuerdo de 1939 y, a partir de esta fecha, el Rito Francés o Moderno dejó de ser practicado en Portugal. La reactivación de nuevo en todos sus Ordenes data del año 2003 gracias al Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz -- Gran Capítulo General del Rito Francés de Portugal.

El Rito Moderno o Francés en Brasil, requiere de una especial mención dado que el Supremo Conselho do Rito Moderno sito en este país es la Potencia Filosófica de Rito Francés o Moderno de mayor antigüedad en el mundo en cuanto a la práctica ininterrumpida de todos los Órdenes de Sabiduría y único en el mantenimiento de su legado hasta la “reactivación europea” de finales de los 90, trabajando con el Rito madre en esos orientes desde 1822, y que le confiere la incuestionable condición de Chef d’Ordre.

Respecto al Régulateur du Maçon, si bien no debe ser considerada la fuente del Rito Francés o Moderno, pretende históricamente establecerse como modelo único, colacionando y unificando las tradiciones orales y manuscritas anteriores para los grados simbólicos, tras un periodo de cierto desorden en el que la francmasonería sufría una insuficiencia en la organización central, cuya ausencia de unidad ritual daba pie a excesos apócrifos en la mayoría de los casos, cuya réplica de contención para los denominados Altos Grados se plasma en el Régulateur des Chevaliers Maçons que abordaremos en un futuro próximo.

La peculiaridad del ritual masónico del Rito Moderno o Francés es que se basa principalmente en la universalidad, los elementos visibles de la luz (el Sol y la Luna son dos de las tres grandes luces), sin referirse directamente a un poder divino. El hombre es así el centro de los misterios de la naturaleza y trata de comprender los signos a través del estudio de los símbolos que lo rodean. La creencia en Dios no está excluida, pero queda dentro del ámbito personal de los Hermanos y Hnas.·., vivir esta comprensión de la naturaleza, dejando a los demás plena libertad en la búsqueda de la verdad, apartada de todo dogma o imposición, sea del tipo que fuere.

La forma Ritual del “Régulateur du Maçon” nos demuestra su atemporalidad mediante su plena riqueza simbólica y la vigencia de su estructurado mensaje donde tradición y modernidad coexisten.

El Rito francés es esencialmente mítico. Vehicula tres mitos fundamentales:
  • El mito del paso de las tinieblas a la luz
  • El mito de la construcción del templo de Salomón
  • El mito hirámico.
No pretendamos encontrar en él:

Ni el pensamiento religioso que implica una sumisión total a una realidad absoluta. El Rito Moderno o Francés no contiene nada religioso ni "sagrado", ni oración, ni ningún acto relativo a un determinado carácter confesional.

Ni el pensamiento esotérico entendido como una revelación transmitida a sólo unos elegidos. Esta tendencia que puede devenir sectaria, introduce una criba entre los hermanos que separa entre elegidos y condenados, pensamiento que va en contra del universalismo de la francmasonería. El Rito Moderno o Francés aboga por el universalismo y la posibilidad de que todo ser humano desarrolle sus potencialidades.

Ni el pensamiento místico que busca una inmersión total del individuo en lo que le sobrepasa. La mitología masónica se apoya en la idea de un proyecto de Construcción; se ocupa del aquí y el ahora; pone al Hombre en el centro del universo, donde él es materia y obrero a la vez de su Templo interior, pero de necesaria proyección universal y responsable exteriorización compartida.

Ni el pensamiento mágico que trata de controlar la realidad por operaciones mentales profundamente irracionales entregadas a la teúrgia, a la alquimia o a la magia.

Ni el pensamiento ocultista que privilegia las supersticiones más peligrosas acreditando la influencia de los "espíritus" sobre los humanos, que cree pues firmemente en los actos de carácter mágico.

Sea cual sea su forma ritual utilizada, el Rito Moderno o Francés, si atiende a sus características originales, se impone, hoy como mañana, como una expresión ordenada y completa de los valores masónicos "permanentes": la búsqueda de la verdad, la perfectibilidad para toda aquella persona que desee progresar, la liberación para permitir el avance de la mujer y del hombre comprometidos como eslabón en la cadena social.

Post Data:

Estructuras simbólicas fundamentales del Rito Francés o Moderno


Tres candelabros dispuestos NE, SE, SO
Representan las Tres Grandes Luces: Sol, Luna, Maestro de la Logia

Los Pilares de la Logia: Sabiduría, Fuerza y Belleza


Belleza y Fuerza coinciden con las Columnas J y B, y Sabiduría se halla en una columna Imaginaría ubicada en Oriente, en el lugar del Venerable.
Es por ello que estos Pilares están directamente vinculados al Venerable y a los dos Vigilantes

El orden J y B de las palabras y la disposición de las columnas acorde a la Gran Logia de Londres.

Joyas móviles

La Escuadra que lleva el muy Venerable. El Nivel que lleva el Primer Vigilante y la Perpendicular o Plomada que lleva el Segundo Vigilante.

Joyas inmóviles

La Plancha de Trazar, la Piedra Cúbica de punta y la Piedra Bruta.

Muebles de la Logia

El Libro (o Reglamentos), el Compás y el Mallete.

Material ritual contrastado:

  • Divulgación 1724 
  • Prichard 1730
  • Prichard 1730 (en español)
  • Berne 1740
  • Le Parfait Maçon 1744
  • Luquet ca. 1745
  • Le Sceau Rompu 1745
  • Le Maçon Démasqué 1751
  • Three Distinct Knocks "Lecture" ca. 1760
  • Marquis de Gages 1763
  • Le Corps Complet de maçonnerie RGL de France ca. 1765
  • Manuscritos Régulateur du Maçon de 1783 y 1786
  • Duc de Chartres 1784
  • Recueil Précieux 1785
  • Edición publicada del Régulateur du Maçon 1801
  • Vocabulaire des Francs-Maçons 1810 (Bazot)
  • Nécessaire Maçonnique 1812
  • Manuel du Franc-Maçon 1817
  • Manuel Maçonnique 1820
  • Le Tuileur-Expert 1828
  • (Compendio de diversos análisis e investigaciones del H.·. Pierre Noël)

Plano de la Logia de Rito Moderno o Francés y Distribución de Oficiales


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo

12 febrero 2023

Algunas consideraciones rituales sobre la Plancha de Trazar


Si deseamos tener siempre una fuente de reflexión simbólica, y por tanto de conocimiento, basta que recurramos al siempre inagotable manantial de nuestros rituales ricos en mensajes capaces de mostrarse con intensos y múltiples matices. Bien es cierto, que dicha propuesta de estudio ritual personalmente la concibo en la línea de aquellos perennes vehículos de vivencia simbólica que nacieron con el génesis de nuestra francmasonería especulativa, y no por una razón de estancamiento de la tradición, lo que supondría una contradicción en sí mismo en el fenómeno de transmisión, dado que ésta es vida y evolución, aunque debe estar al abrigo de mutilaciones o injertos varios fruto en ocasiones de derivas conceptuales ajenas al origen de nuestra Institución, así como también a salvo de prejuicios a la moda de corrientes de pensamiento radicalizadas e incapaces de abstraerse para ver en el símbolo su acepción más amplia.

  Los arriba citados mensajes de cambio interno profundo, de elevación ética y moral, se mantienen expuestos de forma constante en todos los rituales de los Modernos, con independencia de la variopinta exteriorización formal propia de usos locales y de formas culturales al uso. Dicha grandeza referida a la atemporalidad de los rituales ha sido en ocasiones incomprendida por mentes pequeñas, confusas o manipuladas, calificando simpáticamente en ocasiones de “ritualócratas” a aquellos curadores, no de la forma, sino del fondo contenido ritual, aquel que hace posible que se abra la puerta de acceso que permite el tránsito de lo íntimo a lo grupal mediante el intercambio vivencial del conjunto de ideas simbólicas allí expuestas y contenidas. Así pues, cuando la mutación elimina el símbolo y el mensaje de origen, deja entonces de ser lo que fue, y deviene otra cosa, no sé si mejor o peor, pero distinta. Está en aquellos conocedores de dichas evoluciones y cambios, la responsabilidad de opinar y alertar si así se viere preciso, evitando que se dé gato por liebre y el pretender en contrapartida rescatar y recuperar los valores originales del Rito Moderno o Francés que lo fueron de la Orden cuando la Masonería carecía de adjetivos calificativos en sus prácticas rituales. Bien refiere sabiamente el Ritual Luquet de 1745 respecto al uso de la Razón que debemos reivindicar los Maestros, trazando y ejecutando nuestras acciones sin temor alguno a exteriorizarlas públicamente, cualidad extrapolable a la reivindicación que hacemos para el Rito Moderno y su buena práctica en cuanto a sus vehículos rituales.
  A propósito de la riqueza de su contenido, abundemos un poco en este elemento simbólico para hoy propuesto: la Plancha de Trazar.

  El Rito Moderno obvia y oportunamente vincula a la luz como símbolo del conocimiento, y concretamente a sus Tres Grandes Luces en sus distintas acepciones, directa, indirecta o articulada en Logia a través de la figura del Venerable. De modo también exquisito (magistral, diría yo) nos expone el símbolo/concepto de Joyas de la Logia que ya se nos muestra en una divulgación londinense de 1724[1] donde aparece el Diamante con toda su riqueza simbólica derivada que intentaremos analizar en otra ocasión.

  Respecto a las Joyas de la Logia, diríamos que son los emblemas preciosos de gran valor Moral y Ético, el cómo, porqué y para qué de nuestra pertenencia a la Orden y de su finalidad en definitiva. Es este Tesoro el que, por regla general, los catecismos dividen en dos partes denominadas Joyas Móviles y Joyas Inmóviles, las cuales a su vez se nos presentan con una descripción material y, otra, con un significado simbólico y moral que es, en definitiva, su asociado íntimo al abrigo del cual cada masón debe interiorizar sus reflexiones oportunas y propias.

  La descripción y desarrollo de la Joyas se nos aparece extensamente en los Rituales de Segundo Grado a lo largo del Siglo XVIII, un estadio que en sus orígenes fue terminal y culmen de la realización masónica que, posteriormente con la aparición del Grado de Maestro, cedió parte de su protagonismo originario al mismo, si bien mantuvo en los rituales posteriores a 1730[2] una riqueza amplia y un fuerte nivel de ejemplaridad en cuanto a la función misma de "enseñante" por parte del Compañero hacia los Aprendices, aspecto muy relegado en la actualidad y que ha hecho del Segundo Grado una etapa poco comprendida en toda su amplitud vivencial y responsabilidad inherente.

  Así pues, si nos proponemos adentrar en lo que es la Plancha de Trazar, ese instrumento Magisterial solo puede ser comprendido en el conjunto acompañado del resto de Joyas Inmóviles, siendo éstas representación del Estado Humano, desde lo más burdo y grosero, hasta su opuesto, es decir, desde la Piedra Bruta, pasando por la Piedra Cúbica en Punta, hasta la Plancha de Trazar. Las Joyas Móviles, escuadra, nivel y perpendicular, corresponderían a las características de nuestras acciones, interacción y actitud espiritual en aras de transitar por los estados anteriores. No es menester, por tanto, llevar a cabo un gran esfuerzo de comprensión para llegar a entender que el instrumento Magisterial por excelencia representa un Modelo Público ejemplar en cuanto a sus acciones y con un uso pleno de Razón, Sabiduría y Virtud. Pero ¿qué implicación directa supone la anterior afirmación? ¿Dónde radica la pericia que debe tener todo Maestro para el uso preciso de esta Herramienta propia y que le define?
En primer lugar basarse en la realidad vital de un permanente estado de latencia y transición entre el Aprendiz, Compañero y Maestro, contenido en su experiencia y naturaleza humana, cual humilde plano utópico que se construye y destruye permanentemente, sin cesar, como consecuencia de la dualidad inherente a su misma esencia humana, y por consiguiente animal, un ser que aspira cognitiva y espiritualmente a elevarse hasta un modelo perfecto, pero al que solamente se aproxima de manera perfectible, con perseverancia y haciendo uso de otra herramienta esencial de aplicación individual y colectiva: el Amor.
Así, y solamente así, el Maestro se da cuenta que la cumbre del progreso iniciático no es otra cosa que vivir la realidad, una realidad plena y armónica que existe y habita en nuestro propio interior, en lo más profundo de nuestra Piedra: nuestro Diamante por exteriorizar.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.




[1] “Le Grand Mystère des Franc-Maçons découvert” (Londres, 1724)
[2] “Masonry Dissected”, Samuel Prichard (Londres, 1730)

22 enero 2023

Instalación del nuevo Muy Venerable Fernando Merchán Marín de la Respetable Logia Lux Veritatis N°3 al Oriente de Terrassa fundada regularmente el 14 de Diciembre del 2007 E.•. V.•.

Instalación el 20 de Enero de 2023 E.•. V.•. para el período natural 2023 al 2025 del nuevo Muy Venerable Fernando Merchán Marín de la Respetable Logia Lux Veritatis N°3 al Oriente de Terrassa fundada regularmente el 14 de Diciembre del 2007 E.•. V.•.

Este Taller, con una brillante trayectoria de más de 15 años de Trabajos ininterrumpidos, se siente dichoso de contar con la dirección masónica de su nuevo Muy Venerable así como de su Colegio de Oficiales, todos poseedores de una valía ética, humana, filantrópica e intelectual de primer nivel.

¡Vivat ,Vivat, Semper Vivat! 🌸

Joaquim Villalta, V Orden, Gr.·. 9, 33º

M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la V Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado

Tratado de Amistad y Reconocimiento Mutuo con el Supremo Consejo del Grado 33º de Soberanos Grandes Inspectores Generales del REAA de los Estados Unidos Mexicanos fundado en 1860


Desde el Supremo consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado nos llena de satisfacción anunciar la firma de un Tratado de Amistad y Reconocimiento Mutuo con el Supremo Consejo del Grado 33º de Soberanos Grandes Inspectores Generales del REAA de los Estados Unidos Mexicanos fundado en 1860, potencia histórica mexicana y miembro de la International Confederation of Supreme Councils

La firma la llevaron a cabo sus respectivos Muy Poderosos Soberanos Grandes Comendadores Joaquim Villalta Mata, 33º, para España, y José de Jesús López Nieto,33º, para los Estados Unidos Mexicanos.

De este modo se refuerzan aún más nuestros objetivos comunes por el bien general de la Orden y de nuestros respectivos Supremos Consejos.

Joaquim Villalta, V Orden, Gr.·. 9, 33º

M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado

07 enero 2023

"La Pensée Maçonnique 1370 - 1884": la excelencia de Patrick Négrier. Una lectura imprescindible para 2023

Pocos autores pueden transmitir la excelencia de sus estudios, reflexiones e investigaciones en un campo del saber, arte o conocimiento. Patrick Négrier se supera a sí mismo en esta ingente obra que resulta una continuación lógica de su anterior libro masónico L'Essence de la Franc-maçonnerie à travers ses textes fondateurs 1356-1751.

En el plano personal, este amigo, filósofo y masonólogo referencial, siempre me ha cautivado por su generosidad en la transmisión de sus conocimientos, su accesibilidad y humanismo sin par, en equilibrio justo entre prédica y práctica de su cualidad masónica para conmigo. Colecciono como material de estudio las innumerables consultas epistolares que, cual “Clases Magistrales”, me han dado luces de espléndido fulgor desde la fuente y el origen de la Orden, hasta su desarrollo y objeto de su práctica.

De una manera también generosa, documentada, reflexiva y amplia, Patrick Négrier aborda en su último libro La Pensée Maçonnique 1370 –1884 (Éditions NUMÉRILIVRE) el pensamiento masónico desde los Antiguos Deberes cuya historia podemos iniciarla en la Logia de York de las que conservamos las “Ordenanzas de la catedral de York” que datan de 1370, hasta la masonería moderna aparecida poco antes del 1630 y donde el Mason Word escocés será trascendental a tal efecto, dado que se inserirá con la creación de la Gran Logia de Londres y fluirá evolutivamente, llevándonos Patrick Négrier hasta el paralelismo de la Declaración de Principios del Gran Oriente de Francia de 1884 en una brillante comparativa en defensa de la laicidad y el librepensamiento.

El autor, en este amplio recorrido, disecciona magistralmente aspectos filosóficos, religiosos, rituales, históricos y sociológicos, así como simbólicos, en una catarata de valores pedagógicos que me han dejado ciertamente impresionado. El lector encontrará también una extensa referencia bibliográfica utilizada, entre las que me honra emocionadamente que aparezcan dos de mis obras referenciadas: Palabra de Masón y En Oro y Azur (esta última consagrada al Rito Francés o Moderno).

Es de remarcar los capítulos dedicados al análisis biográfico y la visión teológica de un personaje clave en la francmasonería como es James Anderson que contrariamente a lo que se piensa, no es coincidente con el abordaje latitudinario contenido en las Constituciones de 1723 y 1738 que obedecían a un sentir de los miembros próximos a la filosofía deísta y al uso del método geométrico de la que se sustentaba la religión natural práctica permitiendo una tolerancia en la admisión de su membresía fundamentada en la otro-praxis moral. El otro capítulo ciertamente exquisito es el referido a las “virtudes intelectuales y ejercicios espirituales”, donde estos ejercicios espirituales que contienen una tarea simbólica, ética y metafísica, son de tipo práctico y psíquico para que, mediante los mismos, cada uno adquiera una “iluminación” que dé acceso a la revelación natural, que es lo que en definitiva interesa al masón. Estos ejercicios son accesibles a todos sin excepción y requiere simplemente de su práctica e implicación personal en llevarlos a cabo.

En resumen: un libro denso, pero imprescindible, y que se encuentra entre la mejor bibliografía que he leído hasta el día de hoy.

Muchas gracias por tus luces, Patrick.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)

06 diciembre 2022

Un rituel L’« Initié dans les profonds mystères » du 62ème de la nomenclature de l’Arche du Vè Ordre serait le« dernier grade du 5ème Ordre du Souverain Chapitre Métropolitain ? (D'après mes conversations avec Jean Pierre-Duhal)

Mon TIlF Jean-Pierre Duhal :

Selon les brillants travaux de Colette Légier, elle nous dit que  « la nomenclature de 81 grades du Chapitre Métropolitain est ainsi fixée : neuf séries de neuf grades classées par famille (voir dernier chapitre). Le V° ordre exerce enfin (mais un peu tard) le rôle qui lui avait été dévolu dès 1784. Cela est acté par ses propres statuts approuvés en décembre 1807, aux termes desquels il est structuré en deux classes. La première est composée d’un conseil de neuf membres, « gardien des cahiers maçonniques, des règlements et archives du Chapitre Métropolitain » et « possédant les plus hauts grades ». Il faut comprendre que ce conseil avait vocation à réunir les porteurs des grades sommitaux des divers systèmes maçonniques du Grand Orient, et à conférer lesdits grades. Les cahiers des 81 grades sont déposés dans une arche à deux clefs, établie au lieu des séances du Conseil des IX. On ne sait si le projet ultérieur du Frère Gastebois père de faire des IX une classe d’« Initiés dans les profonds mystères » aura pu être concrétisé. Un rituel de ce grade (62ème de la nomenclature) semble le confirmer, puisque l’un de ses exemplaires comporte la mention « dernier grade du 5ème ordre du Souverain Chapitre Métropolitain ». On notera avec intérêt que ce grade était le dernier du Rite en 33 degrés du Comte de Clermont daté de 1768.

Ça semble confirmer que, malgré la pratique initiatique d’un rituel initiatique pour accéder au Conseil des IX ne reste pas confirmé, au moins ils auront un rituel proposé pour qu’il soit possible y accéder à cet 9ème Grade. Je reste à l’attente tes lumières.

Joaquim Villalta


Mon Cher Joaquim :

Merci de m'accorder cette science qui n'est pas aussi étendue que ça.

Tout d'abord rien n'indique dans les textes, que ce grade ait historiquement pratiqué dans le cadre du 5ème Ordre.

Il annonce bien les grades possédés par le postulant mais ici, il ne s'agit pas d'une transmission ou initiation mais plutôt de la prise en considération d'un état. C'est de toute façon un "grade" terminal au regard des grades précédant.

Il est positionné avant l'élu de Londres et le Chevalier du soleil mais la classification ne peut être considérée de manière absolue. D'ailleurs il figure dans la 3ème série sans doute par erreur.

Le rapport effectué par le F.·. Gastebois est un acte tardif avec un 5 ordre moribond  et sans doute fut-il sans application de ses préconisations. En tout cas aucune trace d'usage n'est à ce jour publiée.

A mon sens rien n'indique une valeur symbolique supérieure qui puisse le positionner au-delà  du Chevalier du Soleil ou du Kadosch.

Avec une TAF très forte

Jean-Pierre Duhal, 5ème Ordre, Chevallier de la Sagesse, Grade 9 et dernier du Rite Français des Modernes, Souverain Grand Inspecteur Général, 33º du Rite Écossais Ancien et Accepté. Fondateur du Sublime Conseil “Provence et Fidélité”, Membre Fondateur du Ve Ordre et, Passé Très Sage et Parfait Grand Vénérable de la Chambre d’Administration du Grand Chapitre Général du Grand Orient de France. Membre de l’Académie Internationale du Ve Ordre de l’Union Maçonnique Universelle du Rite Moderne.


 

Les Pratiques Rituelles du 5ème Ordre


LES PRATIQUES RITUELLES DU 5ème ORDRE

Première partie

Quels que soient vos usages respectifs, nous espérons que vous partagez le sentiment que le 5ème Ordre peut être plus qu’une académie sympathique certes, étudiant des rituels, dont la grande majorité reflète un « exotisme » souvent burlesque, mis en exergue par de nombreux historiens de la Maçonnerie.

Doit-il être au diapason des Ordres précédents ? Le pari n’est pas évident au regard des multiples pratiques existantes. Elles illustrent la difficulté de cet Ordre à représenter une unité dogmatique, qu’historiquement, disons-le, il n’a jamais possédé.

La nature ayant une sainte horreur du vide, les maçons contemporains, de toutes origines, pratiquant le Rite Français ont fait le reste, sans aucun complexe, mais avec la volonté d’établir, ce que nos fondateurs n’ont pas pu ou peut-être même, souhaité réaliser.

Ainsi, depuis la fin du XXème siècle les rituels ont proliféré avec une fébrilité traditionnelle, susceptible de rendre jaloux les codificateurs des Ordres de Sagesse, qui pourtant ne se sont pas privés de puiser dans le vivier de l’Écossisme.

A ce jour, plus d’une douzaine de juridictions ou entités autonomes pratique en France et à ma connaissance un 5ème Ordre en une ou plusieurs classes différemment appelées et développées. Ce recensement ne tiens pas compte des 6 juridictions  étrangères qui ont une pratique de cet Ordre.  

Cependant, l’ensemble de ces pratiques rituelles, ne peut revendiquer une quelconque transmission historique.

Le travail effectué de toutes parts sur cet ordre démontre au moins une chose : la nécessité que tous ont éprouvé, de parachever le cheminement du maître maçon de Rite Français. Sinon quelle serait l’utilité de cet Ordre?

Ainsi, nous avons tous fait du 5ème Ordre, un ordre à part entière, ce qui n’était pas annoncé dans les règlements d’origines.

Historiquement, dans les règlements de 1784-86, il se présentait, d’une part, comme une académie de grades au contraire de la construction des autres ordres qui procèdent plus ou moins d’une synthèse et s’inscrivent dans un processus de transmission. D’autre part, il devait jouer le rôle de chambre d’administration du GCGDF ayant le titre de bureau de la correspondance : rôle éphémère qu’il joua, avant que cet acte ne se consacre aux décisions du comité des 9 réduites à l’organisation de cet Ordre.

Les usages contemporains recensés, ne semblent pas apporter dans l’ensemble une homogénéité et une « universalité » qui puissent, non seulement être en équivalence avec d’autres pratiques, mais aussi porter la couronne du Rite Français : ce qui nécessiterait, préalablement l’acceptation de ce rôle par tous les acteurs : c’est pas gagné !...

Cette pluralité et l’absence de fonction définie minorent, à notre avis, l’impact des hauts grades du «Français».  

Il n’est pas question d’avancer la formulation qui serait la meilleure : chacune a une histoire propre et possède légitimité et origine, respectables. Toutefois, en considérant les multiples réponses, il apparait, que le 5ème Ordre ne peut être une simple distinction honorifique.

Il doit permettre un regard sur l’ensemble des sept grades du Rite Français, en valoriser les valeurs essentielles et la cohérence de la pratique. Cet ordre doit être un ordre à part entière, ou ne pas être.

D’ailleurs, sur le tard et malheureusement et sans grande suite, la question de la transmission des grades au delà du Rose-Croix fut posée sans que cela réponde à une spécificité terminale, sinon à considérer le caractère « universel » de ces transmissions.

Ainsi, en 1806, dans un de ses derniers actes,  Roettier de Montaleau proposa « un projet tendant à organiser sur les bases invariables les cinq ordres des plus hautes connaissances maçonniques comprises dans le nombre de 81 grades distribuées par séries et à établir en conséquences des chapitres supérieurs et un directoire du Rit primitif (le rite primitif de France étant le RFM) »

Continuant dans la cinquantième assemblée du SCM : « Le chapitre (Grand) professait des connaissances maçonniques jusqu’à 81 degrés distribuées par séries et enfermées dans cinq ordres et l’invitait (le GO) à organiser des chapitres supérieurs qui ne conférassent les hauts grades au dessus de ceux sous le titre de RC ».

Cette ouverture suggère que cet Ordre peut être porteur d’un contenu initiatique et philosophique à travers une écriture symbolique homogène et là, une difficulté surgit : chacun pensera que son « produit » est porteur de ces atouts.

Il a paru utile et intéressant de tenter une mission impossible : trouver un fil conducteur à partager.

Au préalable, retournons aux sources des « grades à cotés » du Rite Français.

Qu’est-ce qui les a motivé, dans quel esprit ont-ils été construits ?

Dans ce XVIIIe siècle porteur de Lumières, la Maçonnerie Française a développé une multitude de pratiques à coté des trois degrés symboliques.

On peut aussi discerner l’inspiration Anglaise originelle avec les Maîtres Ecossais, très tôt confortée sur le continent par le discours du Chevalier Ramsay.

Ils étaient supposés intervenir après les grades symboliques, très souvent sans être une suite ordonnée et sans idée de perfectionnement au début, mais curieusement de régénération d’une maçonnerie supposée viciée, ou trop proche du bruit du chantier.

Certains pensent à une mode à leur sujet, en considérant leur développement et la surenchère, sans commune mesure avec l’exigence d’exprimer un contenu.

Sentiment entretenu par les multiples écritures souvent très proches, dont ils feront l’objet : distinguées, par un lieu géographique ou le choix d’une appellation différente. Ainsi pour l’exemple, L’Ecossais des 3 J est aussi, L’Ecossais de Paris ou l’Ecossais de Clermont.

Les hauts grades ont dans leur développement participé à la « Maçonnerie de société ». Elle a montré son aptitude à créer des espaces de sociabilité en captant l’héritage des ordres initiatiques chevaleresques, et en manifestant son adhésion au mouvement des Lumières.

Cette maçonnerie s’émancipera du cadre contraignant du temple pour s’épanouir dans les appartements et les hôtels particuliers: un tapis de loge portatif, un rideau tiré et des grades conférés par communication avec des mises en scène de plus en plus élaborées: avec orchestre, décors et reconstitution historique.

N’auront-ils pas eu la secrète ambition de supplanter les grades symboliques ? L’exemple caractéristique est celui du REAA qui a été construit d’abord avec les hauts grades puis en incorporant ultérieurement les 3 grades symboliques.

Nous sommes loin de la frugale mise en œuvre de nos pratiques actuelles et même des tous premiers usages.

Siècle de folie, siècle des Lumières, des illuminés aux allumés, nous sommes dans nos pratiques les descendants de toutes ces aventures dont le temps a fixé le degré de pertinence.

Pierre Chevalier évoque sur le sujet  « le désir de certains maçons de réformer l’ordre vicié par les abus de toutes sortes. Les tenues n’étaient-elles pas accompagnées de banquets où le champagne était de rigueur, de chansons et de musique?

Nous sommes devant l’expression d’une autre maçonnerie affranchie du métier et représentative d’une classe sociale.

Ainsi, vers les années 1750, les Loges dites Ecossaises fleurissent avec des titres éblouissants accompagnants les premiers système de grades : Ecossais Fidèles de la Vieille Bru de Toulouse, Mère Loge Ecossaise de Marseille, Sublime Mère Loge du Grand Globe Français, Cour des Souverains Grands Commandeurs du Temple de Carcassonne, Conseil des Empereurs d’Occident et d’Orient et j’en passe…

Daniel Ligou, annonçait « Il est malaisé de connaître les finalités de l'Ecossisme : désir de sélection sociale, intellectuelle, spirituelle ? Recherche du « secret » qui paraît sans cesse à portée de la main et qui est toujours inaccessible ? Interférence — à peu près certaine — de l'ésotérisme traditionnel ? Désir aussi de compléter le mythe d'Hiram qui n’apportait pas de ponctuation à la disparition violente de l’architecte ? »

Le Grand Orient et avant lui la première Grande Loge dont il est issu, bien que peu favorable aux grades de l’Écossisme ce sera engagé dans cette voie presque à reculons, poussé par son ambition de régir la maçonnerie Française et sans doute pour éviter que les nombreuses loges qui pratiquaient des ensembles de grades hétéroclites ne lui échappe.

Pour conforter son autorité, devant l’incroyable disparités des usages et pour clarifier cette prolifération il s’attachera à la rédaction d’un système ne portant pas encore le titre de Rite Français.

Dès 1783, les grades symboliques furent codifiés, suivit la construction des 4 Ordres de Sagesse achevée en 1786 dans le cadre de l’éphémère GCGDF crée à cet effet, peut-on penser.

Il est important d’appréhender la notion d’ordre utilisée pas les codificateurs des hauts grades du Rite. Elle est en partie la conséquence du grand nombre des grades écossais existants et à la volonté d’apporter une simplification dans les usages. Bien qu’on ne puisse écarter dans cette construction l’idée de suprématie du codificateur, déjà évoquée, sur le monde maçonnique d’alors.

A chaque ordre correspondra un ensemble de grades qui seront plus ou moins synthétisés ou représentatifs d’une classe. Un grade de réception et d’usage, pour chacun des ordres fera l’objet d’une rédaction.

Ainsi suivant la définition historique du GCGDF, que nous rappelons :

Le Premier Ordre comprendra tous les grades intermédiaires de la Maîtrise à l’Élu. L’Elu en sera le complément. Le grade de réception dans cet Ordre est celui d’Élu Secret.

Le Deuxième Ordre comprendra tous les grades d’Écossais, tous Ecossais possibles et ce qui y est relatif. Le grade de réception dans cet Ordre est celui de Grand Élu Ecossais.

Le Troisième Ordre comprendra tous les grades de Chevalerie et ce qui y a rapport. Le grade de réception dans cet Ordre est celui de Chevalier d’Orient.

Le Quatrième Ordre comprendra le Rose Croix et ce qui est relatif. Le grade de réception dans cet Ordre est celui de Souverain Prince Rose-Croix qui en est l’aboutissement.

Ce n’est pas tant un rite qui a été « inventé » mais un référentiel le plus unitaire possible pour les loges, reprenant les grades le plus souvent retrouvés. C’est celle du premier rite officialisé (pas encore sous son nom actuel) par le Grand Orient de France dans la période de 1783-1786, publié dans le régulateur de 1801. C’est dire que l’histoire de ce rite est intiment mêlée à celle de sa juridiction tutélaire.

Il faut dépasser la seule intention de bâtir un système de référence dans lequel on classera dans quatre tiroirs des grades éparpillés.

Cela permettait aux maçons porteurs de ces différents grades de se reconnaître dans une même classe et à travers eux, les loges ou chapitres auxquels ils appartenaient.

Ainsi, la volonté du GO de l’époque était avant tout, un projet fédérateur des Francs-Maçons allant au delà de leurs pratiques respectives et sous-jacente, une volonté de s’imposer dans le monde maçonnique.

Cette dernière considération n’est pas anodine car elle facilitera la compréhension de la désuétude des hauts grades du Rite Français, quelques années plus tard, au profit du Rite Ecossais Ancien et Accepté, porteur d’une « dynamique » correspondant mieux aux attentes des Maçons de l’Empire, que l’on ne pouvait laisser échapper et se poser en rival du GO.

Puis d’accord en désaccord, au fil des ans et des bouleversements politiques, dans le partage le GO se cantonnera, in fine aux grades symboliques, malgré l’intermède du Chevalier Rose Croix, vestige de son système Français.

Il laissera au Suprême Conseil l’administration des autres grades. Cette trace historique se retrouvera jusque dans la seconde moitié du XXe siècle où on accédait au Suprême Conseil en passant directement du 3ème au 18ème grade pour la juridiction mère.

On a le sentiment que cette création n’a jamais répondu a une nécessité de pratique bien qu’étant l’objectif annoncé, mais qu’elle répondait à la volonté de proposer sinon d’imposer, un outil universel pour toute la maçonnerie.

Il faut également relever que de nombreux Chapitres continuèrent à pratiquer certains grades qui n’étaient pas dans la récente nomenclature à coté de cette nouvelle formulation. Vous l’avez deviné, le monde maçonnique est tout de simplicité

Deuxième partie

Cette volonté fédératrice se retrouve dans la définition historique du 5ème Ordre : il comprendra tous les grades physiques et métaphysiques et tous les systèmes, particulièrement ceux adoptés par les associations maçonniques en vigueur.

Cette disposition se traduira dans 9 chemises regroupant 81 grades afférents non seulement aux grades correspondants aux 4 ordres, mais incluant des grades au-delà du Rose Croix.

Cette disposition n’est pas un simple fourretout mais un classement raisonné. D’ailleurs, une 10ème chemise regroupait un certain nombre de grades en attente de classement, outre les grades du REAA non inclus dans l’Arche du Rite.

En effet, l’interrogation subsistera sur les intentions réelles des codificateurs. Pourquoi qualifier cette arche de 5ème Ordre, si son unique fonction devait être réduite à une bibliothèque ? Un élément de réponse se trouve dans sa seconde fonction comme bureau de la correspondance, souvent occulté, car d’existence éphémère et qui disparaitra lors de la fusion du GCGDF avec le GO avec l’apparition du Grand Chapitre Métropolitain.

Cet embryon de Chambre d’Administration a été reconduit par le GCG du GO en 1998 sans toutefois qu’il soit dévolu au 5ème Ordre.

Les aléas de l’histoire et le « tumulte » de la vie maçonnique ont-ils empêché que le 5ème Ordre – annoncé et ébauché dans les premiers règlements de 1784-86, puis balbutiant au temps de l’Empire – n’atteigne sa maturité et trouve une place et une fonction pérenne dans la suite des quatre Ordres de Sagesse ?

Il est également possible que la vocation du 4ème ordre à couronner la démarche « initiatique » des Ordres de Sagesse en qualité de « nec plus ultra », a participé à cet inachèvement et son volet administratif est exercé aujourd’hui par la 4ème Ordre dans plusieurs juridictions.

Le Grand Chapitre Métropolitain successeur de l’éphémère GCG de France, n’aura pas eu le temps d’éprouver son administration du fait de son intégration au sein du Grand Orient, puis de la césure révolutionnaire et enfin de l’arrivée, au 19ème siècle d’un autre rite de hauts grades issus des mêmes sources Écossaises. Cela faisait beaucoup.

Le 5ème Ordre n’a pas été envisagé, à l’origine comme portant un contenu initiatique. Bureau de la correspondance et conservatoire des grades Ecossais, tel il était défini.

Cette absence laisse le Rite Français sans un chapeau historiquement codifié et reconnu comme tel par chacune des structures qui le mettent en œuvre.

Il est établi qu’aucune codification historique d’un usage spécifique, n’a vraiment existé au regard des documents publiés et n’a pu de ce fait, être transmise à contrario des 4 Ordres jusqu’à la disparition du Grand Chapitre Métropolitain.

Il est avéré que les Ordres de Sagesse ont bien été communiqués historiquement à une juridiction Portugaise qui pratique depuis 1804 les 4 Ordres dans une forme équivalente aux textes historiques hexagonaux. Il s’agit du Grand Chapitre Lusitanien.

Cependant, pour ce qui concerne le 5ème ordre, la problématique reste, semble-t-il, entière puisque cet ordre ne pouvait à cette époque être transmis car ne possédant pas, alors, une quelconque codification rituelle.

Le seul rituel historiquement annoncé fut adopté en 1808 précisément – c’est celui du Chevalier du Soleil, 72ème et dernier grade de la 8ème série et 28ème degré du REAA. Sans autre précision sur sa mise en œuvre, sinon qu’il servit à la réception des prosélytes.

Il ne présente pas la synthèse d’un grade de la 8ème série, en cohérence, avec les quatre premiers ordres. Mais serait plutôt en cohérence avec ceux de la 9ème série.

Adopté dans la précipitation plus que par réflexion, devant la pression écossaise, son contenu est certes intéressant, mais il ne règle pas la problématique du chapeau du rite et du positionnement par rapport aux autres pratiques. Un seul des usages actuels recensés y fait référence.

Par la suite et peu de temps avant que le 5ème ordre ne rendît l’âme, le choix s’était-il porté sur celui de Chevalier Kadosch, 30ème du REAA ? Aucune trace de cet usage cependant n’apparaît à ce jour dans les archives publiées.

JM Ragon, de son coté, a publié dans un livret, (et semble-t-il rédigé) une version dite philosophique assez différente et bien tardive (1861).

Notons que ce rituel, fut mal évalué par Ragon, au point qu’il en écarta l’échelle, jugée par lui, comme donnant un spectacle dégradant.

Ce rituel porte le titre audacieux de « nouveau rituel de Kadosch grade philosophique 5ème et dernier degré du Rite Français avec en sous-titre : remplaçant le 30ème degré templier du Rite Ecossais. On connaît la suite quant au remplacement. On notera qu’il ne s’agit plus de 5ème ordre mais de 5èmedegré.

Ce sera le dernier acte de l’histoire en 1821 quand le Grand Chapitre Métropolitain demanda… la patente pour l’exercice du 30ème grade au REAA !!…

Que de mémoire perdue alors que le 5ème Ordre contenait au sein de ses 81 grades une formulation primitive du Kadosch avec le Grand Elu de Londres qui aurait pu servir d’assise à une synthèse avec d’autres écritures du grade. Mais en matière d’écriture, Roettiers de Montaleau père n’était plus là…

En 1823 le Grand Chapitre Métropolitain disparaissait en devenant de façon incompréhensible le Chapitre des Gaulles sous la forme d’un aéropage de Chevaliers Kadosch, sans grande trace de son activité et de son lustre d’origine.

Ainsi, l’histoire se termina et à l’heure actuelle aucun document n’a été exhumé des archives Russes démontrant l’usage du Kadosch et surtout l’inscription de cette pratique dans la continuité des 4 Ordres.

La question de la réactivation du 5ème Ordre s’est posé, dans les années 90. Il convient de souligner que dès 1995 une assemblée indépendante qui ne s’appelait pas encore Provence Fidélité s’appuyant sur la logique des 5 Ordres et sur les règlements de l’époque, s’était penchée sur la nécessité de cette reconstruction et sur le besoin d’une pratique rituelle.

Respecter la Tradition, c'est inventer la nôtre! C'est exactement ce qu'ont fait nos Anciens, je dois compléter que nous avons osé pour ce qui concerne le 5èmeOrdre. Mais il n’y a pas d’inquiétude à avoir : qui peut revendiquer sérieusement une transmission historique de l’une des différentes pratiques de cet Ordre?

Toutes les écritures déambulant dans les allées de la Sagesse sont de facture contemporaine. Elles s’inspirent plus ou moins de grades préexistants : que ce soit la fugace pratique du Chevalier du Soleil, seule désignée dans les minutes du 5ème Ordre.

Ou alors, l’inspiration des Sublimes Philosophes Inconnus - grade de la 9ème série - sans aucune preuve d’usage historique, pour habiller un Chevalier de la Sagesse fraîchement apparu.

Le 5ème Ordre traduit les aléas de son histoire, ainsi on le retrouve aujourd’hui segmenté en une, deux ou trois classes.

Ses rituels sont différents selon les juridictions et d’inspirations variées : ils vont du Chevalier du Soleil, en passant par le Chevalier de l’Aigle blanc et noir suivi du Chevalier de la Sagesse, ou le Chevalier de l’Etoile d’Orient, ou enfin la réception se pratique avec un rituel d'écriture contemporaine - il en existe plusieurs - tel celui employé lors de la réactivation du 5ème Ordre au Grand Orient. (Provenant du Sublime Conseil Provence Fidélité).

Les décors varient également : ils vont du signe distinctif sur le sautoir du 4ème Ordre au seul sautoir blanc en passant par le tenue complète: sautoir tablier et gants. Il en va de même des titres.

Il nous a paru intéressant et sans doute est-ce téméraire, de tenter une synthèse sur laquelle nous pourrions nous arrêter. Mais cela sans aucune illusion de faire changer les « majors » et même tous les autres.

Pour aller modestement dans ce sens, partons de ce que nous connaissons historiquement de cet Ordre.

-La couleur blanche décorant la salle de réunion.

-Rien n’indique que nous soyons dans un temple.

-Le terme d’Arche apparait désignant un coffre contenant les 9 chemises des 81 grades.

-Ce Coffre est disposé au centre du lieu de réunion.

- Etant dans une salle indifférenciée on peut supposer qu’une table est à son centre.

-La marche pour arriver à la salle est circulaire sans que pour autant on décrive une quelconque table ronde, mais rien ne s’y oppose.

-Quant à l’appellation du 5ème Ordre apparaît en 1811 le titre de Suprême Conseil. Le titre de Sublime Conseil n’apparaît pas.

-Le 5ème Ordre est subdivisé en deux classes : le conseil des 9 et la classe des prosélytes.

-Seule distinction, le bijou qui est aujourd’hui décrit sur un ruban blanc moiré simple pour la 1ère classe des prosélytes, on ajoute un liseré d’or pour les membres du conseil des 9. Les décors seront ceux de RC .

-Un « travail» est demandé, appelé proponenda, aux futurs prosélytes. Il se fera sous forme de questions et de réponses écrites du candidat.

-La première annonce tardive d’un rituel de réception et sans doute de tenue sans autre précision sur la pratique lors des réunions de travail. Il s’agit du Chevalier du soleil 28ème degré du REAA alors constitué. Ce grade qui existait depuis plus d’un demi siècle et se trouvait déjà inclus dans le rite de Perfection. Par contre les décors de ce grade ne semblent pas utilisés.

-Aucun rituel n’apparaît pour la seconde classe du Conseil des 9

-Les officiers sont les suivants : un Président généralement le TS des TTSS. Un surveillant pour les deux colonnes placées au milieu face au président. Un expert à la place de l’Orateur. Un Secrétaire et un Maître des Cérémonies. (C’est sur la base des offices du Chevalier su soleil).

-Les prosélytes n’auront pas accès aux rituels de la 9ème série.

-Un modèle de bref est proposé.

-Proposition de constituer une instance qui aux côtés du GCM conférerait et gèrerait les grades au-delà du RC.

Et cela débouche sur une décision importante : « le conseil s’arrête à la proposition de conférer ces grades en 5ème Ordre au FF qu’ils en trouveraient dignes... »

Le 5ème Ordre ne se limitera plus à recevoir les FF Chevaliers du soleil pour étudier les hauts grades, maintenant il les conférera.

Quel pourrait être le profil d’une pratique que nous pourrions aménager sur la base et l’adaptation des éléments historiques ? C’est ce que je vous proposerais prochainement

Troisième partie 

Pour ponctuer la réflexion à partir des deux textes que vous avez reçu, je vous propose en guise de conclusion différents points dont nous pouvons débattre et s’ils obtiennent votre assentiment, éventuellement adopter.

Ces propositions ont pour but de rapprocher au mieux nos usages de ceux décrits dans les minutes relatant les réunions du 5ème Ordre.

Le 5ème Ordre déjà dédoublé en 2 classes prend la dénomination d’Arches et non plus de grades.

Le 5ème Ordre ne rajoute pas de degré au Rite Français qui reste historiquement fixé à 7 degrés, auxquels s’ajoutent les deux Arches du 5ème Ordre.

Identification de 9 officiers généraux représentant le Conseil des 9 inclus dans la seconde Arche.

Le lieu de réunion est une salle sans dénomination, tendue de blanc, sans orientation.

Une table siégeant au milieu supporte un coffre représentant l’Arche du Rite. Cette Arche est censée contenir les manuscrits des 81 grades.

Un travail sera demandé pour la seule admission à la première Arche.

Le 5ème Ordre ne s’inscrivant pas dans la continuité des 4 Ordres propres au Chapitre, il aura vocation à réunir des membres issus de chapitres différents, voire de rites différents à la condition qu’ils soient en correspondance de grade. On peut envisager pour ces membres un statut de membre associé.

La dénomination de Suprême Conseil, la seule à être identifiée dans les minutes du 5ème Ordre pour désigner cette assemblée. Nulle part n’apparaît celle de Sublime Conseil. Toutefois, il faut considérer la connotation Ecossaise de cette appellation qui n’était pas aussi forte à cette époque.

Historiquement, aucune pratique n’apparaît hormis celle du Chevalier du soleil. Une patente avait été demandé du Suprême conseil pour le Kadosch en 1821. Ainsi, ce grade est confirmé dans la pratique actuelle aux côtés de la partie historique de Provence Fidélité constituant les 12 clefs de la première Arche, avec le titre de Chevalier de l’Aigle blanc et noir. Pour la seconde Arche, aucune pratique rituelle n’apparaît et d’ailleurs elle ne semblait pas en avoir. Force est d’écrire un pratique


Le 5ème Ordre laisse un goût d’inachevé et pour son malheur, la porte était grande ouverte à tous pour mettre en scène cet Ordre en suivant plus ou moins les données historiques.

Il serait injuste de porter la seule cause de cette évolution sur les années de trouble révolutionnaire et d’interruption de l’activité maçonnique. La transformation du GCG de France en Chapitre Métropolitain avec son intégration au GO donc sa perte de souveraineté ont joué un rôle non négligeable et cela était prévisible.

Les hauts grades n’ont à mon sens, jamais été une finalité ou n’ont jamais représenté un intérêt majeur pour cette juridiction qui ne recherchait qu’à établir son hégémonie sur le monde maçonnique de l’époque, fut-ce en contrôlant le mouvement Ecossais et en sacrifiant ce qu’elle fit, le rite auquel elle faisait et fait encore référence. Les efforts entrepris vers 1806 sont arrivés trop tard pour redresser la barre.

Le Rite Français est bel et bien et il restera un rite historiquement inachevé.

Avec le Chevalier de la Sagesse, nous avons entamé le développement d’une réflexion afin d’augmenter la consistance et le liant du corpus symbolique des Ordres précédents. Il est heureux que notre Rite se soit retrouvé couronné par la Sagesse à la préférence de la perfection qui reste l’outil de la première.


Jean-Pierre Duhal, 5ème Ordre, Chevallier de la Sagesse, Grade 9 et dernier du Rite Français des Modernes, Souverain Grand Inspecteur Général, 33º du Rite Écossais Ancien et Accepté. Fondateur du Sublime Conseil “Provence et Fidélité”, Membre Fondateur du Ve Ordre et, Passé Très Sage et Parfait grand Vénérable de la Chambre d’Administration du Grand Chapitre Général du Grand Orient de France. Membre de l’Académie Internationale du Ve Ordre de l’Union Maçonnique Universelle du Rite Moderne.