Me van a disculpar los lectores a quienes agradezco de corazón su seguimiento, que esta entrada se desvíe un poco de la línea de trabajo que habitualmente intento plasmar en este espacio. Pero dado que en otros sería censurado sin duda alguna, me voy a permitir esta licencia y apelando a su paciencia y comprensión. De vez en cuando la reflexión crítica construye, y hay ocasiones que lo merecen.
Afortunadamente en la actualidad disponemos de abundante material de reflexión, análisis, históricos y pedagógicos, así como de traducciones de originales franceses y del portugués en lengua española. Es lo suficientemente amplio como para que ya no nos quieran vender duros a cuatro pesetas, y que aquellos/as que lo deseen, como lo marca la propia cualidad masónica, conozcan la verdad de nuestro origen Ritual, su evolución y su proyección de valores, lejos de las acomodadas fórmulas de transmisión deforme que por desgracia se suceden por doquier.
Podría hacer referencias a artículos publicados en este mismo Blog, u otros autores fundamentales (Mollier, Dachez, Noël, Guerra, etc.) que clarifican las especificidades de nuestro Rito Frances o Rito Moderno, manifestando precisamente la grandeza de la libertad formal ritual pero siempre contenida en unas estructuras simbólicas fundamentales que tantos portaestandartes del rito siguen ignorando por desidia, cual contra-fuerza utilizando para ello plataformas Blogueras e internáuticas, y lo que es peor, arremetiendo a las labores constructivas con el argumento de la riqueza aportada entre la “interacción” de Ritos. Pero no lo hago, porque en Marte no se lee lo que no gusta escuchar.
Estos que mantienen el argumento por el cual el Rito es solo un vehículo de desarrollo o crecimiento, utilizan el calificativo “talibán” para todo aquel que les aparta de sus cortas perspectivas endogámicas, monotemáticas, donde para el caso, mejor valdría simplemente abrir y cerrar los Trabajos a golpe de mallete, porque su fundamento teórico o es inexistente o es simplemente, parcial. De hecho no sería novedad en la historia semejante modus operandi y que costó la extinción en Europa (sí, extinción) de todo lo construido en 1784 (espero que en Marte me sigan el hilo): basta un golpe para dar el pistoletazo de salida a los pavorrealismos profanos y transportarlos a la logia con afán de intentar brillar dentro a costa de lo que se conoce fuera, revestido, claro está, de una Cósmica Unidad disfrazada de filosofismo de tercera división.
El caso es que esa falsedad de vaciado simbólico que se le presuponía al RF indujo a la búsqueda de su renacimiento en Europa (que no en América puesto que ahí siempre se mantuvo desde su llegada) utilizando mecanismos diversos.
Todos respetables, sin duda, pero a elección del consumidor que, en su despertar seleccionó una vuelta a los orígenes, o reconstruyó un procedimiento formal y ritual basado en éste con algunas incorporaciones importadas de corte escocista.
Eso no es malo (ni bueno), pero hay que contar la historia completa y las verdades enteras. Sin duda, y por citar un ejemplo, en la versión Restablecido, se funden dos ternarios simbólicos que no suponen sorpresa alguna ya que el Rito Escocés Filosófico lo había hecho en su práctica ritual con disposición invertida, aunque al igual que éste, tiene claro el famoso ternario base de Tres Grandes Luces: Sol, Luna y Maestro de la Logia. Que lo cuenten en Marte también.
Personalmente prefiero el ternario Isósceles original, dispuesto así en el cuadrilongo, ya que despliega una lectura simbólica que concatena perfectamente con el quinario “Estrella” que puede desarrollarse del mismo a posteriori. Aunque claro, tal vez un debate simbólico al respecto no interesa. Había olvidado que en Marte eso es “pecata minuta” y puede despreciarse, por tanto. Aquí venimos a ser “Hermanos” y a filosofar: no importa, ya que eso es para los fundamentalistas.
Estos grandes masones de la unidad pueden simplemente, leer las introducciones de sus propios rituales de referencia y de los “Restablecidos” (leer todo el Corpus Ritual histórico de los Modernos sería pedirles demasiado). Ese pequeñísimo esfuerzo les bastaría para ponerse en situación y no cometer errores que incitan al desconcierto de los pobrecitos recién iniciados que les arengan dos máximas. Así no es de extrañar que “hay lo que hay”. Pero todo muta, y en este caso, solamente puede ser a mejor.
Es gracias a esos tildados fundamentalistas “talibanes” que un servidor conoce lo poco o mucho que sabe sobre el RF, y volví de Marte y de la Atlántida.
Pero no, por favor, curadores del pensamiento único: no busquen guerras rituales donde no las hay aunque entiendo que esa postura sea la más sencilla para esas pedazo de mentes pre-claras que lanzan misiles, eso sí, fraternalmente. Deben darse cuenta que es desde el respeto y la práctica de las múltiples manifestaciones de los Ritos, donde uno aprende a amar y conocer el suyo, y de ahí, proviene la posterior libertad de elección.
No quieran acallar voces intentando provocar descrédito sobre algunos que están a años luz en muchos sentidos. Eso está ya muy visto y estratégicamente, abocado al fracaso. No olviden que los Aprendices son aprendices, pero no ignorantes. Y piensan y todo. Y buscan e indagan. Aunque claro, igual esos Viajes se hacen difíciles por el tema de los reconocimientos “fetén”, vaya a ser que se les escape de las manos y caigan en desgracia en su estructura.
“Adhuc Stat”: perdón, eso es RER. Pero sirve para el caso, ¿verdad?
Joaquim Villalta
M.·. M.·. del Grande Oriente Ibérico
Miembro del Gran Capítulo General de España
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
22 octubre 2010
28 junio 2010
Rito Francés: Nuevo libro coordinado por Víctor Guerra
Tras leer la obra propuesta por el amigo y Hermano Víctor Guerra, tengo un profundo sentimiento de gratitud, una estimación que viene dada como sumatorio de diversos componentes acerca de múltiples factores.
En primer lugar destacaría su practicidad. Una obra, diría yo, única a día de hoy, que puede resultar tremendamente útil tanto para miembros de la Orden como para aquellos que simplemente pretendan aproximarse al Rito Francés o Moderno a través de un material fiable y contrastado. Sin embargo, a poco que el lector profundiza en este compendio de diversos trabajos y reflexiones, aprecia que su valor es extrapolable a la Francmasonería “toda”. Como no podía ser de otro modo, apreciamos como el Rito Francés, último vestigio del Rito de los Modernos, contiene el elixir, la esencia simbólica y filosófica de la masonería tal y como hoy día la concebimos, en estado puro, con ese espíritu ecuménico y universal con el que fue engendrada en sus orígenes fundacionales, allá en el 1717, donde la francmasonería no tenia calificativo alguno.
Es esta tradición indivisa del Rito de los Modernos, el que a principios del siglo XIX sería denominado Rito Francés o Moderno para diferenciar de otros más novedosos, donde se ha conservado la fidelidad de sus principios originales tanto a nivel formal como conceptual.
Me parece sobremanera importante destacar que esa fidelidad formal, debe siempre entenderse dentro de una estructura o esquema simbólicos fundamentales. Por otra parte, la fidelidad filosófica, ética y conceptual puede muy bien comprobarse analizando los contenidos de sus evoluciones rituales y contrastarlas con el mensaje “Universal” constitutivo de 1723 redactado por la hábil pluma de Désaguliers.
La trayectoria de Víctor Guerra ha sido ejemplo para muchos de nosotros tanto en el plano masónico, como masonológico. Como francmasón, este Hermano nos muestra su compromiso adquirido como miembro de la Orden tomando consciencia de que solamente desde la rigurosa autoevaluación, el contraste y la búsqueda independiente, sin condicionantes extra-masónicos, como hombre libre en mayúsculas, puede acercarse a esa utópica verdad en sus múltiples manifestaciones. En esta labor que requiere altísimas dosis de energía y de entusiasmo, se precisan de materiales y referentes que, desgraciadamente, nuestra bibliografía en lengua española y nuestra fracturada tradición se muestra deficiente, incompleta o precaria. Una tarea compleja que le llevará, no sin dificultades, a tener el apoyo y beber de las fuentes más reputadas y contrastadas de la masonología contemporánea, a llevar a cabo un viaje al pasado partiendo del análisis de las bases rituales de finales del XVII y principios del XVIII, así como a vivir, in situ, la masonería francesa tanto a nivel logial como capitular.
Todo este proceso de búsqueda, análisis, intercambio, contraste y reflexión nos lleva sin duda alguna a una destilación que con frecuencia resulta ser un “producto” alejado de lo preconcebido o falsamente heredado por una transmisión oral errática.
Es ahí donde la asunción de las incontestables realidades redescubiertas hace tambalear falsas teorías o leyendas infundadas. Sin embargo, el resultado que aparece ante nuestros ojos no es menos digno que aquel otro fruto de la fantasía, generado por los siempre amantes de lo oculto y de lo mágico. Esos tienen su espacio, pero éste no es el francmasónico “stricto sensu”.
Como antes apuntaba, cuando analizamos los orígenes del Rito Francés, estamos estudiando los orígenes mismos de la masonería. Los que humildemente hemos indagado en este terreno, apreciamos al principio con cierto estupor el “décalage” del estado de la cuestión masonológica con respecto a otros países como Francia, Bélgica, Inglaterra u Holanda, por citar unos pocos ejemplos. Es en ese instante cuando iniciativas como las llevadas a cabo por Víctor Guerra pueden devenir útiles y del todo imprescindibles. Este hermano nos acerca materiales de alta calidad accesibles en la lengua de Cervantes, proporcionando nuevos puntos de vista, muy elaborados y contrastados. Nos allana el camino de una búsqueda iniciada ya por él años atrás, y si bien obviamente la vivenciación masónica es de ámbito personal, lo indiscutible, palpable y científicamente demostrable relativo a nuestra Orden, es un instrumento que debe permitir nuestro mejor progreso sin desviaciones ajenas ab initio.
Es pues una gran responsabilidad para todo miembro de la Orden, y máxime desde el Magisterio, el contenido de aquello que se transmite como tradición ininterrumpidamente. Así, esta obra que tengo entre mis manos, será sin duda también una obra “fundamental” para los hermanos Vigilantes con una bien cubierta base historiográfica, pero asimismo, el autor nos contagiará con su actitud preguntante, indagadora, inquieta. ¿Quién ha dicho que el francmasón deba ser conformista?
Sólo puede encontrar el que busca, y además de las temáticas compendiadas en este volumen, el lector hallará inmanente ese espíritu de cuestionamiento y de filtrado, de separar la paja del grano, y de poner algo más de luz y de orden a cierto caos conceptual.
Aquellos que conocemos y hemos tenido el placer de trabajar y colaborar con Víctor Guerra, le hemos escuchado en más de una ocasión utilizar el símil del Rito Francés al de la decoración de una celda cartuja, sobria, sin suntuosidad y libre de todo exceso o contaminación. Cuanto me recuerda este punto de vista con el símil “nutricionista” del Hermano Louis Negrel cuando afirmaba en una de sus obras que “entre los productos del jardín salidos de plantas vigorosas y no habiendo sufrido hibridaciones por azar, situaría el Rito Francés Moderno…. Tres características del Rito Francés Moderno hacen de éste un producto a mi gusto, y justifican por sí mismas su práctica: su Sobriedad, su Rigor y su Coherencia.”
Al exponer esta reflexión, no pretenda el lector ver un “choque o confrontación entre Ritos”. Tal lectura, además de precipitada, obedecería a prejuicios infundados y sería además incierta. Simplemente, y respetando obviamente la libertad individual, esta elección es de una importancia primordial, ya que de ella dependerá nuestro equilibrio, primer paso hacia nuestra Realización, tal vez sólo plausible ya bastante adentrados en nuestra experiencia masónica. Pero para que haya tal opción, es preciso restituir, bajo mi punto de vista, un rito que ha sido vilipendiado por desconocido, cayendo en el infundado tópico de ser más pobre o vacío simbólicamente o, en otras ocasiones, sacrificado por cuestiones ajenas a lo meramente masónico.
Es en este redescubrimiento y labor pedagógica alrededor del Rito Francés donde Víctor Guerra se muestra como punta de lanza, referente de la masonería hispanoparlante, desde sus trabajos individuales hasta en sus labores de coordinación de proyectos como pueden ser los generados por el Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”, el cual preside. Una labor que no todos entienden, pero que una inmensa mayoría agradece y sabe valorar.
Esperamos pues, con impaciencia, sus siguientes trabajos. Seguro que de ellos beberán futuras generaciones que ahora ocupan la Columna del Norte.
Ficha técnica: http://masonica.es/rito-frances-p-61.html
Joaquim Villalta
M.•. M.•. de Rito Francés del Grande Oriente Ibérico
Miembro del Gran Capítulo General de España
Secretario del Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”
En primer lugar destacaría su practicidad. Una obra, diría yo, única a día de hoy, que puede resultar tremendamente útil tanto para miembros de la Orden como para aquellos que simplemente pretendan aproximarse al Rito Francés o Moderno a través de un material fiable y contrastado. Sin embargo, a poco que el lector profundiza en este compendio de diversos trabajos y reflexiones, aprecia que su valor es extrapolable a la Francmasonería “toda”. Como no podía ser de otro modo, apreciamos como el Rito Francés, último vestigio del Rito de los Modernos, contiene el elixir, la esencia simbólica y filosófica de la masonería tal y como hoy día la concebimos, en estado puro, con ese espíritu ecuménico y universal con el que fue engendrada en sus orígenes fundacionales, allá en el 1717, donde la francmasonería no tenia calificativo alguno.
Es esta tradición indivisa del Rito de los Modernos, el que a principios del siglo XIX sería denominado Rito Francés o Moderno para diferenciar de otros más novedosos, donde se ha conservado la fidelidad de sus principios originales tanto a nivel formal como conceptual.
Me parece sobremanera importante destacar que esa fidelidad formal, debe siempre entenderse dentro de una estructura o esquema simbólicos fundamentales. Por otra parte, la fidelidad filosófica, ética y conceptual puede muy bien comprobarse analizando los contenidos de sus evoluciones rituales y contrastarlas con el mensaje “Universal” constitutivo de 1723 redactado por la hábil pluma de Désaguliers.
La trayectoria de Víctor Guerra ha sido ejemplo para muchos de nosotros tanto en el plano masónico, como masonológico. Como francmasón, este Hermano nos muestra su compromiso adquirido como miembro de la Orden tomando consciencia de que solamente desde la rigurosa autoevaluación, el contraste y la búsqueda independiente, sin condicionantes extra-masónicos, como hombre libre en mayúsculas, puede acercarse a esa utópica verdad en sus múltiples manifestaciones. En esta labor que requiere altísimas dosis de energía y de entusiasmo, se precisan de materiales y referentes que, desgraciadamente, nuestra bibliografía en lengua española y nuestra fracturada tradición se muestra deficiente, incompleta o precaria. Una tarea compleja que le llevará, no sin dificultades, a tener el apoyo y beber de las fuentes más reputadas y contrastadas de la masonología contemporánea, a llevar a cabo un viaje al pasado partiendo del análisis de las bases rituales de finales del XVII y principios del XVIII, así como a vivir, in situ, la masonería francesa tanto a nivel logial como capitular.
Todo este proceso de búsqueda, análisis, intercambio, contraste y reflexión nos lleva sin duda alguna a una destilación que con frecuencia resulta ser un “producto” alejado de lo preconcebido o falsamente heredado por una transmisión oral errática.
Es ahí donde la asunción de las incontestables realidades redescubiertas hace tambalear falsas teorías o leyendas infundadas. Sin embargo, el resultado que aparece ante nuestros ojos no es menos digno que aquel otro fruto de la fantasía, generado por los siempre amantes de lo oculto y de lo mágico. Esos tienen su espacio, pero éste no es el francmasónico “stricto sensu”.
Como antes apuntaba, cuando analizamos los orígenes del Rito Francés, estamos estudiando los orígenes mismos de la masonería. Los que humildemente hemos indagado en este terreno, apreciamos al principio con cierto estupor el “décalage” del estado de la cuestión masonológica con respecto a otros países como Francia, Bélgica, Inglaterra u Holanda, por citar unos pocos ejemplos. Es en ese instante cuando iniciativas como las llevadas a cabo por Víctor Guerra pueden devenir útiles y del todo imprescindibles. Este hermano nos acerca materiales de alta calidad accesibles en la lengua de Cervantes, proporcionando nuevos puntos de vista, muy elaborados y contrastados. Nos allana el camino de una búsqueda iniciada ya por él años atrás, y si bien obviamente la vivenciación masónica es de ámbito personal, lo indiscutible, palpable y científicamente demostrable relativo a nuestra Orden, es un instrumento que debe permitir nuestro mejor progreso sin desviaciones ajenas ab initio.
Es pues una gran responsabilidad para todo miembro de la Orden, y máxime desde el Magisterio, el contenido de aquello que se transmite como tradición ininterrumpidamente. Así, esta obra que tengo entre mis manos, será sin duda también una obra “fundamental” para los hermanos Vigilantes con una bien cubierta base historiográfica, pero asimismo, el autor nos contagiará con su actitud preguntante, indagadora, inquieta. ¿Quién ha dicho que el francmasón deba ser conformista?
Sólo puede encontrar el que busca, y además de las temáticas compendiadas en este volumen, el lector hallará inmanente ese espíritu de cuestionamiento y de filtrado, de separar la paja del grano, y de poner algo más de luz y de orden a cierto caos conceptual.
Aquellos que conocemos y hemos tenido el placer de trabajar y colaborar con Víctor Guerra, le hemos escuchado en más de una ocasión utilizar el símil del Rito Francés al de la decoración de una celda cartuja, sobria, sin suntuosidad y libre de todo exceso o contaminación. Cuanto me recuerda este punto de vista con el símil “nutricionista” del Hermano Louis Negrel cuando afirmaba en una de sus obras que “entre los productos del jardín salidos de plantas vigorosas y no habiendo sufrido hibridaciones por azar, situaría el Rito Francés Moderno…. Tres características del Rito Francés Moderno hacen de éste un producto a mi gusto, y justifican por sí mismas su práctica: su Sobriedad, su Rigor y su Coherencia.”
Al exponer esta reflexión, no pretenda el lector ver un “choque o confrontación entre Ritos”. Tal lectura, además de precipitada, obedecería a prejuicios infundados y sería además incierta. Simplemente, y respetando obviamente la libertad individual, esta elección es de una importancia primordial, ya que de ella dependerá nuestro equilibrio, primer paso hacia nuestra Realización, tal vez sólo plausible ya bastante adentrados en nuestra experiencia masónica. Pero para que haya tal opción, es preciso restituir, bajo mi punto de vista, un rito que ha sido vilipendiado por desconocido, cayendo en el infundado tópico de ser más pobre o vacío simbólicamente o, en otras ocasiones, sacrificado por cuestiones ajenas a lo meramente masónico.
Es en este redescubrimiento y labor pedagógica alrededor del Rito Francés donde Víctor Guerra se muestra como punta de lanza, referente de la masonería hispanoparlante, desde sus trabajos individuales hasta en sus labores de coordinación de proyectos como pueden ser los generados por el Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”, el cual preside. Una labor que no todos entienden, pero que una inmensa mayoría agradece y sabe valorar.
Esperamos pues, con impaciencia, sus siguientes trabajos. Seguro que de ellos beberán futuras generaciones que ahora ocupan la Columna del Norte.
Ficha técnica: http://masonica.es/rito-frances-p-61.html
Joaquim Villalta
M.•. M.•. de Rito Francés del Grande Oriente Ibérico
Miembro del Gran Capítulo General de España
Secretario del Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”
10 mayo 2010
Acto de Presentación del “Régulateur du Maçon” del Rito Francés en Madrid
Publicado en Masonería Siglo XXI
Lo cierto es que como Círculo de Estudios del Rito Francés Roëttiers de Montaleau, habíamos tenido todo un éxito en la convocatoria que había hecho en Barcelona el Grande Oriente Ibérico y que tuvo como centro de la convocatoria la mítica Biblioteca Arús, que nos acogió con cariño. Tal acto conllevó un éxito de presencia, por la calidad y por la diversidad.
Ahora le tocaba el turno a Madrid: tal y como habíamos previsto la idea es que fuera el GODF, o sea las logias de tal Obediencia en Madrid , las que de alguna manera estuvieran auspiciando el acto de presentación.
Pero lo cierto es que no pudo ser por diferentes motivos, por tanto de nuevo hubo de ser el Grande Oriente Ibérico el que organizara el acto de la presentación de los Rituales de Aprendiz y Trabajos de Banquete del Régulateur, que tuvo como escenario la sede de formación sindical ugetista: Julián Besteiro , sita en la calle Azcona en Madrid.
No voy a negar que había miedo escénico, pues no sabíamos muy bien cual sería la respuesta, y más desde que algunos opinaban que nuestro trabajo es de autobombo y publicidad arborescente, ignorando como se ignora, o mejor dicho queriendo ignorar el trabajo que hay detrás, tanto de estudio y reflexión, tal vez para tapar deficiencias propias, que es un hecho muy común.
Pues bien, la citada presentación fue todo un éxito, ya que las setenta personas que asistieron al acto , en su mayoría masones, representaban casi todo el abanico masónico español.
Allí pudimos saludar y confraternizar con Hermanos de la Gran Logia de España (GLE), con miembros de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), y del Gran Oriente Latinoamericano (GOLA), Gran Oriente de Bélgica, (GOB), Grande Oriente Lusitano (GOL) y por supuesto con toda una plana de Hermanos, y también pudimos contar con un buen numero de dignidades del GOI; entre ellos su Gran Maestro, o el Muy Sabio del Gran Capítulo General del Rito Francés de España.
La presencia de Hermanos del Gran Oriente de Francia , (GODF) estuvo representada de forma encomiable, no por los autóctonos, sino por una logia parisina, la Logia Albert Camus con su Venerable y su 1º Vigilante, escoltados por una interesante comitiva de Hermanos Maestros, y Compañeros de dicha logia.
Nos alegró tener a Hermanos de alta talla y calidad, como la que integraron los Hermanos portugueses: fue toda una alegría en lo personal poder saludar al muy Respetable Hermano Felipe Frade, sin que por ellos queramos menoscabar otras presencias, como los Respetables Hermanos Lima, o Gonzalves
La presentación del acto la realizó Yves Bannel, Gran Canciller del GOI, y como tal conferencia estuvo sujeta al mismo guión que ya expusimos en Barcelona, y que se publicó en el blog de Rito Francés, Al final de acto hubo un debate de cierta altura y talla, en el que intervinieron hermanos de la GLSE, GLE, GOL, etc.
Damos las gracias a todos los asistentes, y al propio GOI, por su apoyo y por hacer realidad y visible, lo que ciertas aptitudes cainitas desean esconder, y por supuesto las gracias a nuestro Editor MASONICA.ES , sin el cual sería imposible todo este desarrollo, que además ya tiene como inminentes metas otras publicaciones sobre el tema: Rito Francés, historia, desarrollo y reflexiones; Rituales de 2º y 3º Grado del Régulateur. El primero de estos libros verá la luz a mediados de junio
A todos desde el Circulo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau", GRACIAS
Lo cierto es que como Círculo de Estudios del Rito Francés Roëttiers de Montaleau, habíamos tenido todo un éxito en la convocatoria que había hecho en Barcelona el Grande Oriente Ibérico y que tuvo como centro de la convocatoria la mítica Biblioteca Arús, que nos acogió con cariño. Tal acto conllevó un éxito de presencia, por la calidad y por la diversidad.
Ahora le tocaba el turno a Madrid: tal y como habíamos previsto la idea es que fuera el GODF, o sea las logias de tal Obediencia en Madrid , las que de alguna manera estuvieran auspiciando el acto de presentación.
Pero lo cierto es que no pudo ser por diferentes motivos, por tanto de nuevo hubo de ser el Grande Oriente Ibérico el que organizara el acto de la presentación de los Rituales de Aprendiz y Trabajos de Banquete del Régulateur, que tuvo como escenario la sede de formación sindical ugetista: Julián Besteiro , sita en la calle Azcona en Madrid.
No voy a negar que había miedo escénico, pues no sabíamos muy bien cual sería la respuesta, y más desde que algunos opinaban que nuestro trabajo es de autobombo y publicidad arborescente, ignorando como se ignora, o mejor dicho queriendo ignorar el trabajo que hay detrás, tanto de estudio y reflexión, tal vez para tapar deficiencias propias, que es un hecho muy común.
Pues bien, la citada presentación fue todo un éxito, ya que las setenta personas que asistieron al acto , en su mayoría masones, representaban casi todo el abanico masónico español.
Allí pudimos saludar y confraternizar con Hermanos de la Gran Logia de España (GLE), con miembros de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), y del Gran Oriente Latinoamericano (GOLA), Gran Oriente de Bélgica, (GOB), Grande Oriente Lusitano (GOL) y por supuesto con toda una plana de Hermanos, y también pudimos contar con un buen numero de dignidades del GOI; entre ellos su Gran Maestro, o el Muy Sabio del Gran Capítulo General del Rito Francés de España.
La presencia de Hermanos del Gran Oriente de Francia , (GODF) estuvo representada de forma encomiable, no por los autóctonos, sino por una logia parisina, la Logia Albert Camus con su Venerable y su 1º Vigilante, escoltados por una interesante comitiva de Hermanos Maestros, y Compañeros de dicha logia.
Nos alegró tener a Hermanos de alta talla y calidad, como la que integraron los Hermanos portugueses: fue toda una alegría en lo personal poder saludar al muy Respetable Hermano Felipe Frade, sin que por ellos queramos menoscabar otras presencias, como los Respetables Hermanos Lima, o Gonzalves
La presentación del acto la realizó Yves Bannel, Gran Canciller del GOI, y como tal conferencia estuvo sujeta al mismo guión que ya expusimos en Barcelona, y que se publicó en el blog de Rito Francés, Al final de acto hubo un debate de cierta altura y talla, en el que intervinieron hermanos de la GLSE, GLE, GOL, etc.
Damos las gracias a todos los asistentes, y al propio GOI, por su apoyo y por hacer realidad y visible, lo que ciertas aptitudes cainitas desean esconder, y por supuesto las gracias a nuestro Editor MASONICA.ES , sin el cual sería imposible todo este desarrollo, que además ya tiene como inminentes metas otras publicaciones sobre el tema: Rito Francés, historia, desarrollo y reflexiones; Rituales de 2º y 3º Grado del Régulateur. El primero de estos libros verá la luz a mediados de junio
A todos desde el Circulo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau", GRACIAS
27 abril 2010
Presentación en Madrid del "Régulateur du Maçon"
El viernes 7 de mayo de 2010, a las 19,00 h en la Escuela Julián Besteiro, sita en la Calle Azcona, 53, en Madrid, se llevará a cabo la presentación de la primera edición en lengua castellana analizada y comentada del Ritual de Primer Grado y Trabajos de Banquete del “Régulateur du Maçon” del Rito Francés, de los autores Víctor Guerra y Joaquim Villalta, miembros del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
Edita: MASONICA.ES Editorial
Presentará el acto el M.·. I.·. H.·. Yves Bannel, Gran Canciller del Grande Oriente Ibérico
ORGANIZA: Grande Oriente Ibérico (GOI)
Edita: MASONICA.ES Editorial
Presentará el acto el M.·. I.·. H.·. Yves Bannel, Gran Canciller del Grande Oriente Ibérico
ORGANIZA: Grande Oriente Ibérico (GOI)
03 marzo 2010
Órdenes y Grados: a modo de resumen
A modo de resumen conceptual presentamos este último trabajo dedicado a los aspectos generales de los Órdenes y Grados del Rito Francés o Moderno.
La noción de Orden, en el sentido que aquí se aplica, es una característica particular propia del Rito Francés. La distinción entre órdenes y grados, la comprensión clara de la relación entre ambas nociones, es importante para comprender esta estructuración en los de los Altos Grados.
Durante la puesta a punto de los Altos grados llevada a cabo por el Gran Capítulo General de Francia entre 1784-1786, este cuerpo federativo de Capítulos Rosa-Cruz clasificó todos los altos grados en cinco “Órdenes”. Esta noción de Orden era una novedad. Un Orden es un conjunto de Grados, pudiendo existir asimismo cada grado en diversas versiones.
El Primer Orden comprendía los grados de Elegido, pero también un cierto número de otros grados que se conferían habitualmente entre el Magisterio y los grados de Elegido.
El Segundo Orden comprendía los grados de Escocés.
El Tercer Orden comprendía esencialmente un solo grado, el de Caballero de Oriente o Caballero de la espada.
Lo mismo sucedía con el Cuarto Orden, correspondiente al Grado de Rosa-Cruz.
Todos los grados no comprendidos en los órdenes precedentes fueron reunidos en un Quinto Orden.
El Gran Capítulo General de Francia decidió redactar, para cada uno de los cuatro primeros Órdenes, un grado único relevante de ese orden y destinado a reflejar su esencia fundamental.
Para el primer orden, este fue el grado de Elegido Secreto. Para el segundo fue un grado denominado en un principio simplemente “Escocés”, pero que pronto recibió el nombre de Gran Elegido Escocés. Para el tercer orden se tomó una versión del Grado de Caballero de Oriente, y para el cuarto orden, una versión del grado de Rosa-Cruz.
El término “Orden”, tomó secundariamente el sentido de la clase de los Hermanos que poseían el Grado.
Los cuatro Grados estaban destinados a ser practicados, cada uno de ellos en las asambleas del orden correspondiente: el Elegido Secreto en las asambleas del primer orden, el de Gran Elegido Escocés en las asambleas del segundo orden, y así sucesivamente.
Hay que señalar que en su origen, cada orden tenía su propio presidente y su propio colegio de Oficiales, que no pertenecían necesariamente a los órdenes superiores. La práctica habitual más extendida es aquella en la que cada Capítulo está presidido en sus cuatro Órdenes por un único “Muy Sabio” y donde, por ejemplo en una asamblea de primer orden, otros dos miembros pertenezcan al cuarto orden, variando en la actualidad sus especificidades según la Potencia Masónica que administre estos grados.
Para el Quinto Orden no se redactó ningún Grado ya que los grados relativos a este orden no estaban destinados a ser practicados, sino solamente a ser estudiados.
Así pues, la carrera iniciática de un Mason del Rito Francés o Moderno, en los Altos Grados, pasa por los cuatro Grados antes citados recibidos en el Capítulo abierto en su Orden correspondiente. El Quinto Orden no contiene ninguna enseñanza iniciática particular dado que no está vinculado a la línea de la familia de transmisión del Rito Moderno, que se concreta en el Cuarto Orden, recordando que el Grado de Rosa-Cruz guarda su estatuto de nec plus ultra del Régimen Francés.
Sobre el Quinto Orden
Históricamente, el quinto orden preveía reunirse el primer martes de cada mes, pero no queda constancia expresa, ya que las actas de sus asambleas están desaparecidas, conociendo de la actividad de éste por alusiones aparecidas en algunos trabajos de otros Órdenes. Se sabe también por estos testimonios que las designaciones al Quinto Orden se hacían por elección, pero se conoce mal su funcionamiento y organización interna. Es por ello que en la actualidad algunos Cuerpos de Altos Grados del Rito Moderno practican solamente Cuatro Órdenes según lo regulado en 1784, u otros, utilizan distintas formas de trabajo y funcionalidad para este Quinto Orden.
En su aspecto académico, el 5º Orden permite interesarse por todos los grados practicados en el siglo XVIII antes de la síntesis de 1784-1786. El reglamento, fijado con fecha del 19 de marzo de 1784, precisa en su artículo 29: “El 5º Orden comprenderá todos los grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, particularmente aquellos adoptados por las asociaciones masónicas en vigor.”
El espíritu del 5º orden está también en incitar al SPR+ llegado al final de su carrera iniciática propuesta por el Rito Francés, a interesarse por todos los demás sistemas y, circunscrito fuera de los trabajos de los Capítulos particulares, permite lanzar una mirada hacia otras vías.
La bibliografía de consulta recomendada y sugerida puede encontrarse en la sección correspondiente de la web del Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”
La noción de Orden, en el sentido que aquí se aplica, es una característica particular propia del Rito Francés. La distinción entre órdenes y grados, la comprensión clara de la relación entre ambas nociones, es importante para comprender esta estructuración en los de los Altos Grados.
Durante la puesta a punto de los Altos grados llevada a cabo por el Gran Capítulo General de Francia entre 1784-1786, este cuerpo federativo de Capítulos Rosa-Cruz clasificó todos los altos grados en cinco “Órdenes”. Esta noción de Orden era una novedad. Un Orden es un conjunto de Grados, pudiendo existir asimismo cada grado en diversas versiones.
El Primer Orden comprendía los grados de Elegido, pero también un cierto número de otros grados que se conferían habitualmente entre el Magisterio y los grados de Elegido.
El Segundo Orden comprendía los grados de Escocés.
El Tercer Orden comprendía esencialmente un solo grado, el de Caballero de Oriente o Caballero de la espada.
Lo mismo sucedía con el Cuarto Orden, correspondiente al Grado de Rosa-Cruz.
Todos los grados no comprendidos en los órdenes precedentes fueron reunidos en un Quinto Orden.
El Gran Capítulo General de Francia decidió redactar, para cada uno de los cuatro primeros Órdenes, un grado único relevante de ese orden y destinado a reflejar su esencia fundamental.
Para el primer orden, este fue el grado de Elegido Secreto. Para el segundo fue un grado denominado en un principio simplemente “Escocés”, pero que pronto recibió el nombre de Gran Elegido Escocés. Para el tercer orden se tomó una versión del Grado de Caballero de Oriente, y para el cuarto orden, una versión del grado de Rosa-Cruz.
El término “Orden”, tomó secundariamente el sentido de la clase de los Hermanos que poseían el Grado.
Los cuatro Grados estaban destinados a ser practicados, cada uno de ellos en las asambleas del orden correspondiente: el Elegido Secreto en las asambleas del primer orden, el de Gran Elegido Escocés en las asambleas del segundo orden, y así sucesivamente.
Hay que señalar que en su origen, cada orden tenía su propio presidente y su propio colegio de Oficiales, que no pertenecían necesariamente a los órdenes superiores. La práctica habitual más extendida es aquella en la que cada Capítulo está presidido en sus cuatro Órdenes por un único “Muy Sabio” y donde, por ejemplo en una asamblea de primer orden, otros dos miembros pertenezcan al cuarto orden, variando en la actualidad sus especificidades según la Potencia Masónica que administre estos grados.
Para el Quinto Orden no se redactó ningún Grado ya que los grados relativos a este orden no estaban destinados a ser practicados, sino solamente a ser estudiados.
Así pues, la carrera iniciática de un Mason del Rito Francés o Moderno, en los Altos Grados, pasa por los cuatro Grados antes citados recibidos en el Capítulo abierto en su Orden correspondiente. El Quinto Orden no contiene ninguna enseñanza iniciática particular dado que no está vinculado a la línea de la familia de transmisión del Rito Moderno, que se concreta en el Cuarto Orden, recordando que el Grado de Rosa-Cruz guarda su estatuto de nec plus ultra del Régimen Francés.
Sobre el Quinto Orden
Históricamente, el quinto orden preveía reunirse el primer martes de cada mes, pero no queda constancia expresa, ya que las actas de sus asambleas están desaparecidas, conociendo de la actividad de éste por alusiones aparecidas en algunos trabajos de otros Órdenes. Se sabe también por estos testimonios que las designaciones al Quinto Orden se hacían por elección, pero se conoce mal su funcionamiento y organización interna. Es por ello que en la actualidad algunos Cuerpos de Altos Grados del Rito Moderno practican solamente Cuatro Órdenes según lo regulado en 1784, u otros, utilizan distintas formas de trabajo y funcionalidad para este Quinto Orden.
En su aspecto académico, el 5º Orden permite interesarse por todos los grados practicados en el siglo XVIII antes de la síntesis de 1784-1786. El reglamento, fijado con fecha del 19 de marzo de 1784, precisa en su artículo 29: “El 5º Orden comprenderá todos los grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, particularmente aquellos adoptados por las asociaciones masónicas en vigor.”
El espíritu del 5º orden está también en incitar al SPR+ llegado al final de su carrera iniciática propuesta por el Rito Francés, a interesarse por todos los demás sistemas y, circunscrito fuera de los trabajos de los Capítulos particulares, permite lanzar una mirada hacia otras vías.
La bibliografía de consulta recomendada y sugerida puede encontrarse en la sección correspondiente de la web del Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Miembro del Supremo Conselho do Rito Moderno - Brasil
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro de la Logia de Investigación "Los Modernos" - GLMAE
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