Me parece loable y digno de aplaudir la decidida exposición del Gran Maestro de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones en cuanto a la aceptación femenina se refiere.
La Masonería fundamentada en unos valores ético-morales y principios de alcance universal, no puede estancarse cual dogma atemporal en una restricción reglamentaria contra la aceptación femenina que atenta al concepto mismo de dignidad humana, de progreso y atenta a la razón.
Ni siquiera históricamente (ver trabajos de Jean Gimpel y los estatutos de Boileau, Paris del S. XII entre otros muchos) fue negado el acceso en la Mas.•. de Oficio (Operativa) que incluyó mujeres, y del mismo modo, rápidamente bajo la influencia Modern en la Europa continental proliferaron los Trabajos Mixtos (ver los Rituales del Marquis de Gages en los Países Bajos Austriacos y el fenómeno de la sociablilidad en la Ilustración, o del propio Conde de Clermont del S. XVIII).
Sólo un giro dogmático traducido en la fusión de 1813 impidió la natural revisión de las fundadoras Constituciones de 1717, manteniéndose la tendencia de reconocimiento y recepción de la mujer por las históricas obediencias continentales Gran Oriente de Bélgica y Gran Oriente de Francia, que hoy día, entre otras muchas, las reconocen plenamente.
Por fortuna, cada vez más son las OOb.•. y Potencias Filosóficas sobretodo al abrigo del Rito Moderno, que reconocen a la mujer en pleno derecho masónico, respetando también la libertad de Trabajar en Talleres Masculinos, Femeninos y Mixtos.
Hoy nuestro Rito Moderno debe recoger el testigo y proseguir con la expansión de los valores inherentes que detenta, libre de toda discriminación o imposición dogmática en defensa de unas sociedades más justas, libres, laicas y solidarias.
Joaquim Villalta
M.•. M.•. del Grande Oriente Ibérico
Miembro del Gran Capítulo General de España – Supremo Consejo del Rito Moderno para España
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"Gran Maestre Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Ángel Jorge Clavero:Al comenzar estas palabras quiero comentarles que después de mucho tiempo y de un esfuerzo sostenido por todos, la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones de la Argentina ha completado esta semana su reorganización, tenemos nuevamente actividad masónica en todas las provincias argentinas y ya funcionan Logias regulares en todo el país.
Con esta noticia tan buena y alentadora cerramos un ciclo de treinta meses en el que se ha incorporado a la Masonería argentina una gran cantidad de nuevos iniciados. En este tiempo, la membresía de nuestra Institución ha crecido el 37 por ciento. Fenómeno que no se daba desde hace más de cincuenta años.
Nuestro tradicional e histórico Palacio Cangallo, inaugurado en 1872, ha sido totalmente restaurado, sus templos ó talleres de ideas trabajan a tiempo completo y con todos sus elementos actualizados. Dentro de algunas semanas ya estaremos en condiciones de habilitar nuestro nuevo edificio en el barrio de Boedo donde funcionarán 30 logias y será sede del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos.
Porque la Masonería entiende que
el laicismo constituye uno de sus ejes principales. El laicismo está profundamente asociado a la educación, pero su contenido no se agota en esa única instancia.
La planificación familiar, la educación sexual, los temas de género, el matrimonio igualitario que reclama una nueva ley que incorpore a grupos todavía excluidos, la lucha por mejores condiciones para el ejercicio de la maternidad y la paternidad responsables son temas que reclaman abordajes científicos, de salud pública, culturales y sociales exentos de valoraciones dogmáticas o confesionales.
El laicismo constituye un programa en sí mismo y es el mejor vehículo para el mejoramiento y el progreso. El laicismo promueve gobiernos civiles de todos y para todos, respeta las decisiones individuales de los ciudadanos, evita inútiles confrontaciones entre política y religión y avala la armonía social con arreglo al respeto irrestricto de los derechos humanos.
Dos hitos históricos respaldan la absoluta adhesión al laicismo por parte de la Masonería argentina: la ley 1420, que instituyó la educación libre y gratuita, y la Reforma Universitaria de 1918, que aseguró la igualdad de oportunidades para los estudios superiores en nuestro país.
Corridos los años y observados sus innegables resultados en los que se moldearon muchísimas generaciones de argentinos, debemos pensar nuevamente con qué nuevos instrumentos debe expresarse el laicismo como punto de partida de una nueva epopeya.
Vivimos un tiempo mundial y local de profunda e intensa revolución científica y tecnológica. Los viajes espaciales y la presencia del hombre en la Luna han derivado elementos que ya son de uso cotidiano. Fueron, además, el punto de partida para experiencias que se traducen en la prolongación de la expectativa de vida, la prevención y curación de enfermedades que fueron letales, una nueva conciencia de nuestro entorno en el que ahora luchamos por la preservación del medio ambiente, el uso racional del agua y contra los fenómenos del calentamiento global.
Todos estos temas nuevos merecen nuestra profunda atención porque son los que renuevan y resignifican el laicismo del siglo 21.
Ingresamos en la segunda década del nuevo siglo y esos enormes avances de la Humanidad conviven con extendidos bolsones de pobreza y exclusión. La Masonería, que perdió abnegados hermanos, médicos que no dudaron en ofrendarse para asistir a los enfermos por la fiebre amarilla y por otras pestes y epidemias, hoy dirige su mirada y levanta su voz por los excluidos de toda clase, especialmente los niños y los jóvenes de nuestra Patria.
Bástenos el lacerante dolor cotidiano de los cartoneros, en los que podemos sintetizar la marginación, la lucha por la supervivencia y la porfiada actitud ética para no caer en la trama del delito.
Los masones somos constructores y libre pensadores, trabajamos en los talleres de ideas que llamamos logias, estamos centrados en el SER HUMANO, nuestro ideario rechaza cualquier tipo de obediencia ciega ó verdades reveladas. Nuestro sistema de valores se asienta sobre la solidaridad, el trabajo, la ética y la estética como elementos esenciales de una conducta armónica. Los masones perseguimos obsesivamente la belleza y la armonía.
Somos seres libres y éticos, que desde una perspectiva de unión fraternal proclamamos como Terencio en la República Romana “hombre soy, nada humano me es ajeno”
Nos ofrecemos a la sociedad desde diversos pensamientos políticos, tallados por la tolerancia, buscamos siempre la síntesis para encontrar soluciones de conjunto, unitivas, porque nos formamos en esta escuela iniciática, humanista y filantrópica que busca la verdad.
Como ciudadanos, estamos desarrollando el “Observatorio de la Ciudadanía” en colaboración con diversas organizaciones sociales. Es un planteo interdisciplinario para el estudio y confección de propuestas que tiendan a mejorar las políticas públicas que dictan los gobiernos legítimos elegidos por el pueblo.
Ciudadanía, República y Democracia son conceptos entrelazados por sus contenidos. Constituyen la base, los cimientos, sobre los que levantamos nuestros templos individuales, se proyectan en las construcciones sociales que señalan nuestro crecimiento y nuestro desarrollo como argentinos.
Señoras y Señores; la Masonería viene desde el fondo de la historia cuando agrupaba a los constructores de obras inmortales. Desde 1717, esa Masonería Operativa fue trocando en Masonería Especulativa y hoy, casi trescientos años después, su edificio se mantiene vivo, en pleno crecimiento y en toda la faz de la tierra.
La Masonería argentina es una de las pocas instituciones tradicionales de nuestro país con una historia que ya supera los 150 años de vida.
Finalizando 2010 sentimos cierto orgullo por los ciudadanos que se han formado entre nosotros y por los testimonios que dan de nuestro pensamiento y de nuestro modelo. No trabajamos como una corporación, salvo cuando nuestra acción mancomunada es imprescindible para pacificar los espíritus, para restablecer la fraternidad y la convivencia.
En estos momentos estamos abriendo nuevos campos de acción y colaboración.
Hemos avanzado en el encuentro con universidades públicas en las que desarrollamos cátedras de Libre Pensamiento, respaldamos con becas a los estudiantes que obtienen las mejores calificaciones y nos preocupamos por asegurar los mejores planes de estudio en el marco de la enseñanza pública, laica y gratuita. Nuestra meta es el progreso equilibrado y armónico de nuestra sociedad en consonancia con nuestra región, América Latina.
Nos proponemos como integradores a través de la fraternidad masónica y la operatividad que practicamos desde los tiempos de las Logias Lautarinas en Argentina, Chile y Perú, para que el nuestro sea un Continente sin desigualdades, pujante hacia sociedades más evolucionadas.
Ofrecemos el liderazgo de los valores, nuestra discreción y el valor arbitral que la Masonería puede aportar para la solución de los conflictos coyunturales. Somos formadores de consensos por antonomasia y luchamos por el librepensamiento y la libertad absoluta de conciencia.
Todo es y será posible sobre la ejemplaridad de nuestras conductas y para que cada uno sea el obrero feliz de la lucha por las utopías que, aún hoy merecen ser soñadas.
Pero antes de finalizar mis palabras,
quiero felicitar a nuestras hermanas de la Masonería Femenina, y a quienes desde otras estructuras nos acompañan en este difícil camino en aras de la virtud y en pos del progreso y la elevación del ser humano.
Entendemos la Masonería como un ideal a alcanzar y el ideal lo encarna tanto el hombre como la mujer.Señoras y Señores, queridos hermanos, como Gran Maestre de la Masonería Argentina les deseo que el año 2011 sea el mejor de nuestra querida Patria y el mejor también en la vida de cada uno y de sus respectivas familias.
Muchas gracias
Los saludamos fraternalmente